En un festival de robos en la Región, una familia vivió una odisea en Olmos

Se sufre en el Centro. Y también en la periferia. El delito no da tregua ni se toma vacaciones en un verano que sorprende por la cantidad de robos que suceden en toda la Región, con distintas modalidades y un alto grado de violencia.

Ayer a la madrugada, una familia de quinteros vivió una pesadilla a manos de un grupo de delincuentes que entró por la fuerza en su casa de Olmos, después de envenenarles seis perros. A ellos los golpearon, los ataron y les robaron.

El terrible asalto ocurrió a las dos de la mañana, cuando las seis víctimas dormían en una zona de quintas de 38 entre 169 y 170.

Tras amenazarlos con armas de fuego, los intrusos les pegaron patadas y maniataron a un hombre de 65 años, a su esposa de 60 (ambos bolivianos) y a tres hijos suyos de 39, 24 y 22 años. Entonces comenzaron a apoderarse de diversas pertenencias de las víctimas.

El único que se salvó del maltrato de la banda fue un nene de 6 años, nieto de los dueños del lugar, a quien no despertaron.

CARNE CON VENENO

Bajo la lluvia de la tarde, los damnificados de este nuevo ataque a quinteros (ver aparte) contaron los detalles del angustiante episodio que vivieron a la madrugada.

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“Llegaron en auto y lo primero que hicieron fue envenenar a nuestros seis perros”, relataron los hermanos Luis Nicolás (39) y Rubén Sagredo (22), refiriéndose a tres mestizos, un ovejero alemán, un labrador y un caniche, a los que les tiraron carne con veneno.

Según Rubén, “en casa dormían todos menos yo, que estaba recostado mirando el celular. De repente escuché ruidos y creí que sería algún gato”, pero el estruendo que hicieron al romper la puerta con una masa lo convenció de que no eran gatos. “Ni siquiera tuve tiempo de poner algún mueble para taparles la entrada”, lamentó.

El joven recordó que los delincuentes se presentaron como policías, aunque no usaban uniformes y, para marcar territorio desde el arranque, “nos pegaron una patada a cada uno”, indicó Luis, agregando que después los ataron a todos, menos a su hijo.

Con la situación bajo control, los asaltantes comenzaron a buscar plata y cosas de valor. Según Luis, les robaron “25.000 pesos, cinco celulares, dos televisores LCD y bolsos en los que cargaron mucha ropa e instrumentos musicales”.

Es que los hermanos tienen una banda de música con la que se presentan en fiestas de esa zona y en localidades del Conurbano. O mejor dicho, se presentaban, porque los ladrones se llevaron “una guitarra, un bajo y teclados”, detallaron a este diario.

Lo que sí lograron recuperar fue la batería y un teclado, en el momento en que los asaltantes tuvieron que auxiliar a uno de la banda que se intoxicó “al manipular el veneno” con el que mataron a las mascotas, describieron las víctimas.

El sujeto parecía estar mal “y lo llevaron hasta el auto de ellos, mientras uno le decía a otro que se habían complicado las cosas”, señaló Luis.

La costumbre de matar a los perros antes de entrar en las fincas se está volviendo una costumbre. En su edición del 10 de enero, este diario reflejó que eso mismo pasó en otro asalto a dos viviendas de quinteros de Abasto, en 436 y 214, donde seis delincuentes armados también ataron y golpearon a agricultores para escapar del lugar con 120.000 pesos, celulares y una bicicleta.

Retomando el caso de ayer, los hermanos Sagredo coincidieron en estimar que la banda permaneció en el lugar “una hora y media”.

“El jefe del grupo tendría 50 años. Era el más tranquilo, pero el que más insistía en reclamar plata. Los otros tres tendrían entre 22 y 28 años. Al que no vimos es al quinto delincuente, porque se quedó esperándolos en el auto”, relataron.

Uno de los ladrones se sintió mal por manipular la carne con veneno. Huyeron en un auto

En una verdulería de San Carlos, dos delincuentes golpearon a una mujer que se resistió

Las víctimas viven en ese lugar y trabajan como horticultores desde hace 24 años, lapso en el que sufrieron distintos delitos, como el robo de maquinarias y el incendio de una camioneta en un intento de robo, pero también dos asaltos violentos. Ambos ocurrieron en el último año y medio.

Los hermanos coincidieron en decir que el de ayer fue peor que el anterior porque “ahora estaban nuestros padres”, a los que “ataron y les robaron hasta los tenedores”.

otros robos

El brutal asalto en Olmos no fue el único que ocurrió en las últimas horas.

Ayer al mediodía, dos delincuentes armados se metieron en una verdulería de 138 y 49, en el barrio San Carlos, donde le pegaron un culatazo en la cabeza a una empleada porque se resistió a entregarles la plata que había recaudado hasta entonces. “Se salieron con la suya porque se llevaron 300 a 400 pesos que había en la caja”, contó la víctima junto a una compañera, aunque no fue por mucho tiempo, ya que en la fuga perdieron la plata y la encontró un cliente que salía de una farmacia de la cuadra.

“Vio el revuelo que había en el local, dijo que él tenía el dinero y lo devolvió”, revelaron las víctimas.

En sus tres años de vida, la verdulería ya sufrió tres asaltos, en un barrio que las mujeres describieron como “inseguro” por la “falta de policías”.

Además, ayer a la mañana dos delincuentes encañonaron a una mujer para quitarle su automóvil Chevrolet Cruze de color negro en 13A y diagonal 92, en City Bell.

En la zona de 116 y 40, en barrio Hipódromo, los dueños de una vivienda descubrieron que ladrones habían aprovechado su ausencia para ingresar en el lugar por la claraboya del baño y robarle un televisor LCD.

En 2 entre 530 y 531, dos asaltantes se llevaron la plata de la caja de un locutorio.

En 6 bis y 600, dos sujetos despojan a una mujer de la mochila en la que tenía dinero en dólares y pertenencias. Y, anoche, una banda asaltó una casa de deportes en 520 y 139, donde maniataron al dueño.