La plaza San Martín ganada por un deterioro inexcusable

No han sido buenas las noticias conocidas en los últimos meses sobre la situación de deterioro general que afecta a la plaza San Martín –la más céntrica de la Ciudad, la flanqueada nada menos que por la Casa de Gobierno, la Legislatura, el pasaje Dardo Rocha, algunos juzgados federales y organismos del Poder Judicial bonaerense- transitada de noche por una banda de ladrones que viene dejando un tendal de víctimas; ocupada de día por vendedores ambulantes que pretenden hacer de ella una suerte de “saladita” y ganada por muestras endémicas de abandono en lo que se refiere al mantenimiento.

En cuanto al candente y se supone que prioritario tema de la seguridad, en fecha reciente se dio información en este diario sobre la denuncia formulada por dos jóvenes, que fueron atacados en horas nocturnas por un nutrido grupo –se estimó que eran unas quince personas- que les robaron un celular y sus billeteras, en el lateral de la plaza que da sobre calle 7, en donde aguardaban el paso de un colectivo. En este caso, personal policial pudo detener a uno de los integrantes de la banda. Sin embargo, los platenses conocen desde hace mucho tiempo acerca de los elevados los niveles de inseguridad existentes de noche en este lugar público.

En cuanto a la venta ambulante, si bien se han registrado intensos operativos en los últimos días, lo cierto es que se permitió que sentara sus reales en la plaza San Martín, originándose verdaderas y muy concurridas ferias, montadas primero sobre el frente que da al pasaje Rocha y luego sobre el lateral de 6, exactamente frente a la Casa de Gobierno bonaerense.

En ese contexto, ciertamente deprimente, se conoció ahora el reclamo formulado ante la Comuna por el Club Español de La Plata destinado a impulsar la recuperación de la Glorieta, ese histórico ícono platense inaugurado hace más de un siglo, que sirvió como punto de encuentro en donde se ofrecieron hasta la década del 70 recitales musicales y otros espectáculos artísticos.

Se inició entonces el bien calificado como decadente letargo de la Glorieta, agravado cuando en noviembre de 2011 desaparecieron misteriosamente sus valiosas rejas perimetrales, víctimas de un robo nunca esclarecido ni explicado por las autoridades municipales. Lo cierto es que el emblemático “Pabellón de la Música” suma hoy su decadencia al abandono general de la Plaza.

Tal como se señalado en esta columna reiteradamente, no son tan gravitantes –ni, a la postre, efectivos- los grandes planes u obras que puedan proyectarse sobre los paseos públicos como lo serían el despliegue de un mantenimiento cotidiano, menos costoso y más práctico, así como de una mayor custodia. No faltan en esta hora, por dar un solo ejemplo, recursos humanos a los que la Municipalidad podría capacitar para ocuparse del debido cuidado de estos lugares tan caros al sentimiento ciudadano.

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Se ha dicho aquí, también muchas veces, que La Plata nació enriquecida por el culto hacia los espacios verdes. Sus fundadores dotaron a la Ciudad de una plaza cada seis cuadras, lo cual constituye no sólo un factor relevante para definir la calidad de vida de sus habitantes, sino también un verdadero privilegio que debiera ser valorado. Es de esperar, entonces, no sólo que se proteja, sino que se incremente el patrimonio de la Plaza San Martín, acaso la más distintiva con las que cuenta la Ciudad.