Juega otra vez el Pincha y ya están en guardia en el barrio del UNO

Mañana, a las 19.15, habrá un nuevo espectáculo de convocatoria masiva en la zona del Bosque: en ese horario tendrá lugar otro partido de fútbol en el estadio de Estudiantes y, dado el desenfreno que se genera alrededor de la cancha de 1 y 57 cada vez que el Pincha juega un día hábil, en el colegio Albert Thomas analizan la posibilidad de volver a adelantar el horario de salida de los alumnos, una decisión adoptada días atrás por parte de las autoridades del establecimiento secundario frente a otro encuentro deportivo con gran afluencia de público y sin medidas de control para la convivencia urbana. En tanto, los vecinos de la zona, hartos de que se repita el mismo cuadro de desorden y suciedad, confirmaron que serán recibidos por las autoridades municipales este jueves.

Así fue el viernes 29 de abril. En la Escuela de Educación Secundaria Técnica N° 6 (industrial Albert Thomas) se había resuelto que las jornadas de partido los alumnos se retiren antes y entonces, ante el choque entre el equipo albirrojo y Aldosivi, a las cuatro de la tarde, en la sede de enseñanza ya no quedaba nadie. El evento futbolístico comenzó ese día poco después de las siete de la tarde.

Según se supo oportunamente, desde la dirección del colegio se había tratado de gestionar ante las autoridades locales algún operativo que garantizara la entrada y salida de los estudiantes del turno tarde, pero la respuesta “no fue satisfactoria”, indicaron, y por eso se decidió anticipar la salida del alumnado.

La decisión de achicar las horas de clases a raíz del partido de fútbol fue motivo de una polémica, pues no faltaron quienes criticaran la medida. Desde una cuenta de las redes sociales, el vicedirector del colegio, Miguel Angel Ruiz, fue categórico: “La educación sigue siendo prioridad para nosotros, pero la seguridad de los alumnos y docentes es superior, por eso se adelantó la salida”, señaló.

En rigor, el Albert Thomas no es el único establecimiento educativo donde se percibe cierto riesgo para la salida de los alumnos los días de partido en el Uno. También en el colegio Nuestra Señora del Valle (57 entre 1 y 2), si bien sus directivos no han alterado los horarios de clase, durante las jornadas con fútbol muchos padres retiran a sus hijos antes de hora.

Mientras que en el colegio industrial se define si adelantarán o no el horario de salida de clases de la tarde, los vecinos que reclaman medidas que aseguren el orden en las inmediaciones del estadio “Uno” cuando se realizan partidos de fútbol continúan reuniendo firmas que avalan, justamente, ese pedido. El grupo finalmente mantuvo una reunión con los directivos del club y según se informó, “nos garantizaron que se iban a adoptar medidas preventivas”.

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El malestar vecinal

Desde que volvieron los encuentros deportivos a la cancha de 1 y 57 quienes residen en la zona vienen protestando por el escenario en el que se convierten las calles aledañas a dicha sede. Cada vez que Estudiantes enfrenta un rival en su casa es sector lindero al Bosque se transforma en “tierra de nadie”, según lo han definido, con puestos de choripán y chulengos, además del caos clásico de la salida de la cancha sin un ordenamiento, es decir, con aglomeraciones, gritos y, según insisten los frentistas del lugar, las veredas transformadas en “mingitorios” y llenas de basura.

A partir de la seguidilla de partidos con el denominador común del descontrol, los vecinos de la zona demandaron reuniones con funcionarios comunales para pedirles que se tomen medidas preventivas de seguridad y con los directivos del club para que, también, implementen los recaudos necesarios cada vez que se usa el estadio para un encuentro de carácter masivo.

El grupo de vecinos dio a conocer una carta abierta en la cual, bajo el título “Nuestro vecindario no debiera ser el patio del fondo, mingitorio ni basural de “la previa” de vuestros eventos en nuestras veredas”, expresó el malestar que se produce entre los frentistas de la zona en cada encuentro en el estadio Uno. “Estudiantes es una institución social, deportiva y educativa que pregona la convivencia, el respeto, la paz y la armonía entre los seres humanos”, se resaltó en el texto.

“Es sabido que el vecindario en el cual se encuentra emplazado el Estadio Uno ha formulado reclamos y pedidos a fin de recuperar la paz y la armonía perdidas, y lograr una sana convivencia con la institución”, indicó en otro pasaje, y en seguida apuntó que “el Club no puede desconocer la problemática de los mismos vecinos que rodean la institución”.

“El club no puede desconocer la problemática de los mismos vecinos que rodean al Estadio”