Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

La crisis interminable de la industria

La crisis interminable de la industria

Gustavo Stok

6 de Septiembre de 2025 | 02:37
Edición impresa

eleconomista.com.ar

Más allá de algún rebote puntual, la industria sufre una crisis que está próxima a cumplir veinte años. El nivel de actividad actual es similar al que se registraba en 2007. Si el período de comparación se acorta y se toma como punto de partida noviembre de 2011, el resultado es aún más demoledor: en ese caso la producción ya no muestra estancamiento, sino una caída del 13%, según un reciente informe del Centro de Investigación del Ciclo Económico (CICEc), perteneciente a las Bolsas de Comercio de Rosario y Santa Fe.

Semejante profundidad y extensión de la crisis deja en evidencia que los obstáculos que vienen frenando a la industria ya no solo responden a meras decisiones coyunturales de los gobiernos. “Se trata de una crisis estructural: desde 2007 hasta el presente la población argentina creció casi el 20%, y en ese período no se creó un solo empleo adicional en el sector manufacturero”, dijo Bernardo Kosacoff, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella.

“En todos estos años vimos que las condiciones sistémicas para la industria se deterioraron por la inestabilidad macroeconómica, falta de financiamiento, costos logísticos, presión tributaria y déficit de infraestructura básica”, agregó.

Si bien la larga caída obedece a múltiples razones, un punto de partida del recorrido descendente puede establecerse a partir de la imposición del cepo cambiario en octubre de 2011. Por entonces, días después de haber logrado la reelección con el 54% de los votos, el gobierno de Cristina Kirchner decidió no afrontar los desequilibrios que se habían ido acumulando en los años anteriores y, a cambio, anunció fuertes limitaciones a la compra de dólares dirigidas a mantener un tipo de cambio artificialmente atrasado. Con el tiempo esas restricciones se extendieron a las importaciones, lo que abrió un período de crecientes dificultades para la industria.

Desde entonces, ni el levantamiento del cepo y la política más aperturista del gobierno de Mauricio Macri, ni la vuelta de las protecciones bajo la administración de Alberto Fernández, ni, por último, la abrupta apertura y desregulación que viene llevando adelante el mileísmo lograron frenar un descenso que lleva catorce años.

“El estancamiento de la industria hay que entenderlo dentro de un contexto económico integral de recurrentes crisis económico-financieras que se plasman en lo productivo”, dijo Guido Zack, director de Fundar.

“La caída se mantuvo con distintas políticas que aplicaron diferentes gobiernos justamente porque esas medidas fueron contrapuestas y se dieron saltos bruscos, lo que evidentemente generó mucha incertidumbre y eso no es bueno para el desarrollo de ninguna actividad económica y menos para la industrial que requiere inversiones de larga maduración”, añadió.

¿Hay salida?

La persistencia de la crisis abre lógicos interrogantes acerca de cuándo podrá el sector revertir el escenario para iniciar, al fin, un ciclo de expansión sostenido. Esas dudas se amplifican con la visión del gobierno de Javier Milei, que ha repetido en varias ocasiones su rechazo al establecimiento de políticas específicas para el sector industrial. “El gobierno, más allá de si tiene éxito o no, está enfocado en la estabilidad macroeconómica, pero, en paralelo a esa estabilidad, debería establecer políticas industriales porque eso es lo que hace todo el mundo y si Argentina no lo hace, quedará en desventaja”, señaló Zack. “Esas políticas industriales van desde tener un sistema tributario menos distorsivo y más simple hasta incrementar la inversión en infraestructura para reducir el costo logístico, que en Argentina duplica al de Europa”.

Para Kosacoff, hay un problema de relato no solo del Gobierno, sino también de un sector importante de la sociedad que ve a la industria como parte del lastre que ha venido hundiendo a la economía argentina en las últimas décadas. “En ese marco, en el último año y medio hubo un conjunto de medidas que favorecieron a las importaciones sin compensar al sector productivo, desde la reducción de aranceles y las eliminaciones de controles aduaneros a la flexibilización del courier para poder hacer importaciones individuales y las desregulaciones en alimentos”, dijo Kosacoff. “Vemos una secuencia muy acelerada de ajuste macro y de apertura de la economía, y al mismo tiempo una dificultad para tratar de ver cómo los sectores productivos se acomodan al nuevo régimen económico”.

No obstante, aún en ese contexto en el que el Gobierno parece decidido a priorizar a actividades del sector primario como el agro, la minería y la energía, la industria mantiene un alto potencial. “El único instrumento claro de política económica son los RIGIs, donde hay una fuerte concentración en las oportunidades espectaculares que tiene Argentina en sus recursos naturales”, señaló Kosacoff. “Y en estos sectores existen oportunidades muy fuertes de generar encadenamientos en el sector manufacturero”.

Vaca Muerta

En el boom de Vaca Muerta, por ejemplo, participan alrededor de 1.000 proveedores y cerca del 40% de ellos están asociados a la estructura industrial, desde productores de caños de alta presión hasta equipos de bombeo y silos de arena, entre otros. Lo mismo ocurre con el desarrollo de la agroindustria, donde se viene multiplicando la producción de sembradores, pulverizadoras, drones y agroquímicos. En minería también una demanda creciente de trituradoras, cintas transportadoras y equipos de elevación.

Las opciones para el sector industrial también son altas en los segmentos de servicios, desde las comunicaciones y el conocimiento hasta el turismo. Además, basado en la calidad de sus recursos humanos y en los largos años de inversión en ciencia y tecnología, el potencial industrial de Argentina también es elevado en segmentos como el farmacéutico, satelital y nuclear.

A esos rubros con oportunidades de crecimiento en los próximos años se suman nichos que vienen desarrollando mercados de exportación. Uno de esos ejemplos es la creciente producción de pickups. La especialización que la industria automotriz viene llevando adelante en este segmento está atada en buena parte a beneficios impositivos como la no tributación del llamado impuesto al lujo y a que pagan solo el 10,5% de IVA, en contraste con el 21% que se aplica a los automóviles particulares y vehículos utilitarios deportivos. Esas ventajas, en un contexto en que Argentina es prácticamente el único mercado de la región que produce este tipo de camionetas, viene impulsando la producción para cubrir la demanda de los países vecinos.

“Dentro de la industria automotriz también está el caso de las cajas de cambio que se producen en Córdoba y son de primer nivel internacional, además de rubros en los que Argentina tiene altas capacidades, como el área de alimentos, productos farmacéuticos y semillas”, dijo Kosacoff. “Argentina sigue teniendo un grupo de unas 500 empresas industriales que llevan adelante modelos de organización que están en la frontera técnica internacional, pero también existe otro conjunto de empresas que se caracterizan por sufrir una pérdida de competitividad -en promedio, están al 30% de la productividad de empresas líderes en cada uno de estos mercados-, y eso reclama medidas, sobre todo en medio de este notable proceso de apertura económica”.

Entre segmentos que van a la vanguardia y otros que han quedado rezagados, la evolución de la industria exhibe una clara heterogeneidad, diferencias que el actual esquema económico está exponiendo como nunca antes. Lo cierto es que, aún con esas dos velocidades bien marcadas, la industria en general sigue representando cerca del 20% del PBI, y genera más de 2,5 millones de puestos de trabajo directos. Además, por cada puesto que se crea en la industria, hay 2,5 empleos adicionales que se generan en otras actividades vinculadas al sector.

Por último, la industria tiene una participación de casi el 60% entre las inversiones privadas en investigación y desarrollo del país. “La industria argentina tiene hoy severas dificultades, pero aún mantiene notables activos: dentro de los 170 países en desarrollo, Argentina está entre los diez países que tienen la mayor sofisticación industrial”, dijo Kosacoff.

“En momentos en que se plantea que la industria es parte del problema en Argentina, creo, en cambio, que es la parte de la solución”, concluyó.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial
+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$670/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6280

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$515/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4065

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$515.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4065.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla