Caen y quedan: el Bosque, con los árboles volteados por las tormentas

Los restos de árboles que derriban en el Paseo del Bosque las tormentas o las ráfagas de viento, tan frecuentes últimamente en la Región, van formando parte del paisaje: atraviesan senderos por los que andan los caminantes y “runners”, funcionan de apoyo para la elongación previa o posterior a la actividad física, invitan a jugar a los chicos y sirven de centro, a veces, sobre los que giran en torno los encuentros al aire libre de familias y grupos de amigos. Llama la atención el hecho de que no se remueva los ejemplares tirados en el suelo y cada vez sean más las especies volteadas.

Aseguran algunos especialistas que el hecho de no retirar los troncos del suelo, podría responder a un criterio ambientalista. Un árbol que cae, dicen, es el “testimonio del ciclo de la vida”. Es así porque los años que lleva la descomposición orgánica una vez que las especies forestales mueren vuelven en nutrientes que se incorporan al mismo ecosistema.

En el Bosque platense se observan cada vez más fragmentos arbóreos dispersos en diferentes sectores: hay troncos gruesos y largos que al caminar se deben esquivar, ramificaciones más pequeñas, y hasta desprendimientos de bases, con las raíces a la vista.

EL DIA efectuó una consulta a la Comuna sobre las razones por las que los vecinos se preguntan el porqué se dejan los ejemplares muertos en medio del parque, pero no hubo respuesta.

Sin embargo, según la opinión de los expertos, en las reservas naturales, por caso, los restos de las plantas que se vinieron abajo quedan en el suelo adrede. “Se los deja que les crezcan el musgo, los líquenes, y los helechos, que van degradando el tronco para señalar el ciclo de la naturaleza”, aseguran.

También, en algunos espacios verdes, y como sucede en el Bosque por mera iniciativa de los habitués al pulmón verde platense, a los troncos dispuestos en la superficie del suelo se les da un uso específico.

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En este caso, según se observa, se utilizan para estiramiento físico o alguna parte de destreza de rutinas aeróbicas o de gimnasia localizada. “Eso está bien -se indica- porque ya no representa un peligro para nadie”.

“Con la hojarasca, no”

Así como los especialistas en paisajismo promueven el no retiro de los ejemplares que se vienen abajo, por respeto a los ciclos naturales, también se alientan a que se dejen sobre el suelo las hojas secas desprendidas de los árboles. Es más, hay quienes consideran una “aberración” barrer el Bosque platense, ya que, resaltan la importancia de dejar el mantillo sobre el suelo, pues ahí reside la reserva de los nutrientes y la energía y la materia del ecosistema que se va reciclando según el transcurrir de las estaciones del año.

“Todo eso es beneficioso; no es una calle pavimentada que hay que limpiar. La mugre es otra cosa: es el plomo de las combustiones, son los gases efecto invernadero, son los plásticos que no se degradan. La hojarasca y los troncos son parte del paisaje y hay que dejarlos donde están”, se explica.

Meses atrás, representantes del Foro de Defensa del Árbol, una Ong creada en 2019, dieron a conocer un estudio a partir del cual, se detectó que del total de ejemplares que se relevaron del arbolado público local el 29 por ciento “estaba seco o había sido extraído.

En esa oportunidad se investigó el estado de ejemplares de sectores de Tolosa, la Avenida Antártida, las plazas Güemes y Mitre (City Bell), y parte de la Circunvalación.

Dicho foro está integrado por instituciones, profesionales y vecinos de la Ciudad.