Abrió un negocio en City Bell hace 45 días y los ladrones ya le dieron la “bienvenida”

La ilusión de un joven comerciante de vivir del kiosco-almacén que abrió en City Bell hace apenas un mes y medio, tropezó con la primera contingencia adversa y de la que espera sobreponerse rápido.

Con ese local de calles 467 y 132 cerrado, en las primeras horas del jueves un grupo de delincuentes, sin testigos a la vista, violentó con una barreta el candado de la cortina del frente y luego el vidrio de blíndex de la puerta principal.

Algunos vecinos reconocieron haber escuchado fuertes ruidos “a las 3 y media de la mañana” de ese jueves y haber reportado la novedad al 911.

Pero no resultó suficiente para evitar que la banda se saliera con la suya, porque “en un rato” lograron irse del negocio con la caja registradora, así como también con una importante y variada cantidad de mercaderías.

Aunque fueron registrados por una cámara de seguridad de la calle, hasta el momento continúan prófugos.

“ME DIERON LA BIENVENIDA”

Axel Roux (30), propietario de este negocio que funciona a menos de 5 cuadras del Country Club de Estudiantes, todavía masticaba ayer la bronca por el episodio.

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“Como abrí hace apenas un mes y medio, todavía ni siquiera había alcanzado a organizarme como para buscar algún sistema de alarma para instalar en el local”, explicó.

Y, permitiéndose una broma, que tuvo mucho además de reflexión, soltó que “ya (los ladrones) me dieron la bienvenida”.

Asimismo, señaló que “al kiosco se metieron tres delincuentes, aunque creo que en total eran cuatro”.

Luego aludió a que “se dedicaron a robar todo lo que pudieron. Uno de ellos escapó con la caja registradora completa, donde guardaba 2.500 pesos en cambio”.

Sus cómplices, a su vez, se ocuparon de vaciar estantes y algunos exhibidores con “galletitas, un montón de chocolates, cartones y atados sueltos de cigarrillos, pastillas, chicles, cajas de leche larga vida y hasta 20 latas de cerveza que me sacaron de una de las heladeras”.

Axel se tomó unos segundos para hacer cálculos sobre las pérdidas económicas que le dejó este escruche. Estimó al respecto que “entre los 10.000 pesos que gasté para reponer el vidrio de blíndex de la puerta, lo que me saldrá comprar otra caja registradora y toda la mercadería que me llevaron, el perjuicio ronda entre los 60.000 y 70.000 pesos”.

El kiosquero Axel Roux

SOSPECHÓ DEL LLAMADO

Por otra parte, el comerciante refirió que supo sobre este hecho de inseguridad “porque a la madrugada me avisó la Policía”.

“Llegué a pensar que a lo mejor era falsa la noticia del robo y que se trataría de un cuento del tío, para que venga al kiosco y se me aparezcan los `chorros`. Pero después me enteré de que vecinos le dieron mi número telefónico a la Policía para que me comuniquen lo que había pasado”.