“Soy inocente, estoy viviendo un infierno”, dijo la acusada por la muerte de un menor de 7 años

Quebrada en llanto, Rosa Martignoni (34) declaró ante el fiscal que investiga la muerte de un nene de siete años que padecía Síndrome de Down, tras caer, el 10 de octubre pasado, por la ventana de un séptimo piso en un edificio de 9 entre 55 y 56.

“Soy inocente, estoy viviendo un infierno”, se defendió ante la primera posibilidad de contar lo que sucedió aquella terrible y lluviosa noche.

“El nene era muy inquieto y todo sucedió muy rápido”, agregó frente a sus abogados Darío Saldaño y Juan José Barragán.

De acuerdo a fuentes de tribunales, la mujer mantuvo idéntica versión de los hechos que el padre de la víctima, que también está detenido por el caso, ya fue indagado y desarrolló un relato exculpatorio sobre las causas de la tragedia.

Martignoni abordó además un tema central que, a futuro, tendrá este expediente: “Él -por el menor- tenía la suficiente fuerza en los brazos para treparse solo a la ventana”.

La declaración, cabe destacar, se contrapone a lo que desde el minuto cero ha sostenido la madre del pequeño, Ángela Donato, quien, en su rol de impulsora de la investigación, siempre les reprochó haberlo empujado o lanzado al vacío.

LE PUEDE INTERESAR

Avanzan las causas contra el urólogo platense acusado de abusar de varios pacientes

LE PUEDE INTERESAR

Cayó preso horas después de salir, escapó y se burló de todos por Facebook

“Estaba casi a oscuras, salvo una luz en el comedor”, recordó la acusada.

“Es todo muy injusto. No pudimos hacer nada”, mencionó.

La exposición, que duró cerca de dos horas, tuvo que ser interrumpida por momentos por la angustia que le impedía hablar a Martignoni. Igual “se desarrolló dentro de los parámetros esperados”, mencionaron los voceros consultados por EL DIA.

Ahora el fiscal Marcelo Romero tendrá tiempo hasta el próximo 7 de abril para definir la situación procesal de ambos imputados.

Los informantes indicaron que, para esa fecha, el titular de la UFI Nº 6 de La Plata deberá resolver si les pide la prisión preventiva o les permite quedar en libertad mientras se sustancia la causa, esto último para el supuesto que considere la inexistencia de riesgos de entorpecimiento probatorio o de fuga.

“FUE UN ACCIDENTE”

Diego Villanueva (38) declaró en su indagatoria que no pudo “hacer nada. Vi cuando ya estaba cayendo. Vi sus pies”.

El hombre destacó que la relación que lo unía con su hijo “era muy buena, muy afectuosa” y que se trató de “un accidente”.

A todo esto, los defensores aseguraron que aportarán una nueva prueba pericial, se presume, vinculada con la mecánica de la caída.

Se espera que con ese informe técnico intenten derribar las conclusiones de los especialistas de la Dirección Casos Especiales, quienes, en una actividad casi sin precedentes, hicieron varios lanzamientos con un muñeco del mismo peso y talla del nene fallecido para determinar que hubo un impulso antes del desbarranco mortal.

A Villanueva y Martignoni la Justicia les imputa el delito de homicidio calificado por el vínculo, en los términos del inciso 1 del artículo 80 del Código Penal y homicidio simple, en los términos del artículo 79 del mismo cuerpo legal.

En el primero caso la pena en expectativa es de reclusión perpetua y en el segundo de entre 8 y 25 años de cárcel.

Sus defensores plantearon una eximición de prisión, que la jueza Marcela Garmendia rechazó de plano. Por eso fueron en apelación a la Cámara Penal, pero la Sala IV tampoco hizo lugar a lo solicitado.

“(...) La objetiva valoración de las características y la gravedad del hecho (la circunstancia de hallarse a cargo de una persona menor de edad que por su condición requería mayores cuidados), la magnitud de la pena en expectativa en función de la escala penal del delito imputado, permite inferir razonablemente que intentarán eludir el accionar de la Justicia”, dijeron los jueces Carlos Alberto Ocampo y Carlos Ariel Argüero.