Mientras gana en confianza y solidez, ya tiene una dupla ofensiva que entusiasma

Por MARTÍN MENDINUETA
@firmamendinueta

A fuerza de buenos resultados, el “León” de Lucas Bernardi va conquistando uno de los mejores elogios que puede recibir un equipo de fútbol: “Estudiantes es un rival bravo para cualquiera”. Esa frase que parece un elogio liviano encierra muchas virtudes.

Sin tener todavía lapsos de brillantez, entre el final del año pasado y el comienzo de este ha logrado un funcionamiento serio que le permite ilusionarse con terminar la presente edición de la Superliga entre los primeros cinco de la tabla de posiciones. Si eso ocurriera, Bernardi, que llegó a City Bell con bastante resistencia popular, habrá logrado una meta muy bien considerada por los hinchas albirrojos.

Este versión 2018 tiene varios apellidos “pesados” que han quedado al margen y eso generó protestas de tono elevado. Ser nuevo en la vida de Estudiantes, con poca espalda como entrenador y tener el atrevimiento de no considerar en la primera línea a hombres referenciales como Damonte, Pavone, la “Gata” Fernández y al “Chavo” Desábato es tan fuerte como arriesgado. Dos derrotas seguidas habrían significado un viento en contra difícil de soportar.

Con rasgos de su antigua matriz (Andújar, Sánchez por la derecha de la defensa, Schunke, que hoy parece el más titular de todos los zagueros, y el inoxidable “Chapu” Braña como patrón en el medio), más decisiones innovadoras del entrenador rosarino, va tomando forma una estructura confiable que seduce a sus hinchas mucho más desde la eficacia que a través de su juego. En el almanaque recién nacido el “Pincha” tiene números propios de un puntero y eso impacta. Diez puntos sumados sobre doce posibles representa un boletín de alumno ejemplar.

Ante Unión le costó encontrar el camino triunfal, pero tampoco se le puede exigir que resuelva todo con rapidez y contundencia. Después de un primer tiempo donde la tenencia del balón no representó un mérito productivo, y un comienzo del complemento con alguna zozobra en su área, quebró a su huésped gracias a la mejor aparición en el partido de Gastón Giménez.

LE PUEDE INTERESAR

Los 19 que viajan

LE PUEDE INTERESAR

Racha poco común: sufrió una expulsión tras más de un año

El refuerzo que llegó por expreso pedido del técnico todavía no está rindiendo en su esplendor y, por momentos, se hace eje de la distribución del juego parándose muy atrás, adentro del círculo central. Todavía no es el conductor natural, se le reconoce buen pase y manejo criterioso, aunque le falta lograr mayor injerencia en el trámite del partido.

AGREGÓ SACRIFICIO Y SE HIZO TITULAR

Lucas Melano, un delantero difícil de encasillar, disfruta su estadía en el equipo titular aportando gol y complementándose cada vez mejor con Juan Otero. Más combativo que en sus primeros partidos y estando muy atento para presionar la salida del rival (el segundo gol a Independiente lo hizo el colombiano, pero él colaboró tapándole posibles pases al arquero Campaña), el ex-atacante de Lanús y de Belgrano está encontrando su rol y su lugar. Hoy Ferney es el hombre-gol a marcar y él, un socio que conoce su libreto.

El mes pasado, en plena pretemporada, parecía arrancar desde muy atrás, pero ahora son muchos los que aceptan la idea de que el “Tanque” salte al campo como hombre fresco en el segundo tiempo. El crecimiento del delantero cordobés es para valorar. Estudiantes no ataca con un nueve tradicional, de esos que todos reconocen en el área rival. Apuesta por dos hombres que se sienten más cómodos moviéndose por el frente ofensivo y apareciendo en diagonal hacia el arco.

EL CONTRAGOLPE LE SIENTA BIEN

El último viernes Estudiantes tuvo la pelota durante todo el primer tiempo y no supo generar situaciones de peligro real. El partido lo abrió a partir de saber presionar ante la tenencia de Unión. Esa faceta del juego la interpreta y la ejecuta con eficacia. Allí podemos encontrar una buena huella del trabajo de su técnico.