Diez retos de Latinoamérica en 2020, en busca de un crecimiento fuerte

EFE

Tras un 2019 que en términos de crecimiento ha ido de más a menos y va a terminar con la economía estancada -el FMI calcula un alza del PBI de 0,2 por ciento y la Cepal del 0,1 por ciento-, América latina afronta el nuevo año con la esperanza de la recuperación de su PBI, aunque los pronósticos vaticinan que será insuficiente para reducir la brecha con los países desarrollados.

Estos son los principales retos para la región en 2020:

1

CAPEAR LA DESACELERACIÓN

Con Argentina todavía en recesión, la marcha del PBI regional en 2020, que según el FMI crecerá el 1,8 por ciento, dependerá de México y Brasil. El primero viene de un frenazo ligado a la escasa inversión y las incertidumbres tras el triunfo de Manuel López Obrador y el T-MEC (tratado de libre comercio entre México, EE UU y Canadá), que pese al acuerdo de 2018 aún debe ser ratificado por los parlamentos de EE UU y Canadá.

Brasil salió de la recesión en 2017 y no logra retomar su potencial de crecimiento, aunque medidas como la reforma jubilatoria, las privatizaciones y liberalización de mercados mejorarán su deuda e impulsarán su economía el próximo año.

2

GUERRA COMERCIAL

El FMI le puso números en octubre pasado los efectos de la guerra comercial: EE UU y China crecerán en 2020 ocho décimas menos que en 2018 y arrastrarán consigo al resto del mundo, incluida Latinoamérica, que depende de los flujos internacionales y es muy sensible a la caída de actividad de la economía mundial y del gigante asiático, con el que cada vez tiene más lazos comerciales.

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Pese a que el acuerdo parcial de diciembre de 2019 ha dejado un buen sabor en el final del año, la batalla arancelaria es impredecible y puede causar sobresaltos si se reactivan o anuncian nuevas medidas proteccionistas, como ha ocurrido recientemente con el sorpresivo anuncio de Donald Trump de reimplantar las tasas al acero y al aluminio procedente de Argentina y Brasil.

3

MALESTAR SOCIAL

Las protestas sociales que viven varios países del continente ponen de manifiesto que la política económica no ha sabido o no ha podido extender los beneficios de la estabilidad macroeconómica de los últimos años y crear sociedades más inclusivas y menos desiguales.

La protesta puede llevar a los gobiernos a replantearse reformas impopulares y existe riesgo de caer en la parálisis ahora que la región sale del habitual estancamiento económico y legislativo de los procesos electorales. En 2019 Argentina y Bolivia celebraron elecciones con cambio en el poder en ambos casos; y han estrenado gobierno Brasil, México (Manuel López Obrador tomó posesión en diciembre de 2018) y, podría decirse que en cierta forma, también Colombia (Iván Duque accedió al cargo en agosto de 2018).

4

DIVISAS

La mayor percepción de riesgo debido a la incertidumbre y las protestas sociales lastraron la cotización de las monedas locales, que aceleraron su devaluación y, en casos como el de Chile, se requirió la intervención en el mercado del Banco Central para combatir su caída.

Sin embargo, excepto en el caso de Argentina (y de Venezuela, con su grave crisis de hiperinflación y desabastecimiento), la inflación está bajo control en el resto de los países, lo que deja margen para usar la política monetaria en favor del crecimiento económico.

Además, las tres rebajas de tipos de interés de la Reserva Federal estadounidense (Fed, banco central) durante 2019, sumadas a la continuidad en la zona euro (las tasas del Banco Central Europeo, BCE, están en el 0 por ciento desde 2016) pueden ayudar a hacer más atractivas para los inversores las divisas latinoamericanas.

En 2020, EE UU y China crecerán ocho décimas menos que en 2018 y arrastrarán a Latinoamérica

5

EXPORTACIONES

Las economías de América latina presentan un alto grado de apertura al exterior. El menor crecimiento mundial de 2019 afectó la demanda e hizo mella en las exportaciones de Latinoamérica, que según las últimas previsiones de la Cepal caerán el 2 por ciento, lo que contrasta con el alza del 8,3 por ciento registrada en 2018.

La esperada mejora económica de 2020 no garantiza un alivio automático de la situación, ya que el mal comportamiento de las exportaciones hasta ahora se explica por la caída de su valor y no por el volumen exportado.

6

MATERIAS PRIMAS

Latinoámerica tiene en la venta al exterior de materias primas como cobre, hidrocarburos o productos agrícolas, una de sus principales fuentes de ingresos. Tras un 2019 peor de lo esperado (el índice de precios de las materias primas del FMI cayó entre febrero y agosto de 2019 un 5,5 por ciento), las previsiones de los organismos económicos indican que en 2020 los bajos precios continuarán debido a la menor demanda esperada por el bajo crecimiento global.

7

CUENTAS PÚBLICAS

Los déficits públicos de casi todos los países de América latina dejan sin margen a los gobiernos para actuar y la política fiscal durante 2020 se centrará más en mantener las cuentas públicas bajo control que en apoyar el crecimiento. Las deudas públicas de la región no suponen un riesgo elevado salvo en Argentina, que tras el desplome del peso y la dificultad para captar fondos en los mercados por parte del país tuvo que reprogramar el calendario de pagos de su deuda.

8

INVERSIÓN

Ante la dificultad presupuestaria para acometer grandes planes de inversión públicos, los países tendrán que ser capaces de generar confianza para atraer inversiones privadas, sean nacionales o extranjeras. La colaboración público-privada se va a imponer en 2020 y es posible que a lo largo del año se reproduzcan en otros países planes como el anunciado en noviembre pasado en México, que pretende movilizar unos 40.000 millones de dólares en 147 proyectos de infraestructuras.

9

PRODUCTIVIDAD

Latinoamérica tiene un problema histórico de productividad y no avanza en este aspecto. Según un estudio del Banco de Desarrollo regional CAF, en 2017 los ingresos per cápita del grupo de países más avanzados de la región representaban entre el 20 y el 40 por ciento del de EE UU, cifras que apenas han variado en décadas. Mejorar la productividad es garantía de un mayor crecimiento. Los gobiernos tienen que mejorar las regulaciones sectoriales para garantizar la competencia, fomentar una asignación eficiente de los recursos y luchar contra la economía informal, que afecta a todos los sectores productivos.

10

MIRANDO AL MEDIANO PLAZO

Es habitual que en la lista de recomendaciones para la región de los organismos económicos figuren desde hace años una serie de cuestiones en las que trabajar a mediano y largo plazo para explotar todo el potencial que tienen los países.

Las inversiones en los sistemas educativos e infraestructuras, la incorporación de las nuevas tecnologías y la innovación en la escuela y en la empresa o la configuración de instituciones públicas fuertes y respetadas son esenciales para lograr un crecimiento saludable, aunque lo más probable es que su rentabilidad no sea visible de manera inmediata.

Al no poder hacer un gran gasto público, los países deberán atraer la inversión privada