Hizo “match” con el delito: invitó a una chica a su casa y perdió todo

Lo que hasta ayer creía que era “una nueva aventura amorosa”, se convirtió para un hombre de 49 años en una trampa difícil de olvidar.

Es que por darle rienda suelta a sus emociones, terminó desvalijado por una joven presuntamente de 19 años, a quien había conocido hace 20 días a través de la aplicación de citas de la llamita (Tinder).

La víctima jamás imaginó que tras invitar a cenar a esta dama a su domicilio -ubicado en el Centro de la Ciudad-, iba a finalizar con varios faltantes y en el hospital producto de una feroz golpiza.

Desde hacía poco más de dos semanas ambos venían charlando luego de coincidir en la aplicación. Fue en ese marco, que el hombre decidió que era momento de avanzar a la siguiente instancia: conocerse en persona.

Así, poniendo todo de su parte para que el encuentro se concretara, el hombre invitó a esta chica a que se quedara a dormir en su casa, ya que, según su relato y su perfil en la red social, residía en el barrio porteño de Boedo.

Envalentonado por el “sí” que recibió como respuesta, el hombre incluso se ofreció a ir a buscarla por su casa a bordo de su camioneta.

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El encuentro comenzó de manera aparentemente normal, con el hombre llegando al punto de encuentro (San Juan y Boedo) 15 minutos después de lo acordado.

Ahí acordaron volver para La Plata y seguir el encuentro en el departamento del hombre, ubicado en la calle 10 y 42. Mientras avanzaban por la Autopista, se supo que a ambos se les ocurrió que era buena idea preparar unas pastas.

La necesidad de unos ingredientes adicionales los llevó a realizar múltiples paradas en verdulerías y supermercados de la zona.

No se trata de un dato menor, ya que la Policía ya se encuentra recabando las cámaras de seguridad de esos comercios con el objetivo de identificar a la sospechosa.

Según expuso el damnificado, durante la velada, la joven mostró un fuerte interés en consumir un tipo de licor que tenía en su vivienda, a pesar de las advertencias del hombre sobre los riesgos asociados con el consumo excesivo.

La situación tomó un giro confuso cuando el hombre comenzó a sospechar que la joven era menor de edad. Puntualmente le llamó la atención “lo caprichosa que se había puesto”.

Fue así que le exigió que le mostrara su documento de identidad. En ese momento confirmó que tenía 19 años. Por eso respiró aliviado. No quería problemas legales.

Siguiendo su relato, el hombre no recuerda en qué momento la joven le suministró la sustancia somnífera, que lo terminó tumbando a punto tal de que perdió el conocimiento. Lo más probable es que le haya puesto algo en la comida cuando fue al baño o en su bebida.

Lo cierto es que de lo último que se acuerda es que, luego de cenar, la chica le pidió en reiteradas oportunidades ir a la habitación con la excusa de ver una serie y algo más.

Finalmente, al cabo de unas horas, el dolor lo despertó: dos individuos lo estaban golpeando.

Como pudo, el hombre logró defenderse y repeler a los agresores, quienes huyeron rápidamente de la escena.

De forma inmediata, el hombre entendió que la joven le había tendido la vieja trampa de la “viuda negra”.

Con las pocas fuerzas que le quedaban, se dirigió al departamento de su hija, ubicado a pocos metros, y juntos acudieron al Hospital Español para recibir atención médica.

Al revisar las imágenes de seguridad, se descubrió que un grupo de tres personas había ingresado en la vivienda y que la joven le facilitó el acceso.

Siempre en base a esas imágenes, al cabo de unos minutos se los ve abandonar el lugar con varios bultos en su poder.

Sustrajeron varios objetos de valor, entre ellos relojes Diesel y Bulgari, perfumes importados, tarjetas bancarias, documentos de identidad y smartphones iPhone.

Las autoridades policiales se encuentran ahora investigando activamente el caso para identificar a los responsables y recuperar los bienes robados.

Esta desafortunada historia destaca la necesidad imperativa de estar alerta y consciente de los peligros potenciales que pueden surgir en situaciones de este tipo, sobre todo, por lo que se esconde del otro lado de la virtualidad.