Pesadilla en Berisso: una trama de violencia, robo y sospechas

Ellas creen que pudo ser un vuelto. Así de clarito. Hace tiempo que viven una situación compleja a nivel familiar por un tema económico y están convencidas de que habría existido una mano negra detrás del brutal asalto que sufrieron durante la madrugada de ayer.

Si bien nadie está exento de la inseguridad, por los movimientos y los comentarios de quienes irrumpieron primero en una vivienda de ruta 11 y 34, en la ciudad de Berisso, donde mantuvieron cautiva durante dos horas a su propietaria, para después trasladarla a la finca de la madre, ubicada a pocos metros, donde las golpearon a ambas, sospechan de un allegado.

Cuando la Policía tomó conocimiento de lo ocurrido, de los ladrones ya no quedaban rastros.

Se supo que habían escapado con una suma de dinero y una camioneta importada, que después apareció abandonada.

Las víctimas de 60 y 85 años, según contaron, la pasaron muy mal. Incluso a la mujer mayor la tuvieron que trasladar al hospital Mario Larraín a causa de la agresión sufrida, aunque las lesiones que se constataron serían de carácter leves.

Igualmente, por comentarios de los voceros consultados por este diario, el tema psicológico es ahora un tema central de seguimiento y control.

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Se sabe que las secuelas ante una experiencia traumática pueden manifestarse durante mucho tiempo. Sobre todo en integrantes de los grupos etarios de mayor edad.

Un robo -sin duda alguna- puede ser un evento que afecta la capacidad de sentirse seguros o protegidos y, de forma indirecta, que altera el orden de la vida cotidiana.

En ese sentido, entre las consecuencias más conocidas de un episodio de violencia se pueden mencionar el miedo, la ansiedad o la depresión.

Por eso es muy importante prestarle la debida atención y, si es necesario, con la asistencia profesional que amerite el caso.

Las fuentes que se contactaron con EL DIA contaron que, el de ayer, no sería el primer ataque que sufren las damnificadas (hubo otro de similares características el 20 de febrero pasado), por lo que los interrogantes están arriba de la mesa de los investigadores.

La causa quedó radicada en la comisaría de El Carmen, la tercera de la vecina ciudad, con conocimiento de la UFI N° 9 de La Plata.

Al cierre de esta edición, según trascendió, ya estaban en marcha distintas diligencias para determinar la autoría material del asalto y, de encontrar elementos de prueba, en función de los extremos denunciados, establecer la posible existencia de una responsabilidad intelectual, aunque a las claras, eso sería lo más complejo de este verdadero rompecabezas en que se ha convertido la pesquisa.

Los informantes explicaron que las mujeres atacadas tendrían vinculación con un comercio del rubro de la construcción y que llevarían un litigio con una persona demasiado cercana.

Por eso les llamó la atención que los autores del robo supieran de la existencia de varias cámaras de seguridad y cómo anularlas.

En total, participaron cuatro delincuentes armados. O al menos esa fue la cantidad que advirtieron las damnificadas.

Se indicó que sobre la camioneta recuperada, trabajaron peritos en levantamiento de rastros, aunque no se indicó si se hallaron huellas aptas para cotejo.

UNA REALIDAD COMPLICADA

Con la inseguridad afincada en toda la Región, la realidad de Berisso es un tema que preocupa a sus vecinos.

A diario se registran episodios delictivos y muchos de ellos de características particulares.

Hace poco, como se recordará, hubo un asalto en Avenida 66 y la calle 3 de Abril, del que participaron siete delincuentes armados.

De acuerdo a lo informado por fuentes oficiales, los ladrones provocaron destrozos dentro de la propiedad y se llevaron dinero (cuya suma no trascendió), documentación variada y un teléfono celular.

La víctima, de 52 años, en principio no sufrió heridas.

Al parecer, los integrantes de la banda rompieron la puerta principal de la finca, posiblemente con un ariete, para después pasar a dominar la escena con los habituales métodos de hostigamiento como son los gritos, las amenazas y también los golpes, aunque, siempre en base a las fuentes consultadas por este diario, el hombre no lucía rastros de maltrato físico.