Dos detenidos por el crimen en Tolosa, pero el principal sospechoso no aparece

La policía desembarcó ayer por varias horas en La Favela, con el objetivo de allanar cinco domicilios en busca de cuatro sospechosos que estarían vinculados con el asesinato a sangre fría de un joven de 21 años, una semana antes.

El presunto autor del disparo y otro de los acusados se mantienen prófugos, en tanto que los dos restantes fueron detenidos. Uno de ellos está en pareja con una oficial de policía que presta servicios en el Comando de Patrullas de Esteban Echeverría, quien está con carpeta psiquiátrica y el retiro de su arma reglamentaria, dijeron fuentes oficiales.

Los allanamientos fueron encabezados por detectives del gabinete de Homicidios de la DDI, que trabajaron con apoyo de la Departamental La Plata e Infantería, a pedido de la fiscal Betina Lacki.

Miguel Heredia, de 21 años, fue ultimado de un tiro en la frente en la madrugada del 13 de marzo, cuando estaba con un grupo de amigos en la esquina de las calles 17 y 525.

Lo trasladaron con vida al hospital San Roque de Gonnet, aunque con heridas tan graves que nada pudieron hacer los médicos para salvarlo.

Los investigadores comenzaron a entrevistar a vecinos y allegados de la zona para identificar a los responsables, obteniendo así cuatro nombres: el del presunto autor del disparo, de 19 años, y de otros tres sospechados de integrar “una banda que se disputaría el manejo del barrio”, reveló un pesquisa a este diario.

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Con esos testimonios y otros indicios, ayer a la tarde allanaron cinco domicilios de esa zona. En el segundo piso de un monoblock de 17 y 528 detuvieron a Claudio Torres, de 23 años, e identificaron a su mujer policía.

En el marco de los mismos procedimientos aprehendieron a Cristian Godoy, de 21 años, y secuestraron once cartuchos del calibre 9 milímetros y otros cuatro del .357, informaron fuentes oficiales. Los detenidos serán indagados hoy.

Para no complicar la investigación se mantienen en reserva las identidades de los prófugos, quienes anoche eran intensamente buscados.

La madre de Heredia, Doris Vargas, dijo días atrás que “todo el mundo sabe lo que pasa en ese barrio y quienes lo manejan. Hay dos familias pesadas, peligrosas, que se enfrentaron el lunes y arrancaron la vida de mi hijo. Se sienten impunes y salen a la calle a matar gente como si fuera muñequitos”.

Heredia trabajaba en el Instituto Provincial de Lotería y Casinos y tenía dos hijos, un bebé de 8 meses y otro de 3 años. Para Vargas, Miguel la ligó de rebote, por una pelea en la que no tenía nada que ver. “Lamento que haya tenido que ir a vivir a ese lugar”, expresó.