Apuntan al parque ribereño por basura y escombros en la costa de Punta Lara

A todo ritmo, y a toda costa. Así avanzan las obras del futuro parque ribereño ensenadense en la localidad de Punta Lara, sepultando los tramos en que perduraban los paisajes originales, con su vegetación y topografía, bajo un talud de escombros que será base para erigir una rambla con veredas, barandas y fogones. La presencia de gran cantidad de basura, detectable a simple vista, en la composición de ese relleno, sigue generando cuestionamientos por su impacto ecológico negativo.

Impulsado por el municipio, el Parque Costero Ensenada es un paseo peatonal elevado, con playas de estacionamiento, que tendrá más de tres kilómetros de longitud desde el paraje que alberga al palacio Piria, en las inmediaciones de Villa del Plata, hasta la zona de la rotonda Stella Maris o de la “Pérgola”. Incluirá un tramo con tablestacado de 1,7 kilómetros, bajadas náuticas, mobiliario recreativo y nueva forestación.

Desde que se iniciaron los movimientos de suelo para el rellenado de las áreas bajas y de pajonales con tierra y enormes fragmentos de mampostería, entre los que hay restos de losas de hormigón vial, los desperdicios hicieron su entrada en escena, así como las quejas y denuncias de organizaciones de defensa del medio ambiente, y de vecinos con décadas de residencia puntalarense.

En la comuna del distrito que conduce Mario Secco se admitió que “algo de basura siempre se cuela en el traslado de material para relleno”, y se atribuyó la presencia de residuos domiciliarios a que “hay vecinos que apenas ven un montículo de tierra o escombros, salen corriendo a deshacerse ahí de sus bolsas”.

Hoy por hoy, las motoniveladoras, camiones volcadores y palas mecánicas operan en el sector comprendido entre la avenida costanera Almirante Brown, las calles 102 y 110 y las aguas del Río de La Plata. Allí todavía existen retazos de playa y miles de metros cuadrados de juncales, que se presume serán borrados del mapa como los que los precedían, con el avance de la obra desde el sur.

“En lugar de destinar todo este dinero a limpiar las playas y equiparlas, quieren taparlas, y para eso traen todavía más mugre” sentenció un veterano habitante del barrio Stella Maris. Mezcladas con los escombros, hoy pueden encontrarse a simple vista autopartes, bolsas y botellas plásticas, mangueras, latas, cubiertas de neumáticos, envases tetra-brik, tablas y varillas.

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Las autoridades ensenadenses sostienen que estas situaciones “se van corrigiendo en la medida de lo posible”, y destacan que “se está creando una superficie recreativa de acceso libre, totalmente equipada, equivalente a 200 plazas, y protegida de las sudestadas”.

Estas explicaciones no convencieron a entidades como la ONG Nuevo Ambiente, que ante el empleo de losas de pavimento llegó a denunciar a funcionarios de Vialidad y de Ambiente de Ensenada, ni al ex fiscal platense Rubén Sarlo, quien radicó en la Justicia Federal una minuciosa mega-denuncia por contaminación y degradación de los cursos de agua regionales y su entorno.

El avance de ese expediente está sujeto al dictamen de la Cámara Federal platense, que desde hace cuatro meses analiza si acepta al letrado como “particular querellante” en la causa.