Campeón de TC Pista

RIO GALLEGOS, Santa Cruz.- Costó, pero lo que cuesta vale doble. Sin más, esa frase resume el modo en que recorrió Javier Bernardini el camino que lo llevó hasta obtener el título de TC Pista, el primero de su carrera deportiva en la órbita nacional.
Sin pasos en falso. Aprovechando cada oportunidad para sumar. Sacando el mayor provecho posible de su vehículo en cada instancia. Cometiendo contados errores en el transcurso del calendario. Es decir, forjando su ascenso hacia los primeros planos avalado en el esfuerzo, la dedicación, la confianza y el trabajo, que a la larga, dieron los mejores frutos.
En el resumen final de su labor, en la víspera, Pollo logró un inmejorable quinto puesto en la competencia culminante, haciendo gala de su solvencia a la hora de afrontar momentos críticos. Y beneficiado por la baja performance de sus principales rivales en la lucha por el campeonato, se alzó con el galardón más preciado. El título del TC Pista quedó para La Plata, y la ciudad está más que orgullosa.

Los últimos metros
En la presentación oficial del circuito de Río Gallegos, Javier Bernardini (llegó con tres puntos menos que los líderes Fabián Giustozzi y Juan Pablo Gianini) inició su participación -el sábado- no de la mejor forma.
Con dichos pilotos clasificados por delante de él (Pollo resultó 12º) las perspectivas no eran las mejores y el título parecía alejarse de las manos del platense. "Si bien sabíamos que contábamos con un medio mecánico muy bueno para afrontar la última del año, no era demasiado auspicioso partir del 12º lugar, ya que Giustozzi y Gianini habían clasificado mejor que yo", aseguró Bernardini.
Pero las carreras hay que correrlas. Y como ocurrió poco después en la definición del Turismo Carretera, el piloto que pagaba menos en las apuestas, hizo saltar la banca.
"Hay que reconocerlo. Más allá del esfuerzo realizado, tuvimos mucha fortuna en la competencia final, porque mis principales rivales fueron perdiendo terreno con el paso de las vueltas. Y en un determinado momento me encontré muy bien posicionado, con todas las chances para quedarme con el título", reconoció el flamante campeón en diálogo con este diario.
Al cederle los honores a Bernardini en pista, Giustozzi y Gianini (terminaron en el 14º y 26º puesto en cada caso), REX (Gabriel Adamoli) se convirtió en el último escollo que podía complicar el andar del Pollo. Pero al igual que ellos, el piloto de Capital Federal no pudo aguarle la fiesta, y debió contentarse con el subcampeonato.
Finalmente, Javier se aferró a su experiencia, sacó chapa de campeón y conservó con uñas y dientes su quinto lugar, hasta que cayó la bandera de cuadros (ganó Juan Cruz Pisandelli). Y le puso su firma al campeonato.
"Estoy muy contento. Es algo fantástico poder lograr el campeonato del TC Pista, especialmente cuando había tantos pilotos con chances para lograr el título. El equipo me dio un gran auto, trabajó muchísimo para esta carrera y con un poco de fortuna, se dio lo que esperábamos", contó Bernardini.
A pulmón
Bajo la tutela de Walter Alifraco (el encargado de desarrollar el Ford que lo llevó a conseguir el número uno), Javier Bernardini hizo su debut en TC Pista, con la intención de ganar un lugar entre los diez mejores pilotos de la categoría, al finalizar el año. Y vaya si cumplió con su objetivo.
Como quedó dicho, no fue una tarea fácil, porque estuvo signada por muchos sinsabores. "Cuando empecé en el TC Pista, nunca pensé que podía lograr el campeonato. Mi intención era quedar entre los diez primeros, para poder correr en Turismo Carretera en 2002. Y si bien sabía que el equipo de Alifraco era muy bueno, era impensado un final así", recordó Pollo.
Fueron pasando las carreras, los resultados no aparecían y los puntos grandes comenzaron a repartirse entre otros pilotos, los 'candidatos'. Y cuando Javier parecía no encontrar el rumbo, el auto empezó a ser protagonista.
Lentamente, la unión Bernardini-Alifraco empezó a surgir efecto, y llegó el primer triunfo, como señal inequívoca del buen trabajo que estaban realizando. A este se sumó otro, y un cúmulo de buenas actuaciones lo pusieron en la punta del campeonato. "A partir de ahí los rivales comenzaron a vernos de otra manera y nosotros empezamos a creer que la hazaña era posible. Lo bueno fue que no nos dormimos y luchamos hasta el final, para conseguir el título. Afortunadamente, la suerte jugó en nuestro favor y nos llevamos el campeonato", expresó el volante de nuestra ciudad.
Después de tocar el punto más alto en el TC Pista, con el recuerdo caliente de los acontecimientos, el 'proyecto' Bernardini sigue su curso. El año que viene lo encontrará compitiendo en Turismo Carretera, y La Plata se ilusiona con más.