Tandil avanzó con un esquema propio y estalló la polémica con la Provincia

La decisión del intendente de Tandil, Miguel Lunghi -que adelantó ayer este diario-, de trocar el sistema bonaerense de fases por una suerte de “semáforo” propio para contener el coronavirus abrió una grieta de insospechada profundidad entre el gobierno comunal y la Provincia, desde donde salieron a criticar con dureza la actitud “separatista” del tandilense, al tiempo que le advirtieron sobre las consecuencias legales que podría acarrear la medida: “Si se va a independizar que lo haga de manera completa y deje de depender de los recursos provinciales”, avisó ayer el jefe de Gabinete, Carlos Bianco.

De acuerdo a su flamante esquema municipal, la ciudad serrana, con 259 casos de COVID-19 confirmados, se encuentra desde ayer en “estadio amarillo”, según el cual el factor ocupacional de las actividades autorizadas al 21 de agosto de 2020 se “verá reducido en un 50 por ciento”. En la escala provincial, tal como compararon las autoridades tandilenses, se trataría de una Fase 4 “ampliada”, en la que, incluso, se permiten el funcionamiento de natatorios y gimnasios (que el gobierno bonaerense solo habilita en Fase 5).

“No estamos abriendo nada nuevo, ni vamos a dejar de cuidar ni controlar a ningún tandilense”, aclaró el intendente Lunghi, y defendió que, entre otras cuestiones, la iniciativa permitirá “contar con un sistema local de alertas temprano y confiable”.

El sistema semáforico de marras contempla tres niveles (rojo, amarillo y verde). Su avance o retroceso será determinado por la autoridad municipal en función de los recursos sanitarios disponibles (camas, médicos, equipos) y del comportamiento de la curva epidemiológica. Se trata de un modelo propio que, tal como ponderó el alcalde de Juntos por el Cambio, fue consensuado “con los principales actores de los sectores representativos de la comunidad”.

En la Provincia lo desmintieron. “Es falso” que la propuesta haya sido acordada “con todos los tandilenses”, ya que “no consultó a la oposición, ni al Colegio de Médicos, ni a la Universidad”, retrucó Bianco, quien llamó a “reflexionar” y a dar “marcha atrás” al intendente”.

“Cuando lo escuché, pensé que hablaba alguien de Cataluña o la República de Chechenia, porque parecía un manifiesto de la República separatista de Tandil”, ironizó el jefe de gabinete de Axel Kicillof, que alertó sobre la “desobediencia” del alcalde a decretos nacionales y provinciales, “lo que es grave desde el punto de vista legal”.

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Pero Bianco -que se despachó de esta manera al encabezar la habitual conferencia de prensa sobre la situación sanitaria en la Provincia- fue todavía más allá en su respuesta al jefe comunal tandilense: “No le veo el sentido a esta medida, más que un aprovechamiento político. Si va a declarar la independencia, que la declare completa y deje de depender de los recursos de la provincia: asistencia financiera para salud, para compensar la caída de la recaudación y para los pagos de sueldos y aguinaldos”.

También, la ministra de Gobierno provincial, Teresa García, calificó de “inconsulta y absolutamente irresponsable” la resolución del intendente. Mientras que el ministro de Salud, Daniel Gollan, advirtió que en Tandil hay “circulación comunitaria del virus”, que más de la mitad de las camas de terapia intensiva están ocupadas y que, “si por esta decisión separatista y poco solidaria se llegan a quedar sin camas, la Provincia va a estar para que a ningún tandilense le falte atención”.

El intendente, por su parte, se mostró confiado en que “no habrá represalias; el gobierno provincial va a priorizar a Tandil y no a Lunghi”, dijo, aunque admitió que tuvo una conversación telefónica “no muy buena” con el jefe de Gabinete de Kicillof, y que la charla “quedó trunca. Se cortó de un lado y del otro, no había intención de diálogo”.

No es la primera vez que este médico pediatra egresado de la UNLP, radical y al mando de la comuna serrana desde 2003, desafía a la Provincia en su estrategia para enfrentar de la pandemia. Por caso, meses atrás ya se había negado a firmar el convenio mediante el cual el gobierno bonaerense solicitó a los municipios la disponibilidad de camas extra hospitalarias para la derivación de pacientes con coronavirus.