Secretos y mentiras: la trama oculta detrás de la relación de Luli y Redrado

“Tengo una contradicción y no la resuelvo”. La frase de Martín Redrado -si es que es el economista- en el audio que publicó Luli Salazar el sábado en redes sociales pone de manifiesto lo que todos piensan: la relación entre la modelo y el funcionario es enfermiza, marcada por las ideas y vueltas y envuelta en rumores de paternidad, infidelidad, contratos y hasta versiones de homosexualidad que ninguno de los dos termina de confirmar o desmentir.

El episodio de este fin de semana fue bufonesco: justo en coincidencia con el inicio de la relación entre el economista y la empresaria turística Lulu Sanguinetti, Luli Salazar reveló que su ¿ex? le hacía brujerías. La diva comenzó respondiendo a una seguidora que señaló la relación entre Lulu y Redrado: “Es muy enfermo (encima separados) por eso no dejo más que vea a mi hija. Porque no quiero que mi hija tenga una imagen así de un hombre que juega con las mujeres y porque me hace brujerías, que lo descubrí en su casa el domingo pasado. Es un tipo oscuro”, tiró Luli, y picó De Brito, quien le preguntó a Redrado “¿qué brujerías le hacés, Martín Redrado?”. “Ninguna”, respondió el economista.

Luli reveló entonces que había encontrado un vaso congelado con su nombre y fecha de nacimiento en el freezer del economista (“hay testigos”, lanzó), y cuando el periodista afirmó que “esto no pasaría si Redrado no fuera el padre”, la rubia se llamó a silencio...

Pero este turbio ida y vuelta fue solo el primer round.

“Me chateo (Salazar) anoche cuando yo estaba sentado en un avión, acusándome de irme de viaje a una isla acompañado. No es cierto, viaje a Miami por un proyecto de banca digital. Le respondí esto y lamentablemente reaccionó como lo vimos todos. Una pena”, se defendió Redrado, alegando celos de Luli por Lulu, y el comentario hizo estallar, finalmente a Salazar, que subió a Twitter ¡la grabación donde descubre el vaso congelado!

“¿Hay helado?”, se la escuchar preguntar a la mediática. Y, acto seguido, su tono cambia y se vuelve desesperado: “Ay, Martín, por Dios qué hay ahí en la heladera. ¿Qué es eso? Ay, por Dios. ¿Qué es eso?”, dice Luli, con un grado de nerviosismo que asoma algo telenovelesco. “No sé, no sé...”, balbucea en un comienzo el economista.

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Sin embargo, tras unos minutos de negación e incertidumbre, Redrado afirma que le va a contar la verdad y le reconoce a Luciana que fue él quien realizó el hechizo por recomendación de una amiga para “que se enfríe la relación, ahora que nos separamos, me dijeron que era la manera”.

Terminante, la modelo ofreció una salida al conflicto: “Te lo soluciono yo, me abro. No me veas más ni a mí ni a mi hija. Vos me buscás a mí, yo no te pedí de venir, vos me escribiste”.

“Tenés razón. Es una contradicción que tengo y no resuelvo. Te pido perdón, no hay ningún interés de perjudicarte o hacerte algo malo. Quiero que te quedes tranquila. Yo tampoco me entiendo. No sé qué es lo mejor para nosotros. No sé qué es lo que me hace bien, Luli”, asegura Redrado...

Luli contó luego a Clarín que grabó a Redrado para tener pruebas respecto a una “condición” que le iba a pedir al economista para seguir “viéndonos a mi y a mi hija, porque él se confundía cada vez que nos veíamos”. Justo entonces encontró el vaso maldito... y, contó, cortó entonces todo tipo de relación con su ex, lo que significa que ya no verá a la pequeña Matilda, que parece estar en el corazón del conflicto.

Porque más allá de que la relación asoma como uno de esos noviazgos tóxicos y codependientes, la versión continúa fuerte que Redrado no quiso tener hijos públicamente con Luli para no incitar el enojo de sus propios hijos, pero que fue el donante de esperma que permitió a Luli tener a Matilda mediante el alquiler de vientre.

HISTORIA DE UN AMOR

Luli y Redrado están separados desde junio de 2017: los rumores de su relación comenzaron en 2010, pero tras “blanquear” la relación a fin de año, ya en febrero de la temporada siguiente se distanciaron, debido a que Redrado no había cerrado aún su matrimonio con Ivana Pagés, madre de sus dos hijos.

Pero un año más tarde se reconciliaron. La pareja navegó varios escandalitos, pero siempre juntos, hasta que en 2015 se separaron en lo que parecía un final definitivo. Incluso, emergieron fotos de él apenas un mes más tarde, de vacaciones con Amalia Granata, archinémesis de Luli. El economista desmintió que hubiera sido su novia, pero el hecho de haberse relacionado con Granata parecía sellar el destino de su relación con Luli.

No fue así: quizás fueron los celos, quizás la química entre ambos, quizás el hecho de que a pesar de lo novedoso de la relación Granata quería tener hijos... lo cierto es que en 2015 Luli consiguió, tras lanzar todo tipo de piedras contra Amalia, volver con el ex presidente del Banco Central.

En un principio, ambos se mostraron mucho más relajados y prefirieron no ponerle título a su romance: “Disfrutamos el día a día”, dijo Luli, luego de varias idas y venidas en la pareja donde el grado de compromiso había sido un tema de discusión constante. Ahora, los dos parecían, simplemente, haber decidido disfrutarse.

Pero tras un año en pareja a Salazar le volvieron los viejos deseos de formar una familia, y Redrado, todavía, seguía siendo de la idea de cuidar a su familia ya existente. Comenzaron así los resquemores que marcaron una nueva separación que se venía rumoreando desde fines de 2016, cuando Luli, convencida de que Martín nunca querría hijos con ella, habría hasta buscado un abogado para comenzar el proceso de separación...

Tras meses de peleas y rumores de crisis, Martín Redrado y Luciana Salazar decidieron poner fin, otra vez, a su convulsionada relación. El motivo era el deseo de Luli de ser madre, que Redrado, a pesar de algunas falsas promesas largadas en el fragor de la pasión, no compartía: suficientes problemas tenía el economista saliendo con Salazar, desaprobada por sus hijos, como para formar una nueva familia con ella.

Lo cierto es que a pesar de la separación, el economista tuvo un extraño compromiso con Salazar y su hija Matilda, que habría incluido lo económico, y encima, cuando no cumplió algunas de sus promesas, Luli estalló. Estalló, claro, de la forma que estalla una madre con el padre de la criatura, y no una mujer con su ex que no quiere saber nada con su hija...

“Cuidarte fue mi error. ¿Cuándo le vas a contar la verdad a la sociedad”, tiró Luli en Twitter, despertando un mar de versiones que iban desde “Redrado en realidad es gay” a “Redrado es el padre del hijo de Luli”. Pero el origen de la recriminación era claro: Redrado no había viajado con ella a conocer a Matilda, lo cual, si no es el padre, no tenía demasiado sentido.

Ahora, ante un nuevo noviazgo de Redrado, Luli volvió a estallar. Muchos, como De Brito, insisten en la teoría de Redrado papá. Salazar, mientras tanto, en su ataque de ira, volvió a deslizar la hipótesis de una homosexualidad oculta. “El día que salgas del clóset, vas a ser feliz y no vas a molestar más a nadie”, disparó en Instagram, aunque después afirmó que no era para su ex. Redrado contestó también en la red social fotográfica: “Estoy en una relación con Lulu Sanguinetti, es mi novia”, tiró. Cuatro días antes había dicho que no estaba en pareja...

“No quiero que mi hija tenga una imagen de un hombre que juega con las mujeres”