Velocidad, alcohol y muertes, el cóctel fatal en el tránsito

A pesar de las restricciones de circulación que impuso el Covid en ya más de un año de pandemia, y que ahora se incrementan frente a la gravedad de la segunda ola, las muertes en accidentes de tránsito en nuestro país no frenan. No solo eso, sino que crecen, como que los siniestros viales fatales aumentaron casi un 9 por ciento en el primer cuatrimestre de este año con respecto al mismo período del 2020, donde las altas velocidades y el consumo de alcohol parecieran ser los ingredientes principales.

En materia de números, las últimas estadísticas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) indican que en el primer cuatrimestre de este año ocurrieron 1.046 hechos viales fatales en las 24 jurisdicciones argentinas, un 8,84 por ciento más que el año pasado en ese mismo período, en el cual se registraron 961.

El reporte de la ANSV confirma que la cantidad de víctimas fatales solo tuvo una variación del 3 por ciento, con 1181 muertos este año y 1150 el anterior, pero el mes de abril, por ejemplo, duplicó la cantidad de hechos viales con fallecidos con respecto al 2020: 240 siniestros fatales y 271 muertos contra 106 y 131 respectivamente.

En muchos de esos casos hubo exceso de velocidad, pero también, consumo de alcohol. Un informe del observatorio de seguridad vial de la Sedronar, por ejemplo, señala que una de cada cuatro personas que ingresó a guardias hospitalarias de la provincia de Buenos Aires por siniestros viales consumió alcohol durante las 6 horas previas, mientras la gravedad de las lesiones aumentó en automovilistas y motociclistas que consumieron esa sustancia psicoactiva, todo cuando durante el tiempo de restricciones por la pandemia en el país, desde Sedronar se presume que el consumo excesivo de alcohol aumentó en adultos, pero disminuyó en jóvenes, quienes realizan en su mayoría esa práctica en espacios de sociabilidad.

El exceso de velocidad, en tanto, es el otro ingrediente clave del cóctel, y que no solo se percibe en nuestro país, como que recientemente autoridades de la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizaron un llamado a reducir a 30 kilómetros por hora la velocidad en “las calles urbanas para salvar vidas”.

El pedido fue recogido en nuestro país por distintas entidades, como la asociación civil Madres del Dolor, cuya titular, Viviam Perrone, la madre de Kevin Sedano, el adolescente que murió en el 2002 tras ser atropellado por un auto en la localidad bonaerense de Vicente López, expresó que “la velocidad mata. La alta velocidad incrementa la chance de terminar con la vida de alguien. A todos aquellos que tienen el poder y la autoridad de cambiar esta realidad, por favor háganlo ahora, porque mientras hablo se pierde otra vida. Es increíble que tenga que seguir muriendo tanta gente para que se den cuenta que tienen que hacer algo al respecto. Y no es muy difícil. Lo que tienen que hacer es poner legislación adecuada, ley de Alcohol Cero, controles estrictos, pero también que sea punible aquel que esté conduciendo con alcohol en sangre y a alta velocidad, y no solo una multa”.

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El exceso de velocidad al conducir es uno de los ingredientes clave del cóctel

En este marco, la provincia de Buenos Aires figura como la jurisdicción con mayores siniestros y víctimas fatales en valores absolutos. En el primer cuatrimestre de este año 2021, presentó 260 y 287 respectivamente; con Córdoba en segundo lugar, con 118 siniestros y 131 víctimas fatales, seguida por Santa Fe, con 100 y 114 casos respectivamente.

Mientras la mitad de estos hechos fatales ocurren en rutas (52 por ciento), casi la mitad de las víctimas se concentra entre los 15 y 34 años y el número de varones fallecidos casi cuadruplica al de mujeres, un 87 por ciento contra un 22 por ciento. A su vez, se mantiene el patrón desde hace años donde los motociclistas continúan siendo las principales víctimas fatales, ya que 1 de cada 2 fallecidos se trasladaban en esos vehículos de menor porte.

CALLES PARA LA VIDA

Este año, la Semana Mundial de Naciones Unidas para la Seguridad Vial, que se celebró recientemente, lleva el lema “Calles para la vida”, y busca promover que el límite de 30 km/h sea la norma para las ciudades, pueblos y aldeas en todo el mundo.

“Cada año más de 1,3 millones de personas mueren en accidentes de tráfico, esto es 1% cada 24 segundos”, indicó Tedros Adhanom, director general de la Organización Mundial de la Salud, para destacar que “necesitamos una nueva visión para crear ciudades seguras, saludables, verdes y habitables. Las calles de baja velocidad son una parte importante de esa visión, porque la evidencia muestra que limitar la velocidad de conducción a 30 km/h reduce significativamente las muertes y lesiones causadas por el tránsito. También promueve estilos de vida más saludables a través de caminar y andar en bicicleta y disminuye la contaminación del aire y el ruido”.

También se refirió a la problemática del tránsito la directora ejecutiva de Naciones Unidas Hábitat, Maimunah Mohd Sharif, quien postuló que “la seguridad vial es la otra crisis a la que nos enfrentamos junto con la Covid-19 y el cambio climático. Las calles y carriles para bicicletas correctamente diseñados pueden prevenir el exceso de velocidad y proteger a los ciclistas y peatones, los usuarios más vulnerables en los choques viales. También es importante reducir el número de automóviles en las carreteras, mejorando y ampliando el transporte público”.

En el primer cuatrimestre de este año ocurrieron 1.046 hechos viales fatales en el país

Del mismo modo, a nivel nacional, la oficina país de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) adhirió al lanzamiento de “Calles para la vida”. Paolo Balladelli, representante de la OPS en Argentina, resaltó que “las lesiones de tránsito se distribuyen de manera inequitativa entre los países y al interior de ellos, y de hecho, reproducen las desigualdades sociales y económicas que afectan a nuestras sociedades. Las personas menos privilegiadas de la sociedad tienen menor acceso a formas de movilidad segura y a elementos de protección personal”.

Balladelli se refirió también a la situación en Argentina, al indicar que “en un año normal, previo a la pandemia, más de cinco mil personas mueren prematuramente en un siniestro vial, que podría haber sido evitado, y más de cien mil son heridas, y la tasa de mortalidad supera el umbral a partir del cual una afección es considerada epidemia de acuerdo con lo establecido por la Organización Mundial de la Salud”.