Salones de fiestas, ferias y congresos: con aforos, regresan más actividades

La esperada “nueva normalidad”, esa que hace que se vayan recuperando los usos y costumbres de la vida social acomodándose a las circunstancias que impone el coronavirus, se amplía. Ahora se incorporaron como actividades habilitadas las ferias, los congresos y las reuniones en los salones de fiesta. Todo con aforos y bajo protocolos específicos.

Mediante la resolución 3856-2021 de la Jefatura de Gabinete bonaerense se resolvió establecer que las ferias, exposiciones, congresos, convenciones y eventos de negocios que se desarrollen en la Provincia, ya sea al aire libre o en espacios cerrados, deberán contar con un aforo del 70 por ciento. Ese junto a otros detalles de la rehabilitación de algunas actividades fueron publicadas ayer en el Boletín Oficial, con lo cual se pone en vigencia la disposición.

En esos casos, al distanciamiento social, el uso de tapabocas y la higiene de manos se le suman otras particularidades específicas de la actividad. Una de ellas es la demarcación y las barreras. Según el documento, entre éstas se encuentra el mantenimiento de una distancia mínima de 2 metros entre personas (ya sea entre trabajadores como entre el público asistente) y la instalación de medidas físicas (mamparas, paneles de vidrio, entre otros) de fácil y frecuente limpieza en caso de que no pueda garantizarse esa distancia.

Por otra parte, se recomienda utilizar demarcación y/o barreras para controlar mejor los flujos de personas en las distintas áreas, extender el horario de exhibición y gestionar la cantidad de visitantes que permanecen en un stand al mismo tiempo.

En cuanto al aforo, se indica que para el ingreso a los eventos se podrá requerir la presentación de la aplicación CuidAR habilitada con el autorreporte de síntomas y se remarca que “considerando el espacio circulable de los espacios comunes, no se deberá superar el aforo del 70 por ciento”.

Además, los lugares comunes deberán permanecer ventilados naturalmente y, en los espacios cerrados, deberán dejarse abiertas puertas y ventanas en forma permanente para lograr, en lo posible, una circulación de aire cruzada. Asimismo, se agrega que “no se recomienda una apertura intermitente (como sería, por ejemplo, abrir 5 minutos cada hora) la puerta o ventana”, y se añade que “en escenarios de bajas temperaturas, para una correcta ventilación, mantener abiertas las ventanas como mínimo en 5 centímetros de manera constante”.

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VUELVEN LOS FESTEJOS

Rubro que estuvo entre los más castigados por las medidas adoptadas para evitar contagios de Covid, los salones de fiestas salen a las pistas otra vez, después de un año y medio de puertas cerradas.

La autorización para volver a abrir, con un aforo del 70 por ciento, implica para los representantes de la actividad el doble sentir de una gran expectativa y algo de incertidumbre, pues la reactivación del sector dependerá de la respuesta del público y del poder adquisitivo de la gente.

Mauricio Risso, vocero de la agrupación Salones de Fiestas Infantiles y afines, indicó que el sector vive esta apertura como una suerte de “renacimiento” en el que se juntan, subrayó, “nuestra necesidad de trabajar y la responsabilidad para cuidarnos”.

Para poder funcionar, los salones de eventos deberán contar con termómetros, alfombras sanitizantes, alcohol en gel y, si la fiesta se presenta con muchos invitados tendrán que armar burbujas con sectores de baile, por caso, para cada mesa.

Además, la vajilla tendrá que estar rotulada, la circulación por los espacios será con el uso de barbijo y, en el caso de las fiestas infantiles, los animadores tendrán que plantear juegos que no sean de contacto físico.

Para Alejandro Arcaro, dueño de un salón de fiestas de 517 bis entre 6 bis y 7, asoman frente a esta nueva etapa dos perfiles de público: “la clase media más acomodada y los sectores de más bajos recursos, que son los que gastan en festejos”.

Volver a ofrecer cumpleaños infantiles, casamientos, despedidas y 15 años implicará, aseguró Arcaro, enfrentar otro gran desafío: “hay que ponerse a acomodar y reparar muchas cosas después de casi dos años sin actividad”, concluyó.