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Segey Spivak Laurson se había afincado en la Ciudad tras participar en la culminación del templo a fines de los ‘90
El artista estonio junto a sus obras, en una nota con este diario / EL DIA
Nació en un campo de trabajo forzado en Estonia, pero su talento artístico lo llevó a restaurar importantes obras en templos y museos europeos. Se vio obligado a pelear en la Guerra de Afganistán y años después trabajó para el Rey Hassan II de Marruecos. Así fue la vida de Segey Spivak Laurson, el artista que llegó a la Argentina con el sueño de conocer las Cataratas y a Susana Giménez, que trabajó la Catedral local, durmió en la calle y, pese a contar con la ayuda de varios amigos, acarreó hasta el final una soledad taciturna.
Segey había nacido el 15 de enero de 1958 en los campos de trabajo forzado de la ciudad rusa de Vorkutá, su nacionalidad fue ruso-estoniana.
Entre 1975 y 1979 se formó en la Academia Imperial de las Artes, luego en la Facultad de Escultura. Entre 1981-1985 estudió en la Escuela de Diseño Publicitario y de 1984 a 1985 formó parte del Departamento de Restauración de piezas artísticas (San Petersburgo, Academia de Arte).
Trabajó como pintor, diseñador, escultor y restaurador para el Museo Histórico de Estonia y para la Iglesia católica en ese país. También realizó intervenciones de restauración en el Museo del Hermitage y decenas de trabajos en distintos países asiáticos. Además, fue maestro en la Escuela Bíblica Dominical e Historia del Arte y en la Escuela Protestante Americana.
Religiosos de la iglesia Ortodoxa Rusa lo convocaron para pintar y restaurar iconos y la Iglesia católica lo contrató para realizar algunas pinturas en Francia.
Entre 1978 y 1992 se vio obligado a pelear en la Guerra de Afganistán y sufrió graves heridas por las que perdió casi completamente la audición.
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Tras la traumática experiencia, Segey regresó a su patria. En 1990 el Rey Hassan II de Marruecos le propuso pintar a la familia real. Realizó obras para el palacio de la ciudad de Ifrane y permaneció durante cinco años en esa nación. En esa época expuso sus obras en lugares destacados, como La Barcelona Academy of Art National Churchill Club (Londres), Vancouver National Gallery, entre otros.
Segey, el artista que vivió con reyes, pintó catedrales, durmió en la calle y murió en La Plata
En 1991, la República Socialista Soviética de Estonia se independizó y pasó a llamarse simplemente Estonia. La república reflotó una antigua ley, según la cual, para ser ciudadano estoniano era requisito indispensable tener lazos sanguíneos directos con pobladores nativos que antecedieran el año 1940, eso dejó a Segey sin ciudadanía.
En 1997 un sacerdote le sugirió viajar a la Argentina y se instaló en esta Ciudad para participar de la realización de las esculturas que completaron las torres de la Catedral. Entre esas, las gárgolas.
Sin embargo, tiempo después terminó en situación de calle. El parador nocturno Sumando Voluntades le dio un lugar en el que vivir y difundió su historia.
Atenta al talento del artista, la Municipalidad le propuso ofrecer talleres de arte, pero a la larga Segey decidió seguir otro camino.
Estuvo un breve tiempo en pareja, pero se solía vérselo solo caminando por la zona de diagonal 73 y Plaza Azcuénaga.
Luego encontró un “mecenas” y un espacio en el que pintar en una peluquería de Gonnet.
Su vida inspiró al montajista Pedro Barandiarán que retrató su particular relato en un documental.
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