Revolución de la Neurociencia: llegó para revitalizar al sector más postergado del fútbol amateur platense

Lejos del laboratorio y los experimentos, la Neurociencia llegó a la Liga Amateur Platense de Fútbol, específicamente al Club Everton. Allí, el técnico de la Quinta de la institución, Pablo Trillo, junto a la encargada del neuroentrenamiento del equipo, Daniela Fuentes, trasladan las evidencias de la investigación al campo de juego. De hecho, sobre las innovadoras tareas a desplegar muy lejos de la élite competitiva, ambos hablaron con este diario.

Este arribo no fue a la categoría más convocante de la disciplina, como puede ser la Primera División o las infantiles, donde más atención ponen las familias. Por caso, esta asignatura que estudia el cerebro llegó al fútbol juvenil, que es el último orejón del tarro.

Existe una metáfora que explica cuánta atención le brindan las familias a sus hijos. Según esta lógica, entre tres hermanos, la atención se la roban el más grande y el chico. Pero, en el medio, hay uno que suele merecer menos atención. A cuento de esta alegoría se puede entender la realidad de los adolescentes en dentro de la Liga Amateur Platense de Fútbol y, en efecto, por qué es tan significativo el desafío del cuerpo técnico de la entidad.

Este descuido sobre el fútbol juvenil es lo que decidieron atender en el Club Everton que, desde hace unos meses, forjó un cambio en la lógica de un cuerpo técnico. Así, al incorporar a una neuroentrenadora, enfocaron el trabajo en los adolescentes que nacieron en 2005 y juegan al fútbol en el predio deportivo de Barrio Aeropuerto.

EN EL FÚTBOL JUVENIL

Dentro de las instituciones, se disputan el protagonismo las categorías que tienen más impacto en la realidad deportiva de las mismas. Mientras la Primera División dirime si los clubes salen campeón o se van a la B; los equipos de los más chiquitos, con sus familiares fervorosamente fanáticos, son de los más convocantes. Entre medio de estos sectores, está la juventud...

Las divisiones juveniles de los clubes de barrio son uno de los temas estructurales y logísticos más difíciles de resolver a causa de la heterogeneidad de los chicos que juegan.

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En el Decano se trabaja en el aspecto físico deportivo y, en el último tiempo, se le adosó una disciplina singular: la Neurociencia. En este caso, el promotor de esta idea fue el director técnico de la Quinta División, Pablo Trillo, quien, además, es neuroentrenador; un concepto nuevo. “Estamos haciendo la diferencia”, le anticipó a este medio.

Tanto él como Daniela Fuentes, docente en Neuroentrenamiento y técnica especializada en Coaching Deportivo, afrontaron un desafío: trabajar con los jóvenes para cambiar el chip, que eso se note en la cancha y que salgan de la calle.

“El fútbol es un deporte muy complejo porque el objeto del juego, la pelota, nunca la tenés asegurada y siempre está en disputa entre veintidós personas”, le confió a este medio, a modo de paradoja, la profesional del área.

LA CABEZA DE LOS OLVIDADOS

La adolescencia es siempre un periodo problemático de la vida y las interacciones deben manejarse cuidadosamente teniendo en cuenta las diferentes realidades que viven los jugadores por su heterogéneo origen social.

Algunos pibes llegan solos a los clubes, sin compañía familiar, con necesidades básicas en deuda, como la alimentación, poder vestirse adecuadamente contra los rigores del clima.

Contra todo esto pelean en este sector del fútbol amateur, donde todo se reduce a los que pueden progresar con la meta de llegar a Primera, incluso en estas categorías lejos del estrellato de Estudiantes y Gimnasia (por citar clubes locales que compiten en la Asociación del Fútbol Argentino).

Según relata Pablo, él reconoció ciertos emergentes que se traslucen en sus dirigidos: “La falta de concentración, cómo manejar las emociones que me deja la competencia como el enojo, la frustración; incluso, la comunicación entre los compañeros también es un tema a trabajar, tanto como el hecho decirse las cosas, a la vez de manejar el tiempo de cuándo y cómo reclamar algo”.

En su narración, el entrenador de la Quinta de Everton advirtió algunas de las problemáticas que, de hecho, habitan en el imaginario social sobre las “fallas” en la juventud actual. Así, desde el abuso en el uso del “telefonito” hasta la escasez de diálogo, al parecer, son cuestiones que se trasladan al campo y que, de algún modo, se buscan resolver desde la Neurociencia.

“Con los chicos arrancamos a trabajar toma de decisiones, así como el entrenamiento sensoperceptual, de la visión y de la concentración tanto como “prescanning”, la velocidad de reacción, el control inhibitorio y la activación”, enumeró Daniela en lo que parece un lenguaje de chino básico, pero que apunta a las tareas para entrenar la mente.

En la explicitación, Fuentes amplió que “lo que les cuesta muchísimo, inclusive a los jugadores de Primera, es poder tomar el hábito o automatizar el movimiento de mirar el entorno antes de pedir y recibir la pelota porque con el balón en los pies no se puede pensar y hay que decidir de antemano”. De este modo, describió al “escaneo previo” como una herramienta vertebradora del neuroentrenamiento y que hace la diferencia en lo competitivo.

Asimismo, la especialista del área se refirió a cómo trabaja “los duelos”, lo que en el lenguaje futbolero se llama a “encarar” o “gambetear” al adversario. Sobre esto, expuso que “se entrena la habilidad de poder inhibir un programa motor que está en curso (es decir, un movimiento que el cerebro ya ordenó hacer), para, de este modo, abortarlo y modificarlo en función de lo que hace el rival”.

“Los resultados son a largo plazo, y todavía estamos en el periodo inicial del trabajo”

“También se trabaja y es importante la activación cerebral mediante ejercicios que se realizan en el minuto anterior a salir a la cancha, para ingresar al campo con un calentamiento visual cuyo sentido es predominante en un 83%, lo que nos permite conformar la mayor parte del registro”, profundizó la especialista sobre cómo valoran la percepción humana.

DEL LABORATORIO A LA CANCHA, CON RESULTADOS NÍTIDOS

“Si bien en otros momentos del trabajo en Neurociencia me gustaba mucho realizar tareas en el laboratorio, actualmente es una práctica en desuso y se labora en el campo porque el entrenamiento necesita ser representativo, es decir, lo más parecido a la situación de juego”, estipuló Fuentes, en forma de aclaración sobre cómo la misma disciplina científica debe salirse de los esquemas rígidos.

Lo que trajo la profesora es el intento de concretar que la ciencia trascienda el “tubo de ensayo” con el fin de solucionar los problemas de las personas. En el fútbol, la Neurociencia ya es parte de la enseñanza del cuerpo técnico de la Quinta División del Club Everton para contribuir al entrenamiento de una práctica tan exigente como esta disciplina deportiva.

En esa línea, Trillo sumó que estas prácticas “tienen un impacto inicial desde el hecho en que los jugadores se saben con herramientas que los oponentes no, y eso juega a favor desde lo anímico, principalmente”. Tras lo expuesto, el técnico se explayó sobre el impacto del neuroentrenamiento: “Sabemos que los resultados son a largo plazo, y todavía estamos en el periodo inicial del trabajo, aunque confiamos en que estamos potenciando ciertas habilidades de nuestros jugadores, como la visión, la toma de decisiones, el manejo de las emociones”.

“Le estamos dando al jugador las herramientas que necesita su cerebro y que en un entrenamiento tradicional de fútbol, no tienen”

Pablo Trillo, neuroentrenador y técnico

Como parte de las reacciones de sus dirigidos, Pablo mencionó que “le estamos dando al jugador las herramientas que necesita su cerebro y que en un entrenamiento tradicional de fútbol, no tienen”.

“Aprenden a procesar más rápido lo que ven, por ejemplo, entonces eso hace a que su percepción del juego sea más efectiva. Por lo tanto, van a poder decidir mejor y más rápido. O, como decimos nosotros “veo más rápido, percibo más rápido y decido más rápido’”, amplió Trillo.

Asimismo, Fuentes repuso que “los propios jugadores perciben las mejorías al tener más concentración, atención y lucidez. Inclusive, respecto a los ejercicios de activación, este equipo de la Quinta de Everton era un conjunto que venía de una racha en la que siempre les hacían goles durante los primeros diez o veinte minutos del partido y arrancaban uno a cero abajo. Eso dejó de pasar y así, se demuestra el impacto bien concreto como resultado del neuroentrenamiento”.

“Salen activados, pero no solo físicamente, lo cual es tarea del preparador físico, sino cognitivamente, cuyo asunto implica salir más despiertos a jugar un partido, ya no les pasa el vendaval de los primeros minutos y ellos pueden convertirlos, por lo que revirtieron la situación de entrar con el partido a cuestas”, remarcó la “coach”.