Frutas, verduras y hortalizas, por las nubes

En el Mercado Central de Buenos Aires ya no hay cocos, bananas ni mangos, y la caja de 10 kilos de palta llega a valer 11.500 pesos. Productos usualmente económicos y ecuménicos, como la cebolla o el zapallo, cuestan más del quíntuple que hace un año. Esta semana debutó el Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y se suponía que traería certezas a la desde hace cuatro meses trancada importación de frutas y hortalizas.

Antes, hasta cierto monto, todas las licencias para importar frutas y hortalizas eran automáticas, lo cual tiene sentido porque no son productos de alto valor y porque son perecederos: prácticamente no se pueden stockear, la biología misma los lleva a echarse a perder. Deben esperar hasta 180 días.

Productos, como la palta, el ananá, el coco y el mango quedaron bajo el plazo de este régimen, que supuestamente iba a funcionar por un trimestre, hasta salir del apremio de la falta de dólares. “En este rubro es prácticamente inviable ese plazo: no sabemos cuánto va a valer el dólar en 25 semanas, ni si realmente ese plazo se va a cumplir”, explica un importador.