“Cuando entré a jugar me olvidé de todo”

Por WALTER EPÍSCOPO
wepiscopo@eldia.com

Son horas de muchas emociones para Lautaro Chávez. De gesto serio, ayer por la mañana se quebró varias veces en llanto al ser recibido por familiares, amigos, sus primeros entrenadores y vecinos de Lavalle, en Corrientes. El pueblo se concentró en la Colectora esperando la llegada de su nuevo héroe. “Es el primer lavallense que llega a Primera”, comentaban los más futboleros. Con 17 años recién cumplidos (el 17 de enero), Lautaro explota en lágrimas al recibir el abrazo de Susy, su mamá y de Walter, su padre, que esta vez no estuvieron en el Bosque viendo el partido, y lo vivieron por la tele. “La tercera fue la vencida”, comentaban, teniendo en cuenta que había ido al banco ante Estudiantes y San Lorenzo, pero no había entrado.

Y el pueblo de Lavalle se paralizó cuando a los 38 minutos Sava mandó a Lautaro a la cancha ante Banfield. Hubo gritos. Llantos. Emoción. Ayer bajo un sol radiante, gente de Lavalle y pueblos cercanos, fueron a esperarlo, se sacaron fotos, lo abrazaron y le desearon lo mejor. Hubo recorrida en autobomba hasta su casa mientras lo seguían autos, camionetas y motos, en el camino saludando, rompió en llanto varias veces como un chico (en realidad, lo es) al abrazarse con sus padres y hermanos.

A la hora de las palabras, la Joya (así lo llaman todos) comentó: “Fue un lindo debut, no me lo esperaba porque venía siendo un partido muy dificil y veníamos perdiendo”.

Le tengo un gran cariño al Indio Ortíz. Me trajo y me contuvo cuando me quise ir por problemas”

Lautaro Chávez
Jugador de Gimnasia

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- ¿Sentiste los aplausos de la gente cuando estabas por entrar?

- No. Estaba muy concentrado en el partido, pero si me pongo a pensar en ese momento es verdad... Y le agradezco a la gente por el cariño y por el apoyo que me dió.

- ¿Cuál fue la sensación de tocar la primera pelota?

- Tranquilo, por suerte el primer pase me salió bien. Estuvo bueno. Me sentí bien, traté de hacer bien las cosas.

- No fue el momento más lindo tal vez, justo cuando estabas preparado para entrar, Banfield hace el segundo.

- Sí, yo tenía ganas de entrar y pensaba que al ir perdiendo no iba a entrar. Sabíamos que era un partido clave para Gimnasia y estábamos perdiendo, sinceramente pensé que no iba a tener la oportunidad. Pero bueno, por suerte se dió, obviamente que me hubiese gustado ganar.

- Más allá de las ganas, el escenario era diferente para vos que el año pasado jugabas en tu categoría o en Reserva sin gente. Acá ya era en un estadio, con público, un campo de juego diferente, te olvidaste de todo eso.

-Sí, obvio, cuando entré a jugar me olvidé de todo. La ansiedad por jugar me estaba matando, pero lo pude controlar y por suerte eso no se convirtió en nervios. Yo creo que un jugador lo que sabe lo tiene que demostrar adentro de una cancha.

-¿Estabas ansioso?

-Sí, como todo chico que está cerca de debutar y poder entrar a la cancha. Tenía ansiedad, creo que igual estuve bien, no tuve nervios y pude jugar tranquilo. Creo que aproveché los minutos que jugué.

- ¿Y la concentración cómo venía siendo, tus compañeros te calmaban?

- Sí, mis compañeros me venían hablando sobre la oportunidad que a todo chico le llega y la chance de cumplir su sueño. Lo estaba esperando, no se me dió en el clásico pero se me dió ahora en un partido dificil y pude demostrar lo mío.

-Se te vio desfachatado...

-Facundo (Sava) me dijo que entre y me divierta, que disfrute mi debut, que no sienta presión. Y bueno, creo que eso lo supe hacer, ví que la pelota me llegaba y pude tirar un caño. Me picó mal y por eso definí así, pero al final me salió bien.

-Tu juego tiene mucho de eso ¿no?

-Sí, es lo que se. Desde chico juego así, y creo que perdiendo o ganando uno tiene que jugar y demostrar lo que sabe. Ahora en Primera lo intenté y por suerte me salió bien.

- Se había generado mucha expectativa en la gente por verte...

- Sí, venía escuchando o mirando algunas cosas, pero lo llevaba con tranquilidad. - El Indio Ortíz te trajo, ¿cuánto significa para vos?.

-Le tengo un gran cariño por la oportunidad de haberme traído a Gimnasia. El me insistió siempre, incluso cuando volví a mi casa y yo quise abandonar todo porque tenía muchos problemas. Y el estuvo ahí, como también Nacho Fernández. Por suerte seguí, hoy estoy acá y se me dio la chance de debutar.

-En estos momentos, la familia está cerca ¿no?

-Sí, por suerte. A este partido vinieron un tío y una tía, está mi hermano, así que voy a festejarlo con ellos. Quiero dedicarle el debut y este sueño a toda mi familia, a mi novia que justo cumplió años, al Indio Ortiz que me trajo y al Club 23 de Marzo de mi pueblo.

Ayer Lavalle lo recibió como un héroe. Había camisetas de Gimnasia, alguna bandera Argentina. No fue un día más para el pueblo, que esperó un buen rato la llegada de su nuevo embajador. La sirena de la autobomba rompió la calma de un sábado caluroso, y el pibe vestido con ropa del Lobo que se sacó cientos de fotos, y se emocionó hasta las lágrimas al encontrar el abrazo de sus padres. Bastaron 10 minutos para que quedara confirmado que todo lo que se dice de el, es así. “Estoy muy contento”, repitió una y mil veces. Para los chicos que lo rodeaban, Lautaro es el fiel ejemplo que desde la más profunda humildad y condición, también se puede llegar a cumplir los sueños.