Para usuarios del servicio de agua potable en el barrio Savoia, City Bell, fue una semana pasa el olvido la que pasó. Tras las quejas de los últimos días y el anuncio de mejoras en la red de ABSA, ayer denunciaron que seguían con los problemas de abastecimiento que alteraron el ritmo en las casas desde el fin de semana pasado. La causa es la baja presión en las canillas. En consecuencia, se mantenían las dificultades en las tareas cotidianas del hogar como lavar los platos, la ropa , limpiar el baño o darse una ducha.

Desde ABSA, la empresa estatal a cargo del servicio de agua y cloacas en la región, se indicó que se había detectado un empalme clandestino sobre una cañería troncal, que generó daños y la afectación del servicio en la zona limítrofe entre Villa Castells y Savoia.

También, se trabajaba el viernes en el reemplazo de una bomba en 13 y 464. Se estimó entonces que el servicio se normalizaría hacia la medianoche del viernes.

Sin embargo, los reclamos siguieron. Ayer, un vocero de la compañía indicó que “los trabajos se terminaron”, pero aclaró que “la normalización siempre es progresiva y puede que ese sea el inconveniente” que persistía ayer en la zona.

Desde la compañía se informó también que el jueves una cuadrilla debió intervenir una conexión realizada clandestinamente y que afectaba al Acueducto Norte, en calle 2 entre 491 y 492. Al mismo tiempo, una cuadrilla de montaje recuperó el funcionamiento de una perforación ubicada en 18 y 72, que había sido vandalizada en esas horas.

En el vecindario seguía el malestar con la respuesta ante el problema de la semana.

Fernando Trotta, de 479 y 13, sostuvo que “arrastramos seis días con este problema, que es que el agua no sube al tanque”, dijo y lamentó que “ayer (viernes) vinieron operarios y uno le dijo a una vecina que ‘vamos a tener agua el día del arquero’”. María Ester Calegari, detalló que el faltante alcanza a unos 40 duplex del barrio. “No se puede usar el baño, no podemos bañarnos, lavar la ropa es imposible al igual que los platos. Es una locura. Un maltrato terrible. Ya realicé siete llamados a ABSA pero todavía seguimos sin agua”.