“Es imposible caerle bien a todo el mundo”

Por MARTÍN CABRERA
mcabrera@eldia.com

La charla está pautada a las 13 y comienza a esa hora. No es un dato menor. Saluda, posa para las fotos, sonríe y hace preguntas de rutina. Se sienta en una silla y empieza una charla distendida, futbolera, musical y de la vida... Pablo Lugüercio es uno de los referentes que tiene Estudiantes en su plantel y, además de disfrutar más que antes el día a día en el Club, contagia energía positiva.

En la entrevista con este medio habló de su presente en el equipo de Lucas Bernardi, de su deseo por jugar la mayor cantidad de partidos, de lo que se viene en Libertadores y Superliga, del cuidado de su cuerpo, del rock y la guitarra, pasado, presente y futuro de un grande con cara de pibe que se formó en el Pincha y desea terminar su carrera en el mismo lugar.

-¿Cómo estás viviendo este momento en Estudiantes?

-Bien, contento de ser parte del grupo. Todo este tiempo que ya pasó lo viví y disfruté más allá de que no pude jugar mucho. Mi rol hoy es acompañar y aprovechar el tiempo que me toca en cancha. Me agarra en un momento en el cual disfruto todo. A diferencia del Chapu (Braña) o el Chavo (Desábato) que juegan todos los partidos, lo mío es apoyar desde donde me toque.

-¿Esas ganas de jugar es lo que te lleva a seguir vigente en el fútbol argentino con 36 años?

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-Sí claro, no es fácil llegar a esta edad y seguir compitiendo en el primer nivel del fútbol argentino. La historia nuestra es competir, por un puesto, por un lugar... Siempre sanamente por uno mismo y para levantar el nivel interno del grupo. Como cada uno siempre da el 100% el nivel interno se va potenciando. Este es un poco la idea nuestra pero la del Club en general. Que todos los chicos, desde el más joven al más grande tengan ese entusiasmo y esas ganas por la competencia.

-¿Sentiste que se te menospreció cuando volviste a Estudiantes después de tu paso por Aldosivi?

-La verdad que no me enteré si la prensa o los hinchas dijeron eso. Como no miro tele, no escucho radio y no tengo redes sociales estuve desconectado. Me mantengo muy al margen de todos los comentarios. Vivo mi realidad porque creo que es lo mejor para poder desarrollar mi trabajo. Si ahora se ve otra cosa, me pone contento. La verdad es que desde el primer día los dirigentes me dieron confianza para que pegue la vuelta y mis compañeros lo mismo. Desde un primer momento volví sintiéndome apoyado. Obvio que la responsabilidad es mayor porque jugar en Estudiantes me obliga a estar bien y rendir. Por suerte las veces que me tocó jugar lo hice correctamente. Me siento competitivo y que puedo aportar lo mío. Nunca fui un amante de las noticias y las redes sociales, pero ahora mucho menos. Me entreno y juego, nada más.

No sé qué se dijo cuando llegué, pero mis compañeros y dirigentes me apoyaron un montón”

El presente de Pablo Lugüercio

-Es mejor que el jugador no esté tan metido en los comentarios de los hinchas y de la prensa, ¿no?

-Es un poco eso. Siempre me preocupé mucho por rendir en el día a día, en los entrenamientos y en los partidos. Trato de hacer todo lo que me piden y un poco más. Después los criterios son diferentes y dependen de cada persona. A algunos les gustaré más o menos. Caerle bien a todo el mundo es imposible. Si te agarrás de las críticas te va a hacer mal. Prefiero mantenerme aislado y no me entero de lo malo, aunque tampoco de lo bueno (risas).

-¿Hasta cuándo tenés proyectado seguir jugando?

-La verdad es que siempre pienso en el semestre. Hace rato que no tengo una meta larga, porque a esta edad cualquier cosa que te pase puede dejarte de lado. Planificar algo a largo plazo puede ser contraproducente. Hoy me toca terminar mi contrato acá, el 30 de junio, y veré qué propuestas me pueden surgir, acá o en otro lado. Lo bueno es que me siento con ganas, competitivo y a la altura. Veremos, ahora tengo la cabeza puesta en los partidos que se vienen que son importantísimos.

-¿Se juegan el semestre en el mes de abril?

-Nos jugamos bastante y nos estamos preparando para eso. La última semana fue muy buena. Sabemos que hicimos una buena primera parte pero llega ahora lo más importante. Todos se quedan con el final y por eso queremos cerrar bien. El objetivo principal es clasificar a los octavos de final de la Libertadores. Después, terminar lo más arriba posible en el torneo. Para eso dependerá del esfuerzo de todos nosotros.

-A simple vista el partido contra Santos, en Quilmes, asoma como el más importante de todos. ¿Es así?

-Sí, es un partido clave que nos va a perfilar o no para la clasificación. Si bien después quedan otros partidos, nuestra idea es sumar todos los puntos como locales. Si salimos bien parados podemos manejar los demás partidos de otra manera.

-Entre esos partidos que les queda tienen que ir a la altura de Cuzco y vos debutaste en Potosí cuando regresaste. ¿Cómo la pasaste?

-Mal. Terminé agotado. Entre el partido, el viaje y volver a jugar un partido de Copa con Estudiantes fue un cóctel pesado. Me costó un largo tiempo recuperarme.

-¿Te ilusiona jugar esta Copa con Estudiantes?

-Pero claro, es un Club donde pensar que se la puede ganar no es una locura.

-¿Te arrepentiste por no haber podido estar en 2009?

-Sí, porque es lo que sueña todo jugador. Me había ido el año anterior a Racing para dar un paso adelante y la viví a la distancia. Igual me dio una alegría inmensa ver al Club y a mis compañeros ganar la Copa Libertadores. Esa vez la viví como hincha, ahora ojalá que me toque a mí.

-¿Vas trabajando tu cabeza para el día que dejes de jugar al fútbol?

-Hoy tengo una sensación que tal vez luego sea diferente. Pero creo que no voy a extrañar el fútbol cuando no juegue más. Siempre me brindé al máximo y hace varios años lo vengo pensando. Por ahí puedo extrañar un poco el vestuario y el día a día pero no creo que me afecte.

“A lo largo de mi carrera me cuidé mucho con la alimentación. Un tiempo hasta fui vegetariano”

Lugüercio y su vigencia

-¿Te imaginás vinculado al fútbol cuando dejes de jugar de manera profesional?

-No sé, pero no me veo hoy técnico, dirigente o representante de jugadores. Hoy no se me cruza por la cabeza. Lo que más me gusta es el coaching y la psicología deportiva. El último tiempo me fui interiorizando y hablé mucho con profes y especialistas. Es algo que tal vez pueda hacer en un futuro. Veremos con el tiempo.

-¿Cuál es tu secreto para llegar bien físicamente a los 36 años? ¿Cuidado, genética o mucho entrenamiento?

-Me cuidé mucho en toda mi carrera. Bastante, te diría. La alimentación fue y es muy importante para mí. Durante muchos años fui vegetariano y comiendo toda comida saludable. Ahora me tomo algunas licencias y una vez por semana ingiero algo de carne. Es un poco como dijo el Chapu (Braña) el otro día: hay que saber cuándo comer determinada comida y tomar una copa. A esta edad, la recuperación, te hace imposible competir.

-¿Cómo se hace ser vegetariano en el mundo del fútbol?

-Como en cualquier otro ámbito. En Estudiantes, por ejemplo, siempre hay menúes y cada uno va armando. Depende de los gustos de cada uno y saber cómo balancear los alimentos.

-Te quiere mucho la gente de Racing y días atrás te entregaron un premio en Aldosivi. ¿Eso es lo mejor que te da el fútbol?

-Es lo que más me llena. Poder volver a cada club con mi hijo y que vea el cariño que recibo. Me hace bien y es un poco el mensaje que me gusta dejarle, cómo manejarse en la vida. Por derecha y con esfuerzo, la única manera que conozco.

-¿Cómo te toca a vos lo que está pasando en Independiente y otros clubes? ¿Cuán vulnerables son los jugadores juveniles?

-La verdad no estoy muy al tanto de la información, pero sé lo que pasó. Nunca fui de pensión pero conozco a varios que sí vivieron ahí como Damonte, Angeleri, el Chavo (Desábato) y Evangelisti. Hoy cambió mucho y Estudiantes está en otro nivel. Los chicos tienen una contención fundamental: tienen que estudiar y se les obliga a seguir una carrera. Antes era muy difícil. En la pensión de Racing llegué a ver chicos de 9 años. En las provincias no los podían tener y los mandaban a esa edad. Hoy se tienen otros cuidados, pero evidentemente no alcanza porque pasan estas cosas.