¡La banda sigue tocando!

River sacó anoche una ventaja de dos goles en la serie contra Boca, por la semifinal de la Copa Libertadores que se definirá el próximo martes 22 en la Bombonera y clasificará a su ganador para la final contra el ganador de Gremio-Flamengo, los brasileños que comenzarán a transitar la misma etapa, esta noche en Porto Alegre. Rafael Santos Borré, aprovechando un penal cobrado a instancias de la tecnología VAR, a poco de comenzado el juego, e Ignacio Fernández, con un verdadero golazo que el propio Nacho elaboró, antes de completarse la primera media hora de la etapa complementaria, marcaron la distancia en un partido verdaderamente entretenido que tuvo como epicentro el estadio Monumental y mostró al conjunto Millonario ampliamente superior sobre el Xeneize a lo largo de un trámite intenso y favorable.

Por más que hizo lo suficiente como para aumentar la diferencia, el 2-0 dejó a River muy bien posicionado con miras a la revancha, porque Boca estará obligado a ganar 2-0 para ir a una definición por penales o bien 3-0, o más, para avanzar directamente; mientras que en el caso de marcar los de Nuñez un gol como visitante, por el valor extra de esa clase de anotación, el conjunto boquense deberá ganar por una distancia de tres goles.

Pasaron entonces los primeros 90 minutos de una serie de 180 que anoche, futbolísticamente, mostró a uno muy lejos del otro.

UN GOL DE MOVIDA

¡Qué comienzo! Primer ataque a fondo de River, y la respuesta de Boca no se hizo esperar. Pero desde el VAR alertaron al árbitro, quien después de revisar la jugada confirmó una falta de Mas a Borré, y penal en medio de un reclamo furioso de todo el equipo visitante. El mismo colombiano se hizo cargo, con derechazo alto que entró lejos del arquero. River 1-0 y empezó un partido diferente, el que no estaba en los planes de Gustavo Alfaro al diagramar esta visita a Nuñez.

Claro, porque después de tanto esconder en la previa, terminó jugando Soldano por la derecha, para evitar las escaladas de Casco, o al menos intentarlo; Reynoso por el otro carril, haciéndose cargo de Montiel; Alexis Mac Allister como segunda punta, el sector en el que mejor se mueve; y Ábila como único punta, con los 45 minutos que sumó el fin de semana frente a Newell’s tras dejar atrás una lesión. Un esquema comparable con el utilizado en la altura de Quito, en la goleada sobre Liga por cuartos.

Por el contrario, la rápida apertura del marcador disparó el terreno ideal para lo planificado por Marcelo Gallardo, quien promovió la intensidad que caracteriza al juego de su equipo en cada uno de los frentes que debe atender. Montiel y Casco se movieron como verdaderos alfiles, Enzo Pérez equilibró en la salida, Ignacio Fernández y De la Cruz se movieron en la franja central y Matías Suárez-Borré complicaron también al evitar mostrarse como referencias.

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Sin ataques de alto riesgo, River dispuso de campo y pelota en mayor proporción, instalando el juego en terreno rival, con buen toque de pelota, y una serie de variantes que si bien no llegaron a fondo, alcanzaron para desacomodar a una defensa que terminó confundida, y al borde de la expulsión en el caso de Mas, que antes de completarse el primer cuarto de hora le entró muy fuerte a un rival sobre la línea de costado.

Se agrupó Boca, achicando espacios, y saliendo con pases largos que a primera hora mostraron que Wanchope no estaba a punto. Le costó demasiado controlar la pelota, y más todavía desprenderse de los marcadores. Mac Allister le pegó de lejos, exigiendo a Armani, que sacó por arriba, y un par de jugadas a partir de tiros libres no encontraron la continuidad supuesta con el beneficio de los cabeceadores que fueron a buscar al área contraria.

En el tramo final del primer tiempo, el conjunto Millonario justificó la diferencia, aunque después de lo que a punto estuvo de ser el segundo, a la vuelta se desarrolló la jugada más cercana al empate. Borré tuvo a su cargo la primera, con buena respuesta de Andrada; Ábila fue el abanderado de la réplica, con asistencia para Capaldo, quien llegando libre por la izquierda, con todo a favor, levantó de zurda. Increíble el gol que se perdió el juvenil. Y en la última del capítulo inicial, en acción De la Cruz para otra tapada del arquero.

GOLAZO DE NACHO

A pesar de disponer de una docena de alternativas, y que varios jugadores no habían alcanzado un buen nivel, como Soldano y Reynoso, Alfaro repitió la formación para el segundo tiempo, igual que Gallardo, aunque en este caso las respuestas individuales habían estado a la altura de las necesidades. Un marco en el que el partido se reanudó con descompensaciones, de un lado y del otro. River, básicamente en la zona media, Boca, en defensa.

Sobre la marcha se reacomodaron, y el minuto 10 llegó con un par de situaciones relevantes. La primera mostró el ingreso de Tevez, el ídolo postergado desde hace un tiempo a esta parte, que ingresó en lugar de Soldano; la segunda, una proyección de Montiel que se proyectó en un centro que, con ayuda del viento, pasó a ser un tiro al arco que viajó por sobre la figura del arquero y golpeó en el segundo palo.

El partido se volvió a perfilar en los términos de la etapa inicial, con River aprovechando mejor las bandas, particularmente la izquierda, por donde se encontraron Casco y De la Cruz, desacomodando a una defensa que la pasó mal hasta sufrir, como una consecuencia lógica, el 2-0 de Ignacio Fernández, que organizó un ataque volcado a la derecha que el mismo definió entrando como un centrodelantero.

Esto le terminó de patear el tablero al técnico de Boca, que salió a buscar el gol de visitante con los ingresos de Salvio y Mauro Zárate, exponiéndose a una diferencia mayor, que no llegó, simplemente, por la muy buena actuación de Esteban Andrada. Si, porque el vértigo continuó vigente, marcando diferencia hasta el final mismo, sobre un rival al borde del nocaut, que se quedó en la búsqueda de un descuento que hubiera dejado más viva la serie que tendrá su segundo y último capítulo el martes 22 en la Bombonera.