La ex presidenta liberó de presión política al peronismo del Senado

Cristina Kirchner movió primero. Justo antes de que se concentrara a las puertas del Congreso una nutrida marcha para reclamar su desafuero a raíz de las diversas imputaciones que pesan en su contra en causas de corrupción, el bloque que integra en la Cámara alta anunció que en la sesión de hoy habilitará los allanamientos largamente requeridos por el juez federal Claudio Bonadío.

La ex presidenta le sacó así la tapa a la olla a presión en la que se transformaron los distintos bloques de extracción peronista en el Senado, que durante dos semanas jugaron a las escondidas y no dieron el quórum necesario para sesionar, que en ese cuerpo legislativo es de 37 presentes. Cristina Kirchner hizo la movida cuando se especulaba con que hoy ese número se alcanzaría.

También resultó evidente que la senadora por la Provincia buscó quitarle un motivo a la convocatoria de la marcha hacia el Congreso. Esa movilización, denominada 21A y fogoneada a través de las redes sociales, tuvo un marcado tinte oficialista y varios dirigentes de Cambiemos se mezclaron entre los manifestantes, cuyo lema central fue “que devuelvan lo que robaron”.

En ese punto, las demandas de los manifestantes no estuvieron dirigidas solamente a Cristina Kirchner, sino al resto de los senadores que no acuerdan en votar la Ley de Extinción de Dominio como salió de la Cámara de Diputados, que estableció que los bienes de los acusados de actos de corrupción puedan ser tomados por el Estado incluso al comienzo de una investigación judicial.

Los senadores peronistas objetan esa posibilidad y por eso firmaron dictámenes de modificación al proyecto original para que los bienes recién puedan ser incautados cuando concluya el proceso penal. También para que la normativa rija para delitos futuros y no para investigaciones que están en curso, como las que afectan a Cristina Kirchner y a tantos ex funcionarios de su administración.

Aunque si bien desde afuera puede interpretarse que el peronismo –en sentido amplio- está actuando de forma corporativa, puertas adentro del Senado hay diferencias entre el bloque de la ex presidenta y el que comanda Miguel Angel Pichetto, más referenciado en los gobernadores del PJ que ya no acatan la conducción del kirchnerismo. En esa bancada había ayer un fuerte malestar.

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“Nosotros no andamos cuestionando al que le pedimos ayuda”, deslizaron a EL DIA fuentes del PJ Federal, en referencia a declaraciones de dirigentes de Cambiemos en las que metieron “a todos en la misma bolsa”. Esto es, a kirchneristas y a peronistas. Tal vez por eso, fue el propio Federico Pinedo –el principal operador oficialista en el Senado- el que debió salir a aclarar los tantos.

“Pichetto ya manifestó su postura favorable a los allanamientos e incluso dijo que la propia ex presidenta debería entregar las llaves para que entre la Justicia. Lo mejor sería no someter al Senado a esta discusión absurda”, dijo Pinedo. Más tarde, desde el bloque del PJ Federal anticiparon que el representante de Río Negro volverá a presentarse hoy en el recinto.

En rigor, Pichetto fue de los pocos senadores peronistas que en las últimas dos sesiones fallidas estuvo en el recinto. De esa forma, le puso el cuerpo a su postura favorable a los allanamientos que requiere el juez Bonadío, pero en el Congreso no falta quien sospeche que el PJ articuló una estrategia de ausentismo para evitar que Cristina Kirchner quede expuesta ante el magistrado.

La propia ex presidenta entendió ayer que esa estrategia se agotó, por lo cual envió al jefe de su bloque Marcelo Fuentes a la reunión de labor parlamentaria con la carta en la que anunció que aceptará los allanamientos. Aunque fiel a su estilo de siempre, intentó poner condiciones al juez y también al Senado: que no haya cámaras de televisión. Y chicaneó: “Que Bonadío no rompa nada”.

Mientras la discusión política gira en torno a la ex presidenta, su sucesor Mauricio Macri acuñó una resignificación del “Nunca más”. El mandatario dijo: “Decidimos nunca más permitir que una sociedad se base sobre la viveza criolla, el atajo, la mentira, la corrupción. Eso, nunca más en la historia de los argentinos, nunca más”, repitió Macri.

También la vicepresidenta Gabriela Michetti avanzó en esa dirección. “Estamos en una encrucijada histórica. La sesión (de hoy) es una nueva oportunidad para dejar atrás la impunidad de la corrupción...” En resumen, el oficialismo celebra el avance de la Justicia, mientras que Cristina Kirchner decidió liberar de presión política al peronismo en el Senado.

Pichetto fue de los pocos senadores que en las últimas sesiones fallidas estuvo en el recinto

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