El paro general se sintió fuerte y la CGT pidió “corregir” el rumbo económico

La principal central sindical argentina encabezó ayer un nuevo paro general de 24 horas, el tercero en rechazo a las políticas de ajuste del presidente Mauricio Macri, que mantuvo inactivos, principalmente, el transporte público aéreo y naviero, las escuelas, los bancos y la administración pública, además de sectores que maneja el gremio de los camioneros.

La huelga de la Confederación General del Trabajo (CGT) se sintió con fuerza en capital federal, y en muchas ciudades del país, como La Plata, por la falta de circulación de los micros -de corta, media y larga distancia-, de trenes y del metro y fue respaldada por otros gremios combativos y organizaciones sociales y políticas que realizaron bloqueos en los principales accesos a la ciudad de Buenos Aires.

En las calles de nuestra ciudad solo circularon a primera hora del día ciclistas, automóviles particulares y algunos taxistas que no se plegaron a la medida. Por la mañana, el movimiento en las calles tuvieron aires de un domingo. Más tarde, hubo mayor movimiento.

Los dirigentes de la CGT replicaron a las autoridades que la huelga, con un alto acatamiento según evaluaron, apunta a que se corrija el actual plan económico “especulador” y se garanticen negociaciones salariales libres ante una inflación imparable de la cual los trabajadores “no son responsables”.

“El descontento ha desbordado el encuadramiento sindical... hay gente de comercio, pequeños propietarios que, como han podido, se han manifestado en contra del desorden al que este gobierno nos ha llevado”, dijo Juan Carlos Schmid, uno de los tres dirigentes de la CGT, en conferencia de prensa.

Junto a él se encontraba el paraguayo Víctor Báez, secretario general de la Confederación Sindical de las Américas, quien criticó la deuda de 50.000 millones de dólares que adquirió Argentina con el FMI “y la montaña del dinero ocioso que va a las guaridas fiscales, esos Panamá Papers que van creando esta situación de crisis a nivel internacional”. El dirigente sindical, quien visitó Argentina para ver de cerca la medida de fuerza, reclamó un modelo productivo que genere más empleo.

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El comerciante Luis Zárate, dirigente de la agrupación “Vecinos autoconvocados Don Orión” y quien participaba en un corte de acceso al distrito porteño, dijo a AP que se unió a la protesta porque “el costo de vida aumentó 30 %... y con paritarias (negociaciones salariales) de 15% de aumento no creo que haya trabajadores que lleguen a fin de mes”.

Estiman que unos 71.000 pasajeros de vuelos de cabotaje e internacionales fueron afectados por la medida de fuerza en Ezeiza, en el Aeroparque metropolitano y en otras terminales del país.

En tanto, las estaciones de servicios, los bancos públicos y privados, las escuelas estatales y gran parte de las privadas, cerraron. Además, como el gremio de los choferes de camiones adhirió al paro, el transporte pesado y de caudales y la recolección de basura fueron suspendidos. Sin embargo, el cese de actividades fue dispar entre los comercios.

La CGT realizó una primera huelga en abril de 2017 y una segunda en diciembre de ese mismo año, ambas contra las reformas económicas, como la previsional.

“Este paro refleja un ánimo social que ya estaba complicado... la reciente corrida cambiaria terminó de quebrar una confianza endeble y la sociedad se encontró con que teníamos que ir al FMI porque necesitamos ayuda”, dijo a AP Matías Carugati, economista jefe de la consultora Management & Fit.

“Contundente”

La dirigencia de la CGT, mientras, calificó como “contundente” la huelga general realizada para exigir al Gobierno de Mauricio Macri una “corrección” del rumbo económico, una protesta que el propio presidente Mauricio Macri descalificó y afirmó que “no contribuye a nada” (ver página 5).

“Se está desarrollando un paro en toda la República Argentina, con un altísimo nivel de acatamiento”, aseguró en la rueda de prensa de la tarde Schmid. Y aseguró el gremialista cercano a los Moyano que la central convocó a esta huelga después de “agotar todas las instancias” de diálogo con el Ejecutivo.

Schmid afirmó que el “desorden económico” y las medidas instrumentadas por el Gobierno de Macri afectan “seriamente” a los trabajadores y advirtió que los sindicatos no aceptarán las condiciones de “ajuste” del acuerde recientemente sellado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“No nos vamos a resignar a que el ajuste pese sobre nuestras espaldas. El Gobierno tiene que corregir su programa económico. Hay que cambiar la orientación del modelo económico que está llevando al desastre al pueblo argentino”, dijo Schmid.

Héctor Daer, otro de los líderes de la CGT y que se alinea con los “independientes”, sostuvo que desde el inicio del Gobierno de Macri, a finales de 2015, Argentina ha acumulado una inflación del 95 % que ha impactado en el poder adquisitivo de los asalariados y dijo que el Ejecutivo “no tiene la voluntad política de proteger a los trabajadores” y solo busca cumplir con metas de ajuste fiscal para favorecer a los sectores financieros.

El también integrante del triunvirato de la CGT, el barrionuevista Carlos Acuña aseveró que, ante la “contundencia” de la huelga, el Gobierno tiene “una nueva oportunidad” de “tener la humildad y la sensibilidad de reconocer lo que está pasando en el país”.

“Las condiciones de crisis y de irritación ante medidas antipopulares se han ido profundizando”, advirtió Schmid.

La medida de fuerza ha contado con la adhesión de gremios afiliados a las dos Central de Trabajadores Argentinos (CTA), y que, tal como lo decidió la CGT, optaron por no movilizarse en la jornada de la víspera.

Sin embargo, agrupaciones sindicales de izquierda, y sociales, que no acuerdan con la conducción de la CGT acompañaron la huelga con cortes de calles y carreteras y un acto en el Obelisco para dar “visibilidad” a los reclamos de los trabajadores.

“Creemos que los paros tienen que ser activos, no son para quedarse en casa como pretende la dirigencia sindical tradicional de la CGT que ha llamado a este paro más por presión de las bases que por un convencimiento de que hay que iniciar una lucha a fondo”, dijo a Efe el secretario general del Movimiento Socialista de los Trabajadores, Alejandro Bodart.

piquetes y una frase polémica

Desde las 7, los manifestantes cortaron ambas manos del puente Pueyrredón; la autopista del Oeste, a la altura del hospital Posadas, el ingreso -parcial- a la autopista Buenos Aires-La Plata; y la ruta Panamericana en el cruce con la ruta 197, en la localidad bonaerense de Garín.

En todos los cortes, que estaban programados por el “paro activo” de los partidos de izquierda, fueron desplegadas dotaciones de la Gendarmería Nacional y la Prefectura.

En la autopista del Oeste, las Gendarmería impedía a los manifestantes que subieran a la cinta asfáltica rumbo a la capital federal, mientras que sí quedó cortado el tránsito en el puente Pueyrredón.

Las columnas de manifestantes luego se dirigieron hacia la zona del Obelisco porteño, donde a las 11, llevaron a cabo un acto en la plaza de la República.

Uno de los discursos más fuerte, y polémico, fue del dirigente de izquierda y ferroviario Rubén “Pollo” Sobrero: “Sepan muy bien que este paro se hizo a pesar de la CGT, se hizo con la fuerza que vino de abajo y con esa misma fuerza vamos a seguir empujando por las 36 horas, por un plan de lucha hasta que caiga el Gobierno porque tenemos muy claro que éste es un gobierno de la derecha, un gobierno entreguista, un gobierno que no gobierna para los trabajadores”, dijo.

“Hay actitudes poco democráticas de algunos dirigentes gremiales”, contestó el ministro de Trabajo Jorge Triaca. El presidente del interbloque de diputados de Cambiemos, el radical Mario Negri, sostuvo que “si el ‘Pollo’ se sincera, qué pensarán los demás que lo ocultan”.

“No nos vamos a resignar a que el ajuste pese sobre nuestras espaldas”

Juan Carlos Schmid, Triunviro de la CGT

“Desde el inicio del gobierno de Macri, el país acumuló una inflación del 95 por ciento”

Héctor Daer, Triunviro de la CGT

“Con la misma fuerza vamos a seguir empujando por un plan de lucha hasta que caiga el Gobierno”

Rubén “Pollo” Sobrero, Dirigente ferroviario