Llorenç González: “El motor de vida del argentino es el corazón”

A los 34 años, el actor catalán Llorenç González se ha convertido en una cara conocida sobre todo gracias a la exposición mundial que regala la plataforma Netflix, en donde forma parte de dos exitosas producciones españolas, “Velvet” y “Gran Hotel”.

Simpático y humilde, el actor que le dio vida a Jonás (un audaz diseñador) y a Andrés (un inseguro pero buenudo camarero) en las respectivas producciones, recorrió hace dos años el país de punta a punta como mochilero y tanto se enamoró de estos paisajes, tan diversos, tan hermosos, que decidió, siguiendo los consejos de su amigo Pedro Alonso (Berlín en “La Casa de Papel”) traducir todas esas experiencias en una obra teatral para un solo personaje, él, abrazado sólo por cuentos, tangos y otras yerbas.

“Tocando al frente” -nombre inspirado en una canción brasileña que le escuchó a un gaucho y que definió como una filosofía de vida que consiste en “emprender el camino y mirar siempre hacia adelante”- es la propuesta con la que debutó, primero, en su tierra natal y con la que cruzó de este lado del Atlántico en abril, consiguiendo una aceptación que todavía lo sorprende y que lo ha hecho seguir girando la rueda.

Y en este marco, de funciones agradecidas, íntimas y cálidas, es que Llorenç desembarcará en nuestra ciudad el próximo 25 de noviembre a las 20 en Teatro Metro, 4 entre 51 y 53, de la mano de este espectáculo que ilustra con fotos que hizo en su aventurero viaje y que incluye la participación de la pianista Ariela Kantor.

En diálogo con EL DIA, el carismático intérprete, que será parte de la nueva temporada de “Velvet Colección”, se refirió a su propuesta escénica y al encantamiento con un país en el que descubrió que los “no” sólo son una excusa para seguir intentando.

-¿Dónde y cómo nació tu interés por nuestro país?

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-Mi interés por Argentina llega de distintos puntos. Por un lado, de manera intuitiva, Argentina quizás es el país donde uno más se cuestiona como individuo. Tengo la sensación que a la gente de acá les gusta el trabajo personal de conocerse, analizar el comportamiento; no creo que sea porque que la terapia y el psicoanálisis esté tan presente en el día a día de muchos argentinos y argentinas, y eso es algo con lo que yo conecto bastante. Y por otro lado, por el tango. Cuando estudiaba comedia musical en Barcelona un profesor nos enseñó algunos tangos y yo quedé fascinado por las letras, la manera de cantar.

-“Tocando al frente” primero se estrenó en España, ¿cómo recibieron los españoles el relato de tu experiencia como mochilero en Argentina?

-El recibimiento en Madrid y en Barcelona fue muy bueno. Lo que más me alegraba era cómo la gente conectaba con distintas cosas. Había quién conectaba con el hecho de viajar y las inseguridades que plantea estar en un sitio desconocido; otros conectaban con la contemplación casi mística de la naturaleza; otra gente conectaba con las ganas de conocer el país, y algunos argentinos y argentinas que vieron la función y que hacía tiempo que estaban lejos de Argentina durante una hora y medio pudieron viajar por su país de origen y me lo agradecían emocionados. Es una sensación muy gratificante comprobar cómo algo tan personal como es mi viaje, toca emocionalmente a la gente que ve el espectáculo. Esa es la esencia del teatro y haberlo conseguido me hace sentir muy satisfecho.

-¿Cómo ve el español promedio al argentino? ¿Traías algún prejuicio que hayas podido borrar con tu experiencia?

-El español en general no sé como lo ve. Lo que a mí más me impactó fue descubrir que el motor de vida del argentino, y creo que del latinoamericano en general, es el corazón. Creo que en Europa el motor de vida está más en la cabeza, en la mente. Un poco de cada uno sería lo ideal. Por mi experiencia, el argentino reacciona inmediatamente a lo que está ocurriendo, enseguida hay montado un paro, una protesta, una fiesta, también. Me da la sensación que las normas acá tienen un carácter orientativo. No digo que sea lo mejor, pero hay algo de esa flexibilidad que hace del argentino, un superviviente. Encontrará mil y una trabas para hacer una cosa simple, pero lo logrará.

-¿Eso es lo que más te ha sorprendido?

-De momento a mi me parece un tanto curioso porque estoy de visita, pero entiendo que muchas veces debe ser desesperante. En Europa todo está o permitido o prohibido y un ‘no’, es un ‘no’ rotundo, no hay más vías para conseguir lo que uno quiere. Tengo la sensación que acá, un ‘no’ es más un ‘inténtelo de otra manera’. Todo son apreciaciones personales, por supuesto, pero ahora que llevo ya casi un par de meses acá y parece que eso se va alargar un poco más, estoy empezando a experimentar lo que es vivir la ciudad y ya me he encontrado con algunos trámites complicados.

-Dijiste que para crear a “Andrés”, tu personaje en “Gran Hotel”, tu director de puso como referencia a Diego Peretti. ¿Fue tan así?

- Sí. Me causa gracia que haya tenido tanto revuelo porque fue una indicación del director como cualquier otra, pero ha sido gracioso, incluso la anécdota llegó a oídos de Diego Peretti y a través de mis productoras me mandó un mensaje deseándome un buen entreno acá en Buenos Aires, cosa que me puso muy contento porque él a mi me parece un gran actor.

-¿Tuviste oportunidad en estos meses de conocer a otros actores locales que te hayan sorprendido?

-He tenido oportunidad de ir bastante al teatro y de admirar el trabajo de muchos actores y actrices que no conocía, y algunos otros que sí, y la verdad es que mayoritariamente quedé encantado de cada uno de sus trabajos. Por citar alguna obra concreta vi el “Hijo eterno” con Michael Noer, “Matate amor” con Erica Rivas, y otros espectáculos como “Millones de segundos” y “La vida extraordinaria”, con dos maravillosas actrices.

-¿Qué te llevó a dedicarte a la actuación?

-Yo recuerdo muy bien el día que decidí estudiar arte dramático. Terminaba lo que es el Bachillerato, en España, con 18 años, y ya de manera amateur había hecho algunas cosas, sobretodo con unos amigos con los que a día de hoy somos compañía de teatro, y pensé que podía ser una buena opción. Me gustaba estar en el escenario, me sentía bien, me sentía pleno, me gustaba intentar transmitir sentimientos y emociones. Entonces no era tan consciente pero también me gustaba que me mirasen, que me aplaudiesen.

-¿Te imaginás dedicándote a otra cosa?

-Lo de ser actor lo voy decidiendo día a día, porque a medida que pasa el tiempo uno se va dando cuenta de lo que es para sí mismo esto de ser actor, o intérprete, o dedicarse al arte. Yo me cuestiono todo treinta mil veces al día, también mi profesión, y escribo páginas y páginas; antes de ser actor trabajé de otras cosas, de mozo por ejemplo, así que supongo que si tuviera que ganarme la vida de otra manera sabría como hacerlo, pero entre tantas preguntas que me hago si que tengo bastante claro que me gusta estar en el arte. Intentar emocionar a un público, entretener, hacer pensar, encontrar el lado poético a la vida, escribir, no sé… Estoy satisfecho de haber elegido el arte como motor de vida. Y además hay tantas otras disciplinas artísticas aparte de la interpretación que quién sabe...

-Después de esta gira de “Tocando al frente”, ¿qué otros proyectos tenés en mente? ¿Alguno en Argentina?

-De momento el proyecto más concreto es la filmación de la tercera temporada de “Velvet Colección”, de marzo a julio, más o menos. Luego hay muy buenas intenciones y primeros contactos con algunos otros proyectos, en ambos lados, pero que no es nada concreto, más que la satisfacción de notar el interés y soñar con la posibilidad de…

-Viniste fugazmente a La Plata a conocer el teatro en el que te vas a presentar, ¿qué referencias tenés de nuestra ciudad?

-Se que es la ciudad de las diagonales, que tiene una de las catedrales más altas de Latinoamérica, sino la que más. Y como anécdota contaré que cuando fui para visitar el teatro nos perdimos con Valeria, una de las productoras que me acompañó, haciendo honor a un dicho o refrán que me contaron que dice que “Quién no se pierde en La Plata, es que no ha estado en La Plata” o algo por el estilo...