Mundo sin plantas, visto desde El Mondongo

“Las plantas son los únicos organismos que pueden almacenar “los rayos del sol” en moléculas ricas en energía que son utilizadas como alimento por el resto de los seres vivos del planeta, y que, por lo tanto, son indispensables para el crecimiento y mantenimiento de los animales y del hombre. Todos los ecosistemas del mundo dependen de la actividad que llevan a cabo las plantas terrestres, las algas y las cianobacterias fotosintéticas (bacterias capaces de realizar fotosíntesis oxigénica)”. Lo dice el director del Instituto de Fisiología Vegetal (Infive) del Conicet-UNLP, Juan José Guiamet. Dice, en otras palabras, que sin plantas no hay vida.

Ahora bien, mientras recorre los invernaderos del instituto platense que se dedica a la investigación de las plantas en un predio de la facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, en diagonal 113 y 61, el ingeniero agrónomo deja caer una pregunta: “¿Cómo sería un mundo sin plantas?”. Claro, no habría vida. Pero juguemos. Supongamos que por algún extraño medio artificial podemos seguir respirando durante un tiempo considerable. ¿Qué sucedería?.

“A los mayores de 40 años nos es fácil recordar un mundo sin celulares ni internet. Pero un mundo sin plantas es algo que nadie ha experimentado”, bromea el especialista. Y comienza a desandar ese imposible pero aleccionador camino.

“Por empezar -dice-, en un mundo sin plantas nadie podría leer esta nota en la versión impresa del diario, ya que el papel deriva de la madera de los árboles. Por el mismo motivo, tampoco habría muebles de madera, ni pisos entarugados ni cielorrasos de machimbre”, enumera.

EL ASADITO DEL DOMINGO

Casas frías, desabridas, y con patios que dejarían de ser lugares para las clásicas reuniones familiares argentinas. Es que “desaparecería el aroma de los asados domingueros, sin leña ni carbón vegetal para encender el fuego”, apunta Juan José.

Y añade, casi pidiendo disculpas: “Aunque mancillara una de nuestras tradiciones nacionales, quedaría aún la posibilidad de asar la carne con una llama a gas, pero solamente si hubieran existido plantas en el pasado geológico, porque tanto el gas como el carbón mineral y el petróleo que usamos actualmente como combustibles no son otra cosa que el producto de la fotosíntesis de las plantas del pasado transformado a través de largos períodos de tiempo. Ni pensar, entonces, en autos, camiones, colectivos, aviones”.

¿Siempre hay una salida? “En un mundo sin plantas seguramente inventaríamos el asador solar, menos aromático pero igualmente efectivo”. No, no hay salida. “Aparecería entonces un problema mayor, conseguir carne: nuestro ganado se alimenta de plantas”, hace notar.

“Tampoco dispondríamos de verduras para la ensalada, o del vino que debe acompañar a todo asado”. ¿Conclusión? “Alimentarnos en un mundo sin plantas sería imposible. Una rápida recorrida por la heladera nos mostrará que los alimentos son plantas, contienen componentes de origen vegetal, o derivan de la transformación de productos vegetales; por ejemplo, las vacas que producen leche se alimentan de pastos. En un mundo sin plantas en nuestra heladera posiblemente habría sólo botellas de agua. Hasta el azúcar de las gaseosas es un producto vegetal”. Sin plantas, el nuestro sería un mundo sin alimentos.

Nada para comer. ¿Y la vestimenta? “Careceríamos de las fibras vegetales, como por ejemplo el algodón, que son parte de nuestra ropa”. Peor aún: “Tampoco contaríamos con los medicamentos obtenidos de los vegetales o “copiados” por la industria farmacéutica a partir de principios medicinales de las plantas”, enfatiza.

De todos modos, como ya se dijo, en un mundo sin plantas “no habría personas que se enfermaran o necesitaran vestimenta, y estas carencias serían nimiedades sin mayor importancia ni seres humanos que pudieran advertirlas”, apunta el científico.

Y hasta aquí llegamos con aquel extraño medio artificial que nos permitió seguir respirando un tiempo. “Hay más -sentencia Guiamet-, la fotosíntesis libera el oxígeno que respiramos, y sin la actividad pasada y presente de las plantas y otros organismos fotosintéticos el planeta sería un desierto, la atmósfera carecería de oxígeno, y tampoco existiría la capa de ozono que nos protege de la radiación ultravioleta. El planeta sería, en tal caso, una superficie árida, yerma”, describe.

Invita a pensar en muchos de los escenarios naturales más hermosos del planeta. “Pensemos en las cataratas del Iguazú y en la selva que las contiene, o en los lagos andino-patagónicos. Deben una buena parte de su belleza a la vegetación”, realza.

Tras un paseo por el exuberante y hermoso Jardín Botánico, el experto subraya finalmente que “donde uno mire en nuestra vida cotidiana encontrará plantas o productos de plantas. El rol de las plantas en nuestra sociedad es inestimable, y es imposible concebir la vida de nuestra especie sin vegetales”, dispara.

De cada planta, de cada árbol, de cada yuyo, depende la vida. En un instituto del barrio El Mondongo trabajan a diario para mejorarla y para generar conciencia sobre ello.