Ataúlfo Pérez Aznar en el Macla: dos muestras, un discurso muy personal

El fotógrafo Ataúlfo Pérez Aznar inauguró en el MACLA, Museo de Arte Contemporáneo Latinoamericano, dos muestras que pueden ser vistas como una unidad integral dentro de su trabajo de las últimas décadas: “Introspectiva”, un conjunto de imágenes que articula un discurso propio sobre un amplio conjunto de fotografías de distintas épocas; y “Desnudos”, donde el retrato se configura como medio de expresión compartida entre el autor y los retratados.

“En esta muestra queda claro que una de las temáticas más recurrentes ha sido la referente a las poéticas de lo cotidiano, lo común, el día a día y todo aquello que lleva implícito algún tema interno o privado, siguiendo con la tarea de desvelar enigmática mente aspectos de la privacidad individualizada del ser humano, desde una forma personal”, escribió Mercedes Reitano en el catálogo de la muestra.

Las fotos de Pérez Aznar, nacido en 1955 en La Plata y figura central de la fotografía nacional tanto como artista como en su rol de curador, se encuentran distribuidas en cuatro salas del museo.

“Lo que realmente me llevó a realizar la muestra Introspectiva fue que consideré que había llegado la oportunidad para algo que venía pensando hace varios años, cómo articular con absoluta libertad un discurso sobre la totalidad de mis imágenes”, afirma el autor. Ese discurso se plasma a través de una curaduría muy personal, donde las distintas fotografías se articulan unas con otras otorgando la mirada del mundo que aporta el autor, su ideología, sus creencias, en un formato que siempre es regular.

La muestra se encuentra, agrega Pérez Aznar en una entrevista con Silvia Mangialardi, “vinculado a mi rol de curador, que nació casi de modo paralelo a mi propia actividad de fotografía como medio de expresión, cuando en su momento fundé la fotogalería Omega. Desde esa época advertí la importancia y las posibilidades que tiene la edición en lo que hace a la conformación de un discurso. Una edición no es cuestión de tirar fotos al boleo y que quede caiga como caiga. Entonces, no invalido la posibilidad de una retrospectiva que casi siempre se da en función del criterio de las mejores fotos de un periodo. Pero en este caso, me importaba mostrar el discurso a lo largo del tiempo. Y fíjate que en algunos casos tengo fotos mejores que las expuestas en Introspectiva, pero no forman parte del discurso que quiero transmitir a través de esta muestra”.

La muestra, relata, incorpora fotos tomadas en su infancia y las une a otras de décadas posteriores porque “hoy veo que indudablemente ambas forman parte de mi obra”. Y porque, desde lo temático, eran significativas: “Me pareció interesante articular un discurso sobre América Latina. Por primera vez, creí conveniente vincular fotos como no lo había hecho hasta este momento. Hice muchas fotos sobre América Latina, pero hasta la actualidad solamente había hecho una exposición sobre América Latina y otras tres de países individuales. Acá pretende ser un discurso integrador, temporal y espacial. Un mismo discurso que se articula con distintos aspectos, producto de mi formación académica en geografía, antropología cultural e historia y mi vida política. Todo conforma una sola cosa que, en alguna medida, creo haberlo plasmado a través de la fotografía. Y acepto el reto de darlo a conocer”.

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En “Desnudos”, en tanto, busca reflexionar sobre los cuerpos “como vehículos de su visión del mundo, de su ideología, de su propia esencia y personalidad”. Pérez Aznar explica que “siempre consideré que estos retratos eran, en cierta manera, resultado de una expresión compartida. Por un lado, en lo personal, abordar la fotografía como medio de expresión y, por otro, brindar a mis retratados la posibilidad de expresarse a través de su propio cuerpo como vehículo de su visión del mundo, de su ideología, de su propia esencia y personalidad”.

“El desnudo es para Ataulfo”, escribe Silvia Mangialardi, “uno de los símbolos de la lucha por la libertad de una generación que libro varias batallas en lo político, ideológico y cultural, en las que la libertad sexual fue un punto insoslayable. En sus desnudos, que como él mismo reconoce son realmente retratos de gente desnuda, manifiesta su postura ante la vida al tiempo que evidencia su interés por los derechos y por la igualdad de hombres y mujeres”.

“El tema del desnudo es pre fotográfico para mí, porque indudablemente formo parte de una generación que llevó adelante luchas de distinta índole, entre ellas la libertad sexual, el cuerpo, el desnudo, lo político. Nací en los 50 y fui adolescente en los 60-70, con todo lo que eso implica. Aparte se dio una conjunción en mi formación, a lo que hay que sumar la música de la década del 60, lo que significó la música desde los Beatles, los Rolling, el pelo largo… hay una identificación con una generación que después continuó en lo político, donde también el desnudo y el cuerpo formaban parte del marco ideológico”, explica el propio Pérez Aznar. “El desnudo, insisto, es para mí uno de los símbolos de la lucha por la libertad”.

En el marco de las celebraciones por el 140° aniversario de la Ciudad, Pérez Aznar brindará esta noche, en el Macla, desde las 19.30, un conversatorio donde hablará de su obra, de la fotografía y de ambas muestras.

“Julie en su estudio”, Buenos Aires, 1996