Virginia Lago: “Me gusta encender las llamitas de la curiosidad”

En una tele donde las malas noticias compiten por arrebatarle el rating a los panelistas estridentes, Virginia Lago (74) regresó a la pantalla para ofrecer un pequeño oasis de ternura.

En la TV Pública, la reconocida actriz encabeza una serie de micros de educación financiera destinada a los adultos mayores, con el que volvió a hablarle al público desde el mismo lugar que ya había abordado en “Historias del corazón”.

“Me parece que es muy bueno conectarse desde un lugar tranquilo, la gente necesita sentir que alguien la escucha, que se la respeta”, admite Lago, en diálogo telefónico con EL DIA.

De lunes a viernes, durante la programación, se emiten en el canal estatal los micro envíos en los que podemos ver a la actriz despejando dudas sobre las tarjetas de crédito y débito, informando sobre cómo proceder en caso de extravío y, entre otros temas, explicando cómo pagar las facturas de los servicios a través del home banking, ese universo al que a muchos les da temor explorar.

A Lago, que confiesa llevarse “muy bien” con la tecnología bancaria, siempre apoyada y acompañada por su marido, el también actor y director Héctor Gióvine, le pareció “muy interesante esta propuesta” en tanto no sólo busca generar confianza en los mayores en relación al uso de los medios digitales en el marco del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio sino, fundamentalmente, por la forma en la que se lo encaró: “buscamos hacer una cosa amigable y abrazadora, un momento para compartir aprendiendo”.

En este sentido, advierte que como docente de teatro que es, “la única manera de transmitir un buen mensaje es ponerse en el mismo nivel” pero, aclara, sin ponerse tan serio e, incluso, apelando a cierto tipo de humor.

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“La gente necesita sentir que alguien la escucha, que se la respeta”

“Me gusta encender las llamitas de la curiosidad”, reconoce la actriz que traspasa la cámara con mensajes alentadores.

Lago, cuya última participación en la tevé había sido como villana de la exitosa “ADDA” (2017), se muestra feliz por este regreso a la pantalla chica que la hace soñar con la vuelta de “Historias del corazón”, el ciclo que durante cuatro años encabezó por Telefé y que causó sensación no sólo por sus buenas mediciones de rating sino, además, por lo que generó entre las nuevas generaciones en el terreno de las redes sociales.

Ese fenómeno, en el que casi a diario se viralizaban divertidas imitaciones de las presentaciones de la actriz, leyendo sus ya populares “cartitas” de la gente, tomando el té a la tarde o los vinitos de las emisiones nocturnas, comenzó a reflotarse ahora con sus envíos financieros en los que vuelve a tener de marco un cálido living.

“Me da mucha felicidad, agradecimiento, placer. Pienso en que tengo suerte que pase eso con los chicos”, se entusiasma Virginia y cuenta que, a causa de las buenas repercusiones de los micros auspiciados por el Banco Nación, tuvo algunos llamados que la hacen esperanzar con la posibilidad de un programa de corte similar que, a su criterio, tanta falta le hace a la tele de hoy en día.

“El mundo es muy violento y la gente necesita que le cuenten historias más lindas de las que vemos todos los días. Yo también las necesito, me pongo a mí primera”, reconoce, convencida de que a veces “una caricia puede apaciguar hasta al más violento”.

Sin la necesidad de amigarse con plataformas como Facebook o Instagram, revela Virginia que le alcanza y le sobra con WhatsApp, el email e internet, las herramientas que más usa en estos días de cuarentena, sobre todo para comunicarse con sus hijos y su nieta, los afectos que más extraña de la vida pre encierro.

Junto a su “amor de toda la vida” atraviesa estos extraños días de cuarentena, “viviéndola y transitándola” con responsabilidad.

“Por suerte, tengo en mi casa un poco de tierra, un jardín grande, entonces trabajo, podo, riego, cuido las plantas”, relata la intérprete, que también se vuelca a la lectura y a la cocina, “haciendo comidas ricas” y compartiendo las recetas después con amigos.

“El mundo es muy violento y la gente necesita que le cuenten historias lindas. Yo también las necesito, me pongo a mí primera”

Con casi sesenta años en el mundo de la actuación, habiéndose destacado tanto en cine como en teatro y en televisión, no es una opción para Virginia retirarse.

“Me gusta mucho mi trabajo, me gusta lo que hago y seguiré trabajando mientras pueda”, destaca y confiesa, proactiva, que “si no me llaman, lo hago yo”.

Con muchos planes familiares para cuando todo se reactive, entre ellos la posible vuelta a los escenarios de la mano de la entrañable “La panadera de los poetas” y, en la que la dirigió su hija Mariana Gióvine, la popular actriz cuenta que lo que nunca le faltan son los proyectos.

Para ella, “los vamos perdiendo a medida que los alcanzamos” lo que nos lleva a seguir proyectando permanentemente porque “son los motores de la vida”.