¿Fin de los hospitales escuela?: la falta de interés para cubrir residencias en pediatría genera alerta y preocupación

“Durante décadas, entrar como residente al Hospital de Niños de La Plata no solo constituía un meta ambiciosa sino un motivo de orgullo para cualquier médico que aspirara a hacer de la pediatría su especialidad. La gran mayoría de los postulantes, que en ocasiones llegaron a superar los 200, no conseguía reunir el puntaje suficiente para ingresar en él y asegurarse así una de las mejores formaciones disponibles en el país. Pero sin que el Ludovica haya dejado de ofrecer una formación de excelencia, lo cierto es que hoy esa realidad parece haber quedado atrás.

Este año, como informó en su momento EL DIA, sólo 4 de los 25 cupos para residencias ofrecidas en el Hospital Ludovica encontraron interesados. Y su caso, aunque con un fuerte valor simbólico, no fue ciertamente una excepción. En el Noel Sbarra, el otro prestigioso hospital escuela de La Plata, 3 de las 5 vacantes quedaron sin cubrir. Y en otros, como en el Elina de la Serna, el Cestino de Ensenada y el Larraín de Berisso, directamente no hubo interesados.

Aunque voceros del ministerio de Salud de la provincia relativizaron la situación afirmando que la adjudicación de cupos “no está terminada” ya que “faltan las readjudicaciones y reubicaciones” -proceso que concluiría entre fines de septiembre y los primeros días de octubre-, los números registrados hasta el momento son contundentes. Tanto es así que el tema movilizó ya a los directivos del Hospital de Niños y las autoridades del Colegio de Médicos local.

Ocurre que si bien el interés por las residencias en ciertas especialidades como la pediatría ha venido mermando a lo largo de los últimas décadas, lo que pasó este año marca un hito histórico, acaso el comienzo del fin de un modelo que no sólo ha garantizado a muchas generaciones de padres contar con especialistas altamente entrenados para atender a sus hijos sino que sus servicios estuvieran al alcance de cualquiera, tanto de aquellos que podían pagarlos como los que no.

ALGUNAS DE SUS CAUSAS

¿Por qué las nuevas generaciones de médicos no parecen interesadas en ingresar como residentes ni siquiera en centros que les ofrecen una formación de alta calidad? La respuesta es compleja. Se trata de un fenómeno que tiene “múltiples aristas”, reconocen desde la Asociación de Profesionales del Hospital de Niños donde no ocultan su consternación por los efectos que podría tener.

“Los razones que inciden son muchas: los bajos ingresos y la falta de inversión en salud son dos de las que más pesan, pero hay que reconocer también que existe un factor generacional”, explica la doctora Zulma Fernández, jefa de servicio de clínica médica y presidente de la Asociación de Profesionales del Hospital.

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“La falta de inversión en salud que viene desde hace años posiciona hoy a los médicos pediatras en el multiempleo, trabajando a destajo para sostener un nivel de vida standard que les permita vivir Las nuevas generaciones ya no encuentran atractivo que compense las horas extenuantes de trabajo, lo que va a terminar generando una enorme desigualdad. Porque si los hospitales se siguen despoblando de recurso humano calificado, sólo aquellos padres que tengan poder adquisitivo podrán pagar especialistas que atiendan a sus hijos”, explica la profesional.

EL FACTOR GENERACIONAL

Pero como señala Fernández, el fenómeno también podría explicarse por un factor generacional. “”Hoy los pediatras jóvenes tienen muy en cuenta a la hora de elegir el tipo y calidad de especialización. Los médicos que eligen formarse como residentes tienen muy en cuenta que la especialidad no tenga guardias ni les insuma demasiado tiempo. Es por eso que ocupan los cupos de oftalmología y dermatología quedando vacantes muchos en pediatría y otras especialidades clínicas que resultan clave para sostener el nivel primario de atención”.

“Si los hospitales se siguen vaciando de recursos calificados, sólo uno pocos podrán pagarlos”

Antes que una dura y larga residencia, muchos optan hoy por “cursos formativos que duran pocos meses y salen a trabajar sin que nadie los audite, deteriorándose la calidad formativa. Piensan que ya pueden ejercer y priorizan lo económico al aspecto formativo. Entonces se suben a una ambulancia, atienden por una prepaga, o en un consultorio”, cuenta la presidente de la Asociación de Profesionales del Hospital.

“UNA MISERIA”

Pese a que coincide en señalar que se trata de un fenómeno complejo sin un una única explicación, para el presidente del Colegio de Médicos del distrito local, el doctor Jorge Mazzone, el factor económico es sin duda su causa principal.

“Los 110 mil pesos que se les paga hoy a los residentes son un una miseria que resulta incompatible para cubrir sus necesidades básicas. Si se tiene en cuenta que después de pagar la Caja de Médicos y la matrícula profesional esa suma se convierte en 90 mil de bolsillo, está claro que un residente no puede llegar a fin de mes”.

Lo cierto es que además de que la suma que recibe hoy un médico residente en la Provincia de Buenos Aires “está por debajo de la línea de la pobreza”, existe otra realidad. A menos de una hora de La Plata, “ese mismo profesional puede ganar 210 mil pesos haciendo una residencia en el Hospital Garrahan”, cuenta Mazzone.

En este contexto, “los médicos no tienen interés en cubrir las residencias en la Provincia. Hacen otras actividades, se forman de otro modo. Es así que pediatría, clínica médica, medicina general, toco ginecología, y otras especialidades clave que sostienen el primer nivel de atención se están quedando sin médicos que quieran ejercerlas”, remarca el titular del Colegio profesional.

“Cada día son menos los médicos que quieren formarse y trabajar en hospitales públicos”

“Lamentablemente -dice-, tenemos estas políticas sanitarias que maltratan a los profesionales destruyendo la calidad del sistema de saludad. Porque lo cierto es que cada día que pasa son menos los médicos que quieren formarse y trabajar en hospitales públicos”, se lamenta Mazzone.

La entidad colegiada no fue la única que reaccionó con alarma frente a los números arrojados por el último concurso de residentes en la región. También los directivos del Hospital de Niños dejaron de manifiesto su alarma convocando a los jefes de las diferentes salas para analizar la causas y posibles consecuencias de la situación, las que se cree que podrían comenzar a observarse ya el año que viene.

Y es que por tratarse de un centro del principal centro de referencia pediátrica de la Provincia de Buenos Aires, “los niños internados en el Ludovica tienen una complejidad que requiere un nivel de formación y una calidad de recurso humano que sólo un Hospital escuela puede ofrecer”, afirman.

“La consternación nos ha llevado a muchos pediatras a empezar a organizarnos para que los niños bonaerenses puedan seguir recibiendo atención del más alto nivel. Esperamos que quienes digitan las políticas sanitarias se muevan también para poner freno a este deterioro creciente”, señalan desde la Asociación de Profesionales del Hospital.