Asaltos cada vez más violentos en La Plata: vaciaron una casa a fuerza de “castañazos”

La inseguridad en la Ciudad volvió a poner en jaque a una familia platense. En esta oportunidad, a los dueños de una vivienda de La Cumbre, que terminaron convirtiéndose en blanco de un robo millonario, según fuentes policiales.

Si bien la pérdida de lo material suele convertirse en la principal frustración de quienes se convierten en víctimas de la delincuencia, en esta oportunidad lo que atravesó de manera más profunda a los damnificados fue el hecho de que uno de los integrantes de la familia fuera sometido a un trato cruel e inhumano, que muy probablemente dejará a todo el núcleo alguna marca psicológica.

Una chica de 23 años fue quien debió soportar la total falta de humanidad de tres ladrones, que apelaron a todo tipo de recursos para llenarla de miedo. Según se expuso en la denuncia, los sujetos no midieron a quien tenían enfrente.

Sin siquiera contemplar que la superaban tanto en número como en fuerza, no escatimaron en insultos, amenazas y gritos para lograr que la adolescente cumpliera con su voluntad. Incluso, según expusieron fuentes del caso, llegaron a aplicarle “varios castañazos” para que dejara de ofrecer resistencia.

Este episodio viene a confirmar la emergencia en seguridad que agobia desde hace varios años a toda esa parte de la geografía platense que incluye tanto a San Carlos como a Los Hornos.

De hecho, este brutal acto tuvo lugar tan solo 24 horas después del violento atraco que sufrió un docente en la intersección de las calles 63 y 135, en donde dos motochorros que intentaron robarle el auto en el que circulaba le terminaron propinando tres tiros al ver frustrados sus planes.

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Son muchos los vecinos que viven en estado de alerta por el drama de los robos.

En ese marco, muchos vecinos deciden hacerle frente a la inseguridad poniendo en práctica protocolos de salida y entrada, reforzando la seguridad de las casas con reformas edilicias, instalación de cámaras y alarmas o participando de foros vecinales.

Una de esas tantas familias terminó ayer sufriendo el despojo de sus bienes cuando al menos tres sujetos se colaron en su vivienda ubicada en 135 entre 531 y 532 y la saquearon de forma indiscriminada.

El asalto fue ejecutado en horas de la mañana, luego de que el matrimonio propietario del inmueble abandonara su morada para dirigirse a sus lugares de trabajo.

En este sentido los investigadores no descartan la posibilidad de que los delincuentes hayan estado agazapados en la zona y que pusieron “manos a la obra” cuando vieron salir gente, muy probablemente, creyendo que encontrarían la vivienda sola.

Lo cierto es que apenas pusieron un pie en la casa se encontraron con la joven de 23 años.

De un momento a otro, este hogar quedó a merced de dos sujetos, que le sacaron 2.500 dólares, 100 mil pesos, una notebook, 3 celulares, un vehículo Volkswagen Fox negro y una moto Honda Wave blanca.

En total estado de indefensión, la joven fue obligada a salir de su habitación e inmediatamente la amenazaron con que la golpearían si no permanecía en silencio.

El máximo nivel de tensión llegó cuando la chica objetó esta orden. Fue en ese momento que el por caso más violento de los intrusos le aplicó un golpe en la cabeza.

Así, con la única ocupante del domicilio completamente reducida, durante más de media hora los sujetos se dedicaron a registrar la casa hasta que dieron con los ahorros de la familia y las llaves del rodado.

La misma afrenta debió soportar una familia de Villa Elisa compuesta por una mujer de 88 años y su hijo de 57, cuyo sueño fue interrumpido en mitad de la madrugada por dos desconocidos.

Como se dijo, los propietarios de una finca ubicada en 45 entre 10 y 11, se encontraban descansando cuando sintieron un fuerte estruendo proveniente del living. Tras el ruido, en cuestión de segundos dos sujetos armados se presentaron en las habitaciones exigiendo dinero.

En poco tiempo ya habían embolsado 20 mil pesos, que el damnificado tenía en su billetera. No se sabe si estaban apurados, si se apiadaron porque había una jubilada, o si en verdad le creyeron al damnificado el argumento de que no tenía más que eso.

Lo cierto es que abandonaron el lugar en menos de un minuto no sin antes darle un “castañazo” al hombre y amenazarlo de que si los denunciaba volverían con otra actitud. Si bien no quiso hacer la denuncia, la Policía empezó una actuación de oficio.