Chantajes on line: apuntan a adolescentes desde la cárcel

Cuenta la madre de Juani (14) que lo descubrió por puro azar. Si bien había notado que en los últimos días su hijo “andaba raro”, como “más ensimismado de lo común”, fue al no encontrar su tarjeta de crédito en la billetera cuando todo salió a luz. Cuando entró al cuarto del chico para preguntarle si la había tomado él, éste rompió en llanto y terminó confesándole entre lágrimas la razón. Semanas antes había conocido en Tik Tok a una chica de su edad con quien había entrado en un coqueteo a distancia que terminó en un extraño pedido: ella quería que le mandara fotos suyas tocándose. Y así terminó haciéndolo Juani, quien no tardó en recibir días más tarde un mensaje donde le pedían mucho dinero a cambio de no enviarle esas imágenes a sus contactos en la red.

Juani fue víctima de lo que los expertos en seguridad digital llaman “sextorsión”, un ciberdelito que si bien no es nuevo ha venido creciendo tras la pandemia bajo distintas modalidades y sumando víctimas entre adolescentes varones. Como evidencian casos detectados recientemente por la Justicia, muchos de estos chantajes son perpetrados desde el interior de cárceles por internos que, para concretarlos, no requieren más que tiempo y un celular.

¿Por qué apuntan contra adolescentes varones? Diversos especialistas en el tema coinciden que por “su particular vulnerabilidad”. El pánico y la vergüenza de verse expuestos frente a sus padres y amigos lleva a que en la mayoría de los casos no pidan ayuda y sean capaces de cualquier cosa para hacer desaparecer la situación.

El hecho es que el estrés emocional de enfrentan los chicos víctimas de este delito es enorme y la amenaza puede llevarlos a un estado de desesperación.

“Existe un explosión de casos de este tipo durante el último año y el problema está ocurriendo en todo el mundo. El Departamento de Justicia de los EEUU informó en diciembre que más de 3.000 menores, principalmente niños, habían sido objeto de sextorsión en 2022, lo que representa un fuerte aumento con respecto a años anteriores, y que más de una docena de víctimas se suicidaron”, cuenta el especialista en ciberseguridad Gabriel Zurdo.

POR DIVERSOS MEDIOS

Como explica Zurdo, “cualquier aplicación donde se puedan compartir mensajes y fotos es una oportunidad para que los depredadores atraigan a las víctimas. La manipulación comienza con mensajes persuasivos; algo sencillo: enviar fotografías, y en última instancia, conducen al envío de imágenes de desnudos o sexualmente explícitas” que puedan ser utilizadas para una extorsión.

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También desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, donde siguen este ciberdelito con preocupación, explican que los delincuentes se valen de diversas medios y modalidades para perpetrarlo. Si bien lo habitual es que el mensaje extorsivo se envíe por medio de una red social o Whatsapp, en algunos casos llega por e-mail.

Los delincuentes también se valen de “los sitios de juegos y las aplicaciones de chat de video”, advierte Zurdo, al señalar que “uno de cada cuatro chicos pasa hoy más de 6 horas diarias conectado a internet” y en la postpandemia “muchos pasaron de solo usar la tecnología para jugar a emplearla para gran cantidad de actividades”.

“Existe un explosión de casos de este tipo durante el último año y el problema es en todo el mundo”

De ahí que a su entender resulta “fundamental tomar acción de manera urgente e iniciar conversaciones con nuestros jóvenes sobre el ecosistema cibernético actual y advertirles sobre posibles amenazas y garantizar la vigilancia para que no se conviertan en la próxima víctima

En cuanto a cómo los chantajistas obtienen las imágenes, si bien lo más frecuente es que se hagan pasar por una adolescente seductora para captar a sus víctimas, también se valen de otras estrategias.

“Puede ser que las hayan obtenido tras robarte el celular o la computadora, o bien si compartiste alguna vez fotos íntimas en una red de citas. Pero también puede que te hayan espiado en forma remota a través de tu webcam. O incluso puede que no tengan ninguna imagen comprometedora”, dicen desde el Ministerio.

En cualquier caso, señalan, a cambio de no divulgar las imágenes íntimas “suelen pedir dinero en forma de criptomonedas, ya que el destinatario es muy difícil rastrear” y establecen un límite de tiempo para las transferencias de dinero, que no suele ser mayor a las 24 horas para generar presión.

Para manipular a sus víctimas es común que los chantajistas envíen muestras de las fotos que poseen junto y expliquen con detalle cómo tienen planeado difundirlas si no les paga. También envían instrucciones sobre cómo comprar criptomonedas y transferirlas a su poder, creando en las víctimas una sensación de impotencia e indefensión.

CÓMO ACTUAR

”Lo más importante es hacer la denuncia cuanto antes, para que la evidencia no se pierda y preservar los mensajes para poder rastrear la cuenta”, señala el fiscal Horacio Azzolin, titular de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci), quien recientemente intervino en un caso de sextorsión sufrido por un joven de Pilar.

Lo mismo recomiendan desde el Ministerio de Justicia. Es importante “guardar todas las pruebas que se tengan: chats, correos electrónicos, capturas de pantalla y cualquier tipo de contenido que aporte información a los peritos informáticos para presentarlas en una fiscalía”, indican.

Como explica Azzolin, la entrega de dinero no es una solución, ya que “en la mayoría de los casos se ha pedido más dinero” y porque además “a veces, luego de haber pagado, el material se divulga de igual manera en la red”.

Frente a este riesgo,, las recomendaciones de los especialistas en ciberdelincuencia pasan por hablar con los adolescentes para que eviten las interacciones de carácter íntimo con personas de las cuales no se tiene referencia y puedan pedir ayuda a sus padres en caso de ser víctima de un chantaje on line.