Baja tasa de éxito, alto riesgo y costos elevados

“La ley nacional de fertilización asistida no planteaba límites de edad, lo que generó un vacío legal que venía dando lugar a la realización de tratamientos con bajas tasas de éxito, alto riesgo y costos elevados para el sistema de salud. La mujer que tiene 44 años, por ejemplo, podía acceder a una fecundación in vitro o un ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides) cuando la experiencia muestra que a esa edad las posibilidades de éxito son remotas, y que si se llega a embarazar tiene un riesgo elevado de tener un bebé con una enfermedad genética grave. Esto no sólo implica un enorme gasto de dinero en tratamientos con mínimas chances de tener éxito. Al existir un límite de edad, ese límite favorece que en un caso como éste el tratamiento se haga a partir de ovodonación, que no es un procedimiento al que suele recurrir la pareja en este contexto. Por eso siempre sostuvimos que las edades límites son sensatas y están en sintonía con los protocolos de trabajos que seguimos los centros de fertilización asistida nucleados en la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva”.