Dos nuevos casos de violencia de género sacuden a la Región, ahora en Abasto y la Estación

“La golpeó sin escrúpulos, con los puños y con un palo, frente a terceros y a funcionarios policiales, y la arrastró de los pelos por la calle. Antes, había intentado ahorcarla con un cable de alta tensión, situación de la que fue salvada por sus vecinos”.

El crudo relato corresponde a un caso particular acontecido en la madrugada de ayer, en una zona de viviendas precarias de la localidad de Abasto.

Sin embargo, podría tratarse de la crónica de una situación general, de las tantas que ocurren en la provincia de Buenos Aires.

La aseveración puede resultar exagerada o arriesgada, pero si se observan los últimos episodios de violencia de género que se registraron en la Región, se descubre una problemática para la cual la víctima está desarmada.

Las cifras aportadas por un informe de la Procuración General indican que en la Provincia se denuncia un ataque contra una mujer cada siete minutos.

El texto refiere además que las parejas y ex parejas son responsables de la mayor cantidad episodios de violencia contra la mujer, seguido por los generados en el seno familiar.

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No es casual, entonces, que los cuatro incidentes ocurridos entre lunes y martes se enmarquen en ese cuadro.

“TE VOY A QUEMAR LA CASA”

Según consta en el pedido de detención formulado por el fiscal Marcelo Romero contra el hombre aprehendido en Abasto, quien dio aviso a las autoridades y testimonio de los malos tratos a los que era sometida, fue un amigo de la damnificada.

Al arribar al lugar indicado, la esquina de 520 y 215, los uniformados tuvieron la oportunidad de presenciar la escena de la que tantas otras veces fueron testigos los vecinos.

El hombre, que será identificado como J.C.A., arrastraba por la calle tomándola del cabello, amenazaba y le daba puñetazos a su pareja. Los oficiales lo rodearon para detenerlo. Él, por su parte, permaneció impávido, según fuentes judiciales.

“Te voy a quemar la casa”, le gritó, segundos antes de ser reducido, no sin esfuerzo, por la Policía.

Por un breve instante, parecía que la furia de J.C.A se había disipado. Pero, mientras era esposado, intentó intimidar otra vez a la mujer: “Cuando salga te voy a venir a buscar y te voy a matar”, vociferó.

La joven, por su parte, presentaba lesiones en todo su cuerpo, algunas no tan recientes. Entonces, detalló todas las vejaciones que padeció en la mayor parte del tiempo que compartió con J.C.A., y cómo, antes de que apareciera el móvil, trató de ahorcarla con un cable de alta tensión. Tras ser asistida, agregó un detalle más: sus hijos, todos ellos menores, también habían sido maltratados por su padre, se desprende del pedido de detención.

DOS VIOLENTOS DETENIDOS

A esta historia se acoplan dos similares. El lunes pasado, en Berisso y en San Carlos, dos sujetos privaron de su libertad a sus respectivas parejas, a quienes también les cometían distintos tipos de abuso físico.

Al primero, de 22 años, lo denunció su madre, con quien vive en una casa de 13 y 149. Ella misma le “pasaba comida por una ventana” a su nuera durante los tres días que duró el cautiverio.

Como informó EL DIA con anterioridad, cuando llegó la Policía, la madre explicó que el hijo estaba adentro de la vivienda, amenazando a la chica con una tijera, informaron fuentes oficiales. Los efectivos ingresaron y el joven intentó frenar el salvataje, sin éxito.

Por otro lado, en la cuadra de 142 entre 38 y 39, los vecinos que aceptaron conversar de manera anónima con este medio, manifestaron que “en el barrio todos sabíamos que el esposo era violento”.

El matrimonio tiene tres hijos y, si bien residían en ese sector de San Carlos desde hace tiempo, “no se llevan con ninguno” de los frentistas, aseguraron.

No obstante, muchas veces se escucharon “fuertes discusiones” entre marido y mujer.

En medio de uno de esos enfrentamientos verbales, el hombre tomó la decisión de encerrar a su familia en el propio hogar. La maniobra fue denunciada por una compañera de la dueña de casa.

Voceros de la Justicia explicaron que, cuando llegaron los policías, el individuo corrió hacia una habitación trasera de la vivienda, donde estaba retenida la víctima.

“El objetivo era sacar de ahí a la mujer y posiblemente tomarla de rehén, pero rápidamente el personal policial entró por la fuerza al inmueble”, contó una fuente del caso.

Los efectivos rompieron la cerradura de la puerta principal y lograron reducir al acusado antes de que pueda lograr lo que, a juicio de la Policía, había planeado en esa instancia. Al ser detenido, el imputado -conocido en el bario como “el loco cachete”- tenía un pistolón calibre 28, con seis proyectiles en la recámara, añadieron los pesquisas.