Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

Un panorama desolador en el Centro, entre caos y destrozos

Personas lastimadas o afectadas por los gases lacrimógenos; vehículos y locales dañados; rastros de la violencia por todos lados

22 de Agosto de 2018 | 02:31
Edición impresa

Informe: Rodrigo Barría Lorca

Decir que una parte del Centro se transformó en “tierra arrasada” tras los gravísimos incidentes ocurridos durante los enfrentamientos entre manifestantes de Astillero y la Policía parece exagerado. Pero al observar con detenimiento la cantidad de personas afectadas por el contacto con los gases lacrimógenos, algunas lastimadas al quedar en medio de la locura; los comercios y vehículos dañados, así como los rastros de la violencia extrema estampados en frentes de edificios, veredas, calles, vidrieras y demás, la imagen no resulta tan distante de esa afirmación.

Pasó tanto, que allá por las 15:30 costaba captarlo con una sola mirada o explicarlo en pocas palabras. Desde las cortinas de humo negro, tan profuso como irrespirable en 7 y 50 y en 7 y 49, al inconfundible olor a pólvora en el ambiente, sostenido y concentrado después de incontables disparos y detonaciones.

Las paradas de micros, maltratadas por la acción de los combates, empezaban a concentrar a muchísimas personas que trababan de dejar el lugar. Largas filas se fueron formando en las que están dispuestas desde Plaza San Martín hasta Plaza Italia, e incluso más allá, en 7 y 42, a la espera de micros que nunca llegaban. Sin un recorrido claro, afectado por los incidentes, los colectivos buscaron moverse por calles alternativas a las habituales algo que, en combinación con los restantes vehículos que no podían transitar por el Centro, sobrecargó numerosas arterias, provocó enormes demoras, para todos, y generó más complicaciones de las habituales a esa hora de un día laborable. Los usuarios, tras una larga espera, en algunos casos se toparon con cuatro o cinco micros de la misma línea juntos, muchos abarrotados, otros que no se detuvieron en las paradas y fueron pocos los que consiguieron subirse al que necesitaban.

En ese tiempo, unos cuantos tomaban fotos de los materiales de las paradas destruidos, porque habían sido usados como escudos por los manifestantes.

También se repitieron los rostros de personas lagrimeando, con irritaciones y, en el caso de algunas mujeres, con la pintura del rostro corrida tras exponerse a los gases lacrimógenos. Así como una gran cantidad de piedras y cartuchos de escopeta usados, distribuidos por el asfalto y las aceras; canteros rotos a mazazos para utilizar el material como objetos contundentes para lanzar, lo mismo que parte de los escalones que dan ingreso al Pasaje Dardo Rocha; el interior de un contenedor en llamas, después que vándalos prendieron fuego materiales que estaban en su interior; fogatas en distintos puntos, como en 7 y 50 o en 50 entre 6 y 7; o los vidrios destruidos de la caseta del COM, sobre la Plaza San Martín.

Los comercios de la zona también la pasaron mal y sufrieron daños, o debieron cerrar por un lapso de tiempo para evitar males mayores.

Milagros, empleada de una lencería de 7, 50 y 51, manifestó su malestar por lo sucedido en diálogo con EL DIA: “Tengo mucha bronca por todo lo que pasó. Uno quiere trabajar y, encima que la cosa está complicada, cuando hay incidentes como estos la gente no viene a comprar”. Y agregó: “Entiendo que los trabajadores quieran hacer su reclamo, pero esto fue demasiado. Acá tuvimos que bajar las persianas cuando se puso todo muy complicado con los enfrentamientos y el gas lacrimógeno”.

Katrina trabaja en un local de computación en esa misma cuadra y también dejó su reflexión sobre los hechos: “Me da mucha lástima ver cómo se matan todos contra todos. Fue lamentable lo que pasó. Esto perjudica a todos los que queremos trabajar en paz”. En tanto, Víctor, guardia de seguridad de la Galería San Martín, dio detalles de las peripecias que debieron hacer para tratar de salir indemnes ante los choques: “Cuando la situación empezó a ponerse complicada tuvimos que cerrar la galería para evitar que pudiesen entrar o romper cosas en los locales. Recién cuando la cosa se calmó, después de un buen rato, analizamos si estaban dadas las condiciones para volver a abrir y levantamos otra vez la persiana”.

Más grave fue la situación que denunció haber vivido Walter, un pochoclero que se encontraba trabajando cuando quedó inmerso en el caos. “En el momento que empezaron los disparos con balas de goma, uno me pegó en la pierna. De golpe vi cómo una gran cantidad de gente vino hacia donde estaba yo y justo ahí la policía tiró gases lacrimógenos. Así que terminé llorando bastante porque me agarró justo ahí”, contó. Y recordó que “lo único positivo de la tarde fue que, al principio, cuando se formó un cordón policial, algunos efectivos me compraron pochoclos”.

Justo en ese momento, un joven que la había pasado mal y trataba de dejar el lugar, irrumpió en la charla y tiró: “Esta gente siempre nos caga a nosotros. Vengo caminando desde hace un montón de cuadras y no logro conseguir un micro por todo lo que pasó. Así no va”.

Como él, Juan Carlos Berón, secretario general del Sindicato de Conductores de Taxis de La Plata, también se quejó por los gravísimos incidentes, pero en su caso porque varios vehículos de alquiler resultaron dañados. “Rompieron varios taxis, con palazos y patadas, que justo andaban por el Centro. Fueron daños materiales y por suerte no hubo heridos. Pero no se puede trabajar en estas condiciones. El Centro es el lugar desde donde parten muchísimos viajes, por eso es una zona muy transitada. Y esta vez, con todo lo que pasó, la ligaron varios”.

Todas estas escenas y testimonios del descontrol vivido se prolongaron durante la tarde. Y la situación, lejos de volver a la normalidad, en algunos casos siguió mostrando las consecuencias del desastre, como en el caso de los colectivos. Varias líneas no habían retomado su recorrido habitual en pleno centro pasadas las 21, por lo que se seguían recibiendo quejas de usuarios en la redacción de EL DIA.

“Tengo bronca. Tuvimos que cerrar por los incidentes”, aseguró Milagros, empleada de un local

 

 

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

Multimedia

Un auto con los cristales destruidos frente al edificio de la gobernación / Dolores Ripoll

Daños y vidrios rotos en la gobernación / D. Ripoll

Piedras por todos lados tras los incidentes / D. Ripoll

Manifestantes prendieron fueron un contenedor de basura durante los enfrentamientos / Roberto Acosta

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$120/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2250

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$160/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3450

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$120.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2250.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla