“Crimen por odio de género”: arrancó el juicio por la muerte de Lucio

Con el silencio de las imputadas, ayer comenzó el juicio por el asesinato de Lucio Abel Dupuy, el niño de 5 años que fue sometido a sendas torturas y abusos sexuales, presuntamente por su madre, Magdalena Espósito Valenti, y su pareja Abigail Páez.

Bajo un estricto operativo de seguridad, tanto la querella como la Fiscalía pidieron que ambas sean condenadas a la pena máxima de reclusión perpetua, después de describir los detalles de las maniobras violentas que desplegaron contra el pequeño, y aseguraron que fue un “crimen por odio de género”.

Antes de la apertura, la Fiscalía pidió que las acusadas sean juzgadas no solo por el homicidio del menor, sino también por el “maltrato crónico” y las “agresiones físicas y sexuales” al que lo sometían.

Su madre, Espósito Valenti, está imputada por homicidio triplemente calificado por el vínculo, con ensañamiento y alevosía; en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante por su duración y formas concretas de realización, triplemente agravado por ser la guardadora al momento de los hechos, por ser cometido por dos personas y por existir convivencia con la víctima menor de 18 años, como delito continuado. Su pareja está acusada del mismo delito, pero sin el agravante del vínculo.

El proceso que juzga la muerte de Lucio se realiza a puertas cerradas, ya que se trata del crimen de un menor, en medio de un fuerte operativo de seguridad que contó con un dispositivo de vallas afuera del Tribunal de Audiencias de Santa Rosa.

Christian Dupuy, papá de Lucio, fue uno de los primeros en entrar a los tribunales, cerca de las 7.30, y uno de los únicos en declarar ante los jueces Aníbal Olié, Alejandra Ongaro y Daniel Sáez Zamora, durante el lapso de 45 minutos. Mientras tanto, afuera, un grupo de mujeres ya se había acercado al lugar con una serie de pancartas para reclamar justicia.

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Por parte de la defensa de la madre de la víctima, el abogado rechazó la acusación fiscal y aseguró que “hay dudas razonables” para poder probar los hechos contra su representada, al tiempo que reiteró que Lucio ya venía sufriendo agresiones por parte de la familia paterna.

TRÁGICO DESENLACE

El terrible crimen de Lucio tocó una fibra sensible de la sociedad en todo el país, que se unió en un solo grito de justicia durante las movilizaciones que se organizaron en diferentes provincias.

La conmoción se fue magnificando a medida que fue saliendo a la luz el calvario que padeció el pequeño hasta llegar al triste, doloroso y evitable desenlace.

Lucio convivía con las imputadas en un departamento de la ciudad de Santa Rosa. Llevaba menos de un año radicado en ese domicilio. Magdalena y el padre de Lucio, Christian Dupuy, se separaron a principios de 2019. Como la mujer estaba sin empleo y el papá del nene trabajaba en Luján, en ese momento ambos decidieron que lo mejor era que el menor viviera con sus tíos Maximiliano Dupuy y Leticia Hidalgo, en General Pico. El acuerdo fue de palabra y, luego, mediante un trámite judicial, la Justicia le otorgó en junio de 2019 a los tíos la guarda por un año.

La madre tenía permiso de ir a buscar a su hijo, cuidarlo una semana y luego devolverlo a sus tíos. Sin embargo, durante las restricciones de circulación por la pandemia, Lucio se volvió a vivir con Magdalena en La Pampa. Desde entonces, nunca se hizo ningún tipo de estudio socio ambiental para saber si el nene vivía en condiciones adecuadas.

Finalmente, el 26 de noviembre de 2021, Lucio fue ingresado al Hospital Evita de la capital pampeana con convulsiones y murió poco después. En la autopsia se hallaron en su cuerpo heridas compatibles con quemaduras de cigarrillos, múltiples mordeduras y lesiones no recientes a las que no se pudo determinar su antigüedad.

De hecho, se concluyó que la causa de la muerte fue una hemorragia interna derivada de las agresiones. En la acusación creen que Lucio fue sometido a palizas y denigraciones de todo tipo.

“En mis casi 30 años de profesión nunca vi algo así”, dijo el forense Juan Carlos Toulouse al explicar el contenido del informe que le había entregado a la Justicia después de practicarle la autopsia al cuerpo de la víctima.

La noche de la muerte de Lucio, la primera reacción de las mujeres en el hospital fue decir que habían sido víctimas de un robo. Nadie les creyó. Una hora y media después, la Policía pampeana allanó el domicilio donde vivían y, luego de ese operativo, la pareja quedó detenida. Hasta el momento, ambas optaron por permanecer en silencio.

El juicio se reanudará hoy, con la ronda de testigos. Se esperan las declaraciones de más de 100 personas. La fecha de alegatos está programada para el próximo 22 de diciembre y se prevé que la lectura del fallo sea en febrero de 2023.