El “cero” premió a los dos equipos, y a Merlos también

Partido feo. Malo. Ni Gimnasia ni Huracán lograron entretener nunca. Los arqueros casi que no tuvieron trabajo, tal vez Marcos Díaz se fue con los guantes un poco más sucios por que lo probaron algo. Ambos necesitaban ganar por que llegaban flacos de puntos y necesitaban un envión para no ir quedando tan abajo en la tabla. Tanto la dupla Martini-Messera como Kudelka, cuestionados y con rumores de salida.

Por eso los tres puntos valían oro, pero realmente, ninguno de los dos hizo cosas concretas para ganar. Gimnasia con más ganas (y desesperación) que ideas, inquietó más, y en esto de tener que raspar en el fondo del tarro para encontrar jugadas interesantes, el Lobo tuvo algo más.

Por lo pronto, le anularon mal un gol a los 13 minutos del complemento a Alexis Domínguez, que empujó al fondo del arco de Avenida 60 tras un gran centro de Lautaro Chávez desde la izquierda. Pero el juez de línea Pablo González levantó el banderín y el árbitro Andrés Merlos (parejito, siempre mal) le dio la “derecha”, y lo anuló dejándole el grito atragantado al Pampa Domínguez. Y en tiempos donde las llegadas de gol son en cuentagotas, que te anulen uno mal, puede ser letal.

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CON POCO, EL LOBO FUE MÁS...

Arrancó más incisivo Huracán, y enseguida Jhonatan Candia se filtró en el área, dejó en el camino a Guiffrey, y remató cerca del primer palo, la pelota pegó en la parte de afuera del arco.

Contestó el Lobo con un remate débil de Eric Ramírez que contuvo Marcos Díaz. Un rato más tarde, tras una buena jugada colectiva, Matías Miranda cedió para Ramírez, quien remató otra vez pero el “uno” del Globo dijo “no” nuevamente.

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En líneas generales el partido era friccionado, feo, sin llegadas claras y todo quedaba sujeto al error del otro.

Gimnasia atacaba como podía. De los pies de un enchufado Brahian Alemán llegaban las mejores acciones, pero no encontraba socios. A veces Insaurralde, en otras Miranda.

Queda claro (ya sea para los hinchas que lo quieren y los que no) que el uruguayo cuando está enchufado, con ganas y no está fastidioso, es diferente. Capáz de recuperar, jugar, ordenar, o tener que marcar en los córner en contra al “enorme” y “lungo” Lucas Merolla. El “diez” Tripero fue el corazón del equipo.

Melluso desde el lateral izquierdo intentaba empujar y Gerometta desde el derecho también. Cerca de los 30 minutos, Miranda se jugó la vida y recuperó una pelota en el medio, le quedo a Gerometta que se mandó al ataque, llegó hasta el fondo, tiro el centro al ras al medio del área chica por donde venía Rodrigo Holgado.

¡¡¡Increíble!!! Delante del arco, el delantero albiazul le pegó mal y el balón se fue por arriba del travesaño. Sin dudas, la más clara.

Antes del final de la primera etapa, un tiro libre desde la puerta del área grande de Alemán (figura para ese entonces) obligó a volar a Díaz contra su palo y sacarla al córner. En el centro que siguió, Domínguez cabeceó y Díaz otra vez ganó.

Después, fueron todos intentos que no terminaron bien, ante un rival que solo en algunos momentos pudo construir algo cuando la pelota pasó por Vera, Cristaldo, Cabral y Candia.

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DOS “TANQUES” VACÍOS

El complemento arrancó igual. Todo muy trabado. Huracán con el correr de los minutos empezó a tener menos argumentos y no inquietaba a Rey; pero Gimnasia no tenía rebeldía, audacia, agresividad para poner contra las cuerdas al rival.

Por momentos caía en bajones preocupantes, no encontraba como entrarle al rival, ni tampoco hilvanar una jugada. Por momentos se vio cierto desconcierto, pero a pesar de ello, estaba en partido.

Empezaron a llegar los cambios y los ingresos de Chávez primero y el Pulga después le dieron un poco más de volúmen de juego.

Claras podemos contabilizar dos: la primera a los 13 minutos ya contada con el gol mal anulado de Merlos al Tanque Domínguez; aunque es justo aclarar que el Juez se equivocó para los dos (Kudelka al final lo fue a protestar también). Es decir, fue parejito y malo para ambos.

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Domínguez y su bronca por el gol mal anulado

La otra chance llegó cuando el cronómetro estaba en el minuto 40. Pase del Pulga Rodríguez para Nicolás Contín ingresando al área grande por derecha.

El Tanque Contín quedó mano a mano con el arquero Díaz y cuando la jugada pedía un remate al arco, el delantero prefirió tocar al medio por donde venía Insaurralde que no pudo conectarla, y lo que era una jugada clara clara de gol, terminó en absolutamente nada.

Llegó el final y el empate que no le sirvió a nadie, mucho menos a Gimnasia que acumula 4 partidos sin ganar (empates ante River y Huracán; derrotas frente a Colón y Lanús).

Gimnasia necesitaba un triunfo para cambiar el clima; para que el grupo volviera a creer en sus fuerzas; para que la dupla tuviese una señal sólida de verdadera recuperación. Por ahora, todo eso aparece en cuentagotas.