Dos detenidos y pedido de justicia por el crimen del joven de la UNLP

Tras casi 72 horas después del brutal crimen de Carlos Sánchez Paredes, el estudiante de 22 años asesinado el pasado sábado en Bernal por delincuentes que intentaron robarle mientras se dirigía a dar un examen en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, en la jornada de ayer la DDI de Quilmes de la Policía Bonaerense arrestó a dos sospechosos, uno de ellos menor de edad.

El primer sospechoso, Rodrigo F., oriundo de Bernal, tiene 24 años, mientras que el segundo es menor de edad y tiene 17. De acuerdo a la información revelada por fuentes del caso a EL DIA, fue encontrado en la zona de Ezeiza por efectivos de las comisarías de la zona.

Según se indicaron fuentes calificadas del caso, el detenido menor de edad será remitido a la UFI de Menores N°2 de Quilmes. Es imputable dada su edad. La indagatoria del mayor, a cargo de la UFI N°4 de la fiscal Karina Gallo, se espera en las próximas horas.

En este sentido y en medio de la investigación, ayer por la mañana, la fiscal Gallo buscaba testigos que le permitieran esclarecer el crimen de Sánchez Paredes, el estudiantes de la UNLP que brutalmente atacado por ladrones cuando salió de su casa, cuando iba camino a la parada de colectivos. En la escena, cercana a la Villa Itatí, los investigadores no encontraron cámaras de seguridad, por lo que la investigación se centró en tareas de campo.

La causa fue calificada como homicidio en ocasión de robo, debido a que los investigadores no hallaron el celular ni la mochila del estudiante de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata, detallaron las fuentes a este diario. Los médicos que revisaron el cuerpo encontraron un solo golpe en la cabeza. El resto es, por el momento, no está esclarecido: aún no se pudo determinar si fue una sola persona quién lo atacó o varias.

Por último voceros de la causa mencionaron que tampoco había rastros del arma usada para matar a Carlos en el lugar del hecho.

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De La Plata a Quilmes

Carlos Sánchez Paredes no era solamente un joven estudiante de la Universidad Nacional de La Plata, sino que -según afirman conocidos y excompañeros de facultad-, tenía una “luz especial” y “era querido por todos los que lo conocían”.

En este sentido ayer excompañeros de la carrera universitaria se dieron cita a la Terminal de Trenes y se sumaron luego a la movilización que se realizó en Quilmes.

Dolor, llanto y pedido de justicia

Con la presencia de varios jóvenes de La Plata, familiares y amigos de Carlos Sánchez Paredes, ayer pasadas las 18 horas se llevó adelante una protesta en medio del dolor y un fuerte pedido de justicia.

“Es difícil asimilar tu injusta partida mi querido sobrino, mi Carlitos. Nos dejás destrozado el corazón. Descansá en paz. Dios te tenga en su Santa gloria. Ahora estás junto a tus abuelos”, manifestó su tía que rompió en llanto junto a otros parientes del joven asesinado durante un episodio de inseguridad. En este sentido también manifestó: “Queremos que las autoridades den la cara. Queremos que los culpables paguen y estén presos. Los que atraparon no son los que mataron a Carlos”, sentenció.

“No hay seguridad. Carlos es una víctima más de la inseguridad que vivimos todos los días. Era un chico muy bueno, estudioso y ayudaba mucho en su casa. Es una verdadera injusticia lo que le pasó”, relató un vecino de la zona de Quilmes que acompañó la movilización con un cartel exigiendo seguridad.

Cabe recordar que Carlos, la víctima, que cumpliría 23 años el 26 de julio, debía ir a rendir un examen el último sábado y caminó rumbo a la parada de micros. Su mamá, como siempre, se quedó viendo cómo su hijo se alejaba hasta que lo perdió de vista.

Luego, como era costumbre entre madre e hijo, la mujer esperó por el mensaje que daba cuenta de que ya estaba en viaje, algo común, para que se quedara tranquila. Pero ese texto de WhatsApp nunca llegó y la mamá de Carlos salió a buscarlo por el barrio. El final fue trágico. Lo encontró a poco más de 100 metros de su vivienda, boca abajo, mientras agonizaba. Carlos llegó sin vida a un hospital de Wilde, trasladado por un vecino.