Una actuación que deja al público sin aliento: ¿será Daniela Vega la primera mujer trans en ganar un Oscar?

La cinta chilena “Una Mujer Fantástica” llegó al Festival de Cine de Mar del Plata con aroma a Oscar: premiada con el Oso de Plata al mejor guión de la pasada Berlinale, la cinta que nuestro país vecino presentó para competir por el Premio de la Academia de Hollywood a mejor cinta extranjera es una de las favoritas para quedar seleccionada entre las cinco elegidas de la categoría, y páginas especializadas desde Indiewire hasta Vanity Fair afirman que Daniela Vega, de 25 años, podría ser nominada al Oscar a la mejor actriz de este año, lo que la convertiría en la primera transexual en aparecer en dicha categoría.

La actriz interpreta en el filme a Marina, una cantante lírica trans que llega a fin de mes gracias a su sueldo de mesera y que vive con Orlando, un hombre mayor de clase alta que dejó a su familia “tradicional” tras enamorarse perdidamente de esta camarera.

Pero una noche, luego de celebrar el cumpleaños de Marina, Orlando se descompone: ella lo lleva a la sala de emergencias, pero él muere justo después de haber llegado. En lugar de permitirle llorar a su amante, la vida de Marina se llena de sospechas: de los médicos, de la familia de Orlando e incluso por una mujer detective que investiga si ella estuvo involucrada en su muerte.

el prejuicio

Todos la resienten y sus miradas juiciosas se tornan hostigadoras y violentas: las sospechas existen y lo material incide (ella ocupa el departamento de Orlando, usa su auto), pero el director, Sebastián Lelio (nacido en Mendoza pero radicado en Chile) se encarga de dejar en claro que el eje de la problemática no es la causa de muerte, o el dinero, sino el prejuicio: para gran parte de la familia de Orlando su identidad sexual es una aberración, una vergüenza para la familia que intenta tapar ese idilio de Orlando con Marina y, tras su muerte, negarle el ingreso a su funeral y escribir los avisos fúnebres como si la familia nunca se hubiera quebrado.

Pero, como dice Marina, citando el gran himno de la música disco, “I will survive”, esta mujer fantástica sobrevive a todo lo que le tiran: Vega es el corazón de un filme sobre la resiliencia, a pesar de que ingresó al proyecto como una consultora. “Yo le contaba a Sebastián acerca del mundo trans, de la literatura, de los personajes, de la gente, y mi propia visión de vida, del género, de la masculinidad y la femineidad. Y un día, cerca de fin de año, me envió un guión a mi casa: ahí me enteré de que el protagonista no era Orlando, sino Marina, y que él quería que yo fuese la protagonista de la película”, contó la actriz durante el Festival, donde cada función del filme fue presentado a sala llena y terminó con una ovación cerrada para la intérprete.

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el desafío

A pesar de que la propuesta fue súbita, Vega afirma que “cuando me ofrecieron el personaje no lo dudé un segundo. Sentí que era un desafío valioso”, explicó. Marina, el complejo personaje que escribió junto a Lelio, una mujer que “habla lo justo, con los ojos”, fue un verdadero desafío interpretativo pero, dijo, “trato de transformar las dificultades en oportunidades de creación”. El desafío, además, le pareció particularmente significativo en un momento “enrarecido” para la región en la lucha por los derechos del colectivo LGBTI, donde “a muchos nos falta mucho”.

“Hay espacios que todavía no están disponibles para alguna persona. Y la película busca cuestionar esos espacios de moralidad, y hacerse la pregunta de qué cuerpos se pueden habitar y qué cuerpos no se pueden habitar, qué amores se pueden vivir y qué amores no se pueden vivir, y quién dijo que esos cuerpos no se pueden habitar, o que esos amores eran inconcebibles. La película es una gran pregunta: ¿qué estamos haciendo con la empatía? ¿Por qué a algunas personas se les niega el amor por sentir diversamente?”, se preguntó Vega, para concluir que “yo no conozco a nadie que sea igual a otro: y de eso me enamoro, de que son distintos a mi. Si no sería como estar con un espejo”, recibiendo otro aplauso cerrado de un público todavía emocionado con el filme chileno.

Vega unió así, en una de las mejores interpretaciones del año, arte y militancia en el filme de Lelio, cineasta en ascenso que que acaba de estrenar su primera película en inglés, “Disobedience”, ya había mostrado mujeres empoderadas y hermosas en la premiada “Gloria”. Y sostuvo: “A pesar de que hay algunos que intentan construir muros, con esas piedras otros intentamos construir puentes comunicantes: eso es el arte”.