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“Un sueño hermoso”: la vida mágica y turbulenta de una estrella fugaz del cine

El filme de Tomás De Leone rescata la historia de la actriz enana que estelarizó una peli con Mastroianni y que tuvo un trágico final

“Un sueño hermoso”: la vida mágica y turbulenta de una estrella fugaz del cine

Alejandra Podestá protagonizó junto a Marcelo Mastroianni “De eso no se habla”, de María Luisa Bemberg / web

8 de Abril de 2020 | 05:28
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Detrás de escena, en los pasillos del cine nacional flotaba un mito sobre la vida y el trágico final de Alejandra Podestá, protagonista del último filme de María Luisa Bemberg, “De eso no se habla”: tras vivir años de encierro en un pequeño departamento, acomplejada por su condición de enana, llegó por casualidad al casting, se convirtió en protagonista de una película con Marcello Mastroianni y pudo imaginar una vida diferente, emancipada. Su final, sin embargo, fue escrito por la sección de los policiales del diario.

Esa es la historia que Tomás De Leone se propuso rescatar en su segundo filme, “Un sueño hermoso”, uno de los dos estrenos de esta semana, que se verá mañana y el sábado a las 20 por Cine.Ar y al que también se podrá acceder a través de la plataforma online Cine.Ar.

De Leone escuchó la historia de Podestá mientras rodaba otro documental, y se despertó en él la curiosidad: empezó a buscar, hizo algunas entrevistas preliminares y “me pareció que tenían mucho para decir”. En esas primeras charlas, supo que Alejandra no había dejado su casa hasta los 13 años, y que de repente, por azar, filmaba en Uruguay con Mastroianni y una cineasta que había estado nominada al Oscar por su anterior cinta, “Camila”. “Sentí que ahí había un movimiento interesante”, cuenta el cineasta, que comenzó a conocer y recorrer a través de distintos testimonios “las contradicciones que tenía Alejandra y los lugares emocionales que había atravesado durante el rodaje” hasta que “me di cuenta que tenía una película”.

De Leone, director de “El Aprendiz”, mejor cinta nacional en el Festival de Mar del Plata de 2016, entrevistó a los que participaron en la cinta: la productora Lita Stantic, Alejandro Maci, el guionista Jorge Goldenberg y varios compañeros de elenco prestan su voz para recordar la vida de Alejandra y, de paso, contar el detrás de escena de aquella arriesgada película que proponía el romance entre una enana y un galán de cine internacional.

“El gesto que tuvo Bemberg, disruptivo, de elegir a una mujer enana y que se presente como una mujer deseante, y que tenga como pareja a Mastroianni, esa idea de que una chica enana pueda manejar su cuerpo con libertad siendo disruptivo aún en este momento, que es un poco más positivo”, analiza De Leone.

LA FIGURA DE BEMBERG

La figura de Bemberg, el atrevimiento de una cineasta que se metió en un mundo de hombres con 58 años y fue exitosísima con filmes que mostraban mujeres empoderadas, funciona, dice De Leone, “como un modo de entender a Alejandra; la vida de Bemberg es un mapa para entender la vida de Alejandra y las tensiones que la atravesaron. Y ciertas cuestiones que atravesó son universales”. Así, la cinta explora diversas tensiones recorriendo el cuerpo de su protagonista: el estigma de ser una persona con discapacidad, el peso de la fama, la cuestión del deseo para una mujer en sociedades conservadoras, todas apuntan a problemáticas particulares pero que se vuelven universales porque evidencian opresiones y marginaciones.

Sin embargo, en los finales de Bemberg y Podestá pueden leerse diferencias: como rescata De Leone en el prólogo de su filme, la cineasta soportó la resistencia de la industria, las miradas de soslayo, y tuvo que arremangarse para ingresar en lugares que no estaban habilitados para las mujeres en la década del 80 (comenzó a filmar en plena dictadura y ya su primer filme fue un gesto desafiante: el affaire de una mujer casada), pero consiguió ser una realizadora respetada, exitosa y canónica; Alejandra tuvo un final trágico, consecuencia de las tensiones sin resolver que atravesaron su vida, sus deseos y su opresión.

Alejandra “no pudo elaborar lo que vivió de una forma que la ayudara”, sostiene De Leone, y su documental plantea que algo de esa imposibilidad se podía percibir cuando contó que el final de “De eso no se habla” no la convencía: casada con Marcello, decide emanciparse de esa vida que otros pensaron como ideal y se va con el circo. Pero probablemente a Podestá no le haya hecho ruido la emancipación, sino el destino.

“Es distinto para las personas pequeñas”, explica el director. “El circo fue para muchos la única opción, entonces no veían necesariamente que Alejandra, uniéndose al circo estuviera haciendo un acto de liberación. Goldenberg, el guionista, decía que unirse al circo era unirse a una vida nómada, más libre, pero para ellos es unirse al único destino si querías ser artista. Para Alejandra tampoco”.

La película ofrece así, a través de varios testimonios, distintas posibilidades para explicar la vida de Alejandra, una vida llena de lugares emocionales dispares y de momentos “increíbles”: compaginar todos esos momentos, dar espacio a todos pero también el peso indicado a cada uno, fue uno de los desafíos de “Un sueño hermoso”, que llevó dos años para montarse, sostenida con algunos fondos del INCAA y con el bolsillo propio (“no es lo que recomiendo, pero en algún momento no había película si no hacíamos eso”, dice De Leone).

“Yo creo que la va a ver más gente de esta forma que estrenando en un cine”

 

Pero el gran desafío era partir de un mito y contar una historia completa, rellenar los “baches” en la vida de Alejandra por fuera de los tres o cuatro momentos más conocidos de su biografía.

“Nos costó encontrar entrevistados”, cuenta el realizador, que también encontró resistencia de los compañeros pequeños del rodaje de “De eso no se habla”: “Querían saber por dónde iba a ir la película, qué lectura se iba a hacer. Y era fundamental que estén: al no estar Alejandra, esos cuerpos tenían que estar, tenían que hablar en su primera persona”, dice el director.

Tras tanto trabajo, la cinta verá la luz en un momento menos que ideal para el cine, con las salas del mundo cerradas: se estrenará mañana en la pantalla chica y también en las pantallas digitales, pero De Leone no reniega. “El objetivo para los que hacemos películas es que se vean”, afirma. “Y yo creo que la va a ver más gente que estrenando en un cine”.

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