Un zar peruano, al comando de una banda prototipo en su rubro delictivo

En Lima, Perú, el Zar del Hackeo amasó miles de soles -y otras divisas- usando una red perfectamente aceitada de “robacelulares” y reducidores. Eduardo Jesús Salinas Surichaqui llevó a sus “Monstruos de la Computación” a la cresta de la ola delictiva virtual. Los teléfonos móviles sustraídos le servían para entrar a cuentas bancarias y vaciarlas en segundos.

Los Monstruos tenían claro que sus víctimas debían pertenecer a los distritos más adinerados de la capital peruana. Por eso, mandaron a sus arrebatadores a zonas como Miraflores, Surco, San Borja y San Isidro. Los Monstruos de la computación se habían establecido en San Juan de Lurigancho y las fuerzas de la autoridad los catalogaron como una de las bandas más importantes del fraude informático en el Perú.

De acuerdo con la policía, el Zar del hackeo era “el terror de las cuentas bancarias”. A través de los aplicativos de billeteras digital y de las entidades financieras, con ayuda de su computadora y su disco duro, lograba dejar sin un sol -o uno o muchos dólares- a la víctima del robo de su celular en cuestión de segundos.