Un abogado mató a un ladrón con salidas transitorias para evitar que lo secuestraran

Un abogado mató antenoche a uno de los ladrones que lo asaltaron en la localidad bonaerense de Florida

y declaró que disparó porque se resistió a ser secuestrado. Contó también que el delincuente que terminó muerto cargó su pistola para tirarle cuando el cómplice le ordenó que lo matara, informaron fuentes judiciales.

El ladrón fallecido -apodado “Piquito”- era un preso con salidas transitorias que estaba prófugo desde diciembre, cuando no regresó al penal de Campana. El juez de Ejecución de San Isidro que le otorgó el beneficio, Gabriel Alejandro David, es conocido por otras medidas polémicas: en 2014 le dio “libertad anticipada” al “Gordo” Valor, dos meses antes de que cayera de nuevo en un auto cargado con armas.

“LEGÍTIMA DEFENSA”

Para el fiscal de Vicente López a cargo del caso, Martín Gómez, el abogado laboralista de 43 años actuó en legítima defensa porque es la víctima en este hecho. En la declaración testimonial que le tomó ayer a la madrugada, el abogado -cuya identidad se reserva para preservarlo-, explicó que todo se inició cerca de las 21.30 del jueves, cuando salió de la sede del Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines, en Italia 1666, donde asesora como laboralista y tiene de clientes a los afiliados.

Se dirigió a su auto BMW y fue abordado por un delincuente que bajó de un Toyota Etios, donde lo esperaba un cómplice. La víctima le entregó el celular, el reloj y le dijo que se llevara el coche, pero el asaltante le manifestó: “Subite porque esto es un secuestro”. El letrado contó que forcejeó porque no quería y en ese momento apareció el segundo delincuente que le sacó la billetera y también le pidió que ascendiera al BMW. Siempre según los dichos del abogado, como él se resistía al secuestro, el segundo asaltante le gritó al cómplice que ya estaba al volante del BMW: “¡Matalo!”. De acuerdo a la declaración, el ladrón que estaba en el auto cargó la pistola 9 milímetros con la que lo apuntaba montando la corredera. El abogado le dijo al fiscal que en ese momento vio peligrar su vida, por lo que tomó de la guantera de su auto el revólver Colt .38 del que es legítimo usuario y le disparó al asaltante un tiro en el pecho. Luego, empujó y tiró al piso al segundo asaltante, corrió a refugiarse detrás del Toyota Etios de los delincuentes y desde ahí mantuvo un intercambio de disparos hasta que este ladrón huyó corriendo.

El letrado también contó que vio que el asaltante al que había baleado dio marcha atrás con su auto hasta que finalmente se desvaneció y murió en el asiento del conductor.

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“Todos estos dichos ahora tienen que ser corroborados por las pericias y por las evidencias que vayamos colectando, entre ellas, algunos videos de las cámaras de la cuadra que estamos buscando. Pero en principio la versión del abogado es creíble y todo indica que actuó en legítima defensa”, dijo una fuente judicial.

El ladrón muerto tenía un DNI y un registro de conducir a nombre de “Gerónimo Sánchez Lacoste”, pero, al cabo de unas horas, la policía pudo identificarlo como Marcelo David Alfredo Arcuaz Di Giorgio (32), alias “Piquito”, un preso que se había fugado el 7 de diciembre último en una de las salidas transitorias de las que gozaba en la Unidad 41 de Campana.

La pistola secuestrada a Arcuaz es una Smith & Wesson calibre 9 milímetros con una bala en la recámara que el fallecido ya se había colocado en la cintura cuando trató de huir marcha atrás en el auto del abogado, y en los bolsillos de su pantalón tenía 2.000 pesos.

Una hora antes de atacar al abogado, los mismos ladrones, en el Toyota Etios, habían asaltado a otro conductor en una estación de servicio Shell ubicada a 20 cuadras y a metros de la autopista Panamericana.

“YO SOY EL MEJOR”

“Piquito”, líder de la “banda del cronómetro”, acusado de robar 14 bancos en el conurbano bonaerense en 2012, solía gritar “yo soy el mejor” en los penales donde solía pasar el tiempo.

Hasta anoche los investigadores desconocían la identidad del cómplice, pero tenían certificado que “Piquito” es dueño de un voluminoso prontuario con antecedentes por entraderas y robos de bancos. Afrontaba una pena a 10 años de prisión por siete causas, todas por robo calificado con uso de armas de fuego.

Desde agosto Arcuaz tenía permiso del juez Gabriel David (quien también pidió que fuera trasladado del penal de General Alvear al de Campana) para ir a su casa de Olivos 12 horas mensuales, aunque nunca más de tres por semana. El magistrado tomó la decisión a pesar de que el SPB había desaconsejado otorgarle ese derecho.

Según consta en ese documento, si bien Arcuaz tenía un desempeño “correcto”, estudiaba y hacía cursos, le habían tenido que aplicar “correctivos” disciplinarios. El Departamento Técnico Criminológico del SPB pidió que se le diera trabajo y apoyo psicológico, porque suponía que “Piquito” podía transgredir las reglas de la salida transitoria. Eso fue justo lo que hizo.