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La Ciudad |Se juntan a indagar en el cielo

“Cazadores” de OVNIS: platenses en la búsqueda de objetos desconocidos

“Vamos por anomalías, fenómenos del espacio; no investigamos extraterrestres”, remarcan los impulsores

“Cazadores” de OVNIS: platenses en la búsqueda de objetos desconocidos

se realizan reuniones en lugares con el cielo despejado para hacer las observaciones / LUCÍA LOPEZ

13 de Abril de 2021 | 02:34
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Algunos amantes de la pesca se reúnen frente al río, el más importante de los recursos hídricos que ofrece nuestra región, y combinan durante horas la práctica deportiva con el encuentro entre pares. En este caso, la cita es en lugares descampados, donde el cielo nocturno se amplía hacia el infinito y se presenta desnudo, sin la contaminación visual que lo opaca en las ciudades. ¿Y qué hace al juntarse este grupo de vecinos por lo general a la vera de las rutas? Busca divisar ovnis, pero no necesariamente los que estarían comandados por personajes extraterrestres, sino, como lo señala el mismo acrónimo, aquellos objetos desconocidos, no catalogados, que pululan en el espacio.

“Lo que buscamos son las anomalías en el cielo; no investigamos extraterrestres, sino fenómenos ovni”, aclara Luis Burgos, impulsor de la Fundación Argentina de Ovnilogía -FAO-, que creó en 1984 en La Plata, concretamente en las instalaciones del Club Español, junto a una veintena de aficionados a los misterios del espacio. Hoy, la entidad se reparte entre unos 200 integrantes de distintos puntos de país. Conectados entre todos, intercambian experiencias, indagan en conjunto casos de apariciones y, en cada zona, realizan vigilias periódicas para detectar aparatos voladores no clasificados por la ciencia y la tecnología.

Burgos, que fue taxista y en la actualidad vive de una jubilación, es un fanático de los eventos cósmicos, los que estudia, por puro gusto, desde que tenía 13 años. Por eso remarca que nadie que participe de esta actividad dentro de FAO puede sacar de ella provechos económicos. “Todos tenemos nuestros propios ingresos; acá no se lucra; al contrario, ponemos plata de nuestro bolsillo para hacer los viajes de investigación o de conferencias”, asegura este ensenadense que se apasionó con las curiosidades del cielo a partir del 20 de julio de 1969, cuando quedó impactado por las imágenes que mostró la televisión blanco y negro de la llegada de los astronautas a la luna.

Nuestra región, destaca el “ovnílogo” local, sería muy rica en manifestaciones de objetos voladores no identificados. Y va un ejemplo: Burgos bautizó como el “nido argentino de ovnis” a unos 120 kilómetros de diámetro que se extienden desde el sur de La Plata hasta Punta Piedras (sector norte de Bahía de Samborombón) y desde la ruta 2 hasta la costa atlántica. “Ahí se encuentra el 60 por ciento de las marcas dejadas hasta ahora en nuestro país”, afirma al tiempo que desmiente la fama de centros de observación como el cerro Uritorco y alguna zona de Bariloche. “La mayoría de esos eventos no son ciertos”, declara.

El horario es un patrón mundial, de 21 a 1. Horario de mayor cantidad de extrañezas

 

Sucede que como otras cuestiones que no terminan de encuadrarse dentro de las ciencias clásicas, lo relacionado a la ovnilogía se presta a un uso muchas veces poco serio del tema. Y eso Burgos lo explica con estadísticas. “De 100 eventos denunciados en el país, el 90 por ciento son fraudes o errores de registro fotográfico o fílmico, el 9 por ciento se trata de prototipos terrestres, y el 1 por ciento es lo que corresponde a lo no explicado, que podría entrar en las hipótesis de presencia de extraterrestres”, consigna.

Repasando un poco los archivos históricos, nos podemos remontar a la aparición de los primeros “platos voladores” en este planeta: los descubrió un aviador, Kenneth Arnold, el 24 de junio de 1947 en el cielo del estado de Washington, Estados Unidos. El hombre, según indicó en ese momento, divisó una flotilla de nueve aparatos surcando el cielo. El 10 de julio de ese mismo año, según cuenta Burgos, un grupo de vecinos observó una nave bambolearse en el aire, sobre el Parque San Martín de nuestra ciudad. Ese es el primer antecedente que se tiene de la presencia-ovni en la Argentina.

“Desde entonces hasta ahora se calcula que hubo unas 6.000 apariciones en el país”, añade como dato Burgos.

Un sector bien local que suele ser escenario de avistajes de objetos voladores desconocidos es el del barrio Meridiano V, puntualmente las 15 cuadras que van sobre el bulevar de 72 desde la calle 10 a la avenida 25. Incluso, en ese lugar han aparecido marcas del tipo descriptas por Burgos a un costado de la vía férrea.

Lo que la FAO considera como evidencias de aterrizajes de objetos voladores no identificados son por ejemplo, huellas siempre de forma circular y que no muestran el suelo quemado como se acostumbra a señalar, sino una marca o bien de pasto seco (insiste, “no incinerado”) o bien de pasto exageradamente reverdecido. “Tirando a un color azulado”, agrega.

Otras manifestaciones son la presencia de sustancias químicas como carbonato de calcio o elementos metálicos. Burgos, entre su colección de piezas supuestamente extraterrestres tiene un par de rocas traídas del Uruguay que presentan aleaciones artificiales de aluminio. El material -no su origen- fue confirmado por investigadores de la UNLP.

Las vigilias locales

En esta región, las vigilias organizadas para la observación del cielo se realizan semanalmente o cada quince días; se eligen para el encuentro sitios despoblados, como los caminos a Punta Indio, Oliden, Bavio.

Provistos de prismáticos, sofisticados telescopios o explotando al máximo las posibilidades de la vista, se detienen los integrantes locales de la FAO en lo que les llama la atención de ese manto renegrido iluminado a la vez por astros y nebulosas. Si alguno del grupo capta una “anomalía”, inmediatamente la señala con un lápiz láser y se debate entre todos las características del fenómeno.

El horario es un patrón mundial, de 21 a 1.00. Y es que esas son las horas de la noche en que, según los estudios, se produce la mayor cantidad de extrañezas en el espacio.

“No son tantos los acontecimientos que luego de un seguimiento del caso se confirman como posibles de corresponder al paso de un ovni”, según admite Burgos. Tampoco son tantas las denuncias, pues en 2020 apenas llegaron a 116 en todo el país.

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