Alumnos sin clases presenciales por robos en una escuela

No alcanzan los paros, las jornadas de perfeccionamiento docente ni la suma cada año más extensa de feriados para diminuir la cantidad de días de clases: ahora un robo a una escuela primaria de La Plata derivó en que unos mil alumnos se quedaran sin clases presenciales.

Tal como se informó ayer en este diario, la escuela primaria “Profesor Francisco Guerrini”, del barrio de La Granja, fue blanco de un durísimo golpe delictivo, en el que los delincuentes robaron equipos imprescindibles para el desarrollo de las clases, según señalaron autoridades.

De modo que por este episodio ocurrido el fin de semana pasado, el establecimiento de 520 y 139 dejó de dictar clases y la continuidad pedagógica, según se dijo, deberá continuarse “a duras penas” por la vía virtual.

Al reanudarse el lunes el ciclo lectivo, docentes, directivos y los mismos escolares se encontraron con un cuantioso faltante, entre ellos el robo de tres bombas de agua de un total de cinco que dispone el colegio. Los ladrones se llevaron además heladeras, artículos de cocina y otros elementos de valor. Pero fue básicamente la falta de agua la que obligó a cerrar la escuela.

El robo de material didáctico, de muebles, artefactos electrónicos y de otros bienes propios de esos establecimientos –computadoras, distinto material didáctico, elementos de cocina y artefactos eléctricos- así como los destrozos edilicios, siguen siendo así un clásico de la delincuencia platense, favorecida por la escasa, por no decir nula, prevención policial existente para combatir esta modalidad tan dañina.

Se ha dicho también ya en innumerables ocasiones que los edificios escolares no deberían quedar expuestos e indefensos frente a robos, daños y a los eventuales riesgos que causan los muchos actos vandálicos que se registran en la zona.

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En ese sentido, sigue pareciendo sustantiva la necesidad de que se inculque una mayor educación en todos los sectores de la población, destinada a que exista cabal conciencia sobre el trascendente valor que representa una escuela, un jardín de infantes y toda sede de uso común.

Ello sin perjuicio de demandar que una mayor seguridad policial se convierta en realidad para toda la población, asediada desde hace mucho por una delincuencia al parecer incontenible, irracional y violenta.