En las casas de fiestas, menos cumples y festejos casi sin grandes

A raíz de la crisis económica, desde el año pasado las reservas en las casas de fiestas infantiles cayeron alrededor de un 25 por ciento y se habla de que el sector atraviesa el peor momento desde la postpandemia. El ajuste también impactó en las formas de celebrar: ya no se invita a los adultos y se ahorra en decoraciones extras y souvenirs.

Nacha Stevani, al frente de una casa de fiestas de 10 y 40, señaló que este año se trabaja muchísimo menos que el año pasado. Mientras que en 2023 se hacían entre 40 y 42 alquileres por mes, ahora “con suerte” hay unas 30 o 32 contrataciones.

”Tenemos de 10 a 12 fiestas menos por mes”, dijo.

Con relación a los precios, consignó que el año pasado para esta época la gente reservaba para fiestas que se harían en agosto, eso costaba 110 mil pesos y contemplaba atención y animación por 4 horas.

“Por el mismo servicio ahora se cobra 300 mil pesos, hay que tener en cuenta el aumento que tuvo el alquiler, algo que se modifica cada seis meses; de luz pagaba 60 mil pesos y ahora llegó 400 mil”, justificó Stevani e informó que también debe sumarle a sus gastos el pago de tres empleados que tiene en blanco.

Se disparó toda la línea de costo, aún en aquellas cosas que siempre se pusieron como atenciones, tal el caso de los caramelos para la piñata, que de 900 pesos que costaban el año pasado hoy salen 4 mil pesos.

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“Es imposible mantener el salón si no se cobra lo que se cobra, que por otra parte son los valores que maneja la mayoría de los salones con características similares al mío”, apuntó la comerciante.

En ese contexto, al igual que en otros salones, se apela a las promociones para mantener activa la agenda de contrataciones. Por caso, en abril, que solo hubo 32 reservas, cada una de 210 mil pesos, los fechas libres se rebajaron a 150 mil, una tarifa que se aplica a cualquier día de la semana.

“Se va buscando la forma de atraer al cliente, a muchos les regalo el maquillaje para los chicos o les entrego algún voucher con cuponera para comprar tortas con descuento o la ambientación con globos”, se explicó.

Stevani aclaró que el local es muy grande, tiene 500 metros cuadrados y la base de gastos es importante.

Con relación a los hábitos, la gente contrata con dos o tres meses de anticipación, ahora lo hacen para junio o julio y son contados los que cancelan por algún imprevisto.

El “no hay plata” también se hace notar a la hora de festejar porque en los últimos tiempos se redujo la cantidad de invitados, ya no se participa a todos los familiares o a los amigos y sus familias. Al haber menos adultos, se ahorra en comida y bebida.

Si bien todos los salones cuentan con espacios ambientados, hasta hace unos años era habitual la contratación de decoradores que se encargaban de hacer instalaciones con globos o los centros de mesas, algo inusual por estos días.

“La decoración ya no se ve, antes había en la mayoría de los cumpleaños”, se reconoció en las casas de fiestas infantiles.

Adrián, al frente de un salón infantil con 35 años de trayectoria en el Barrio El Mondongo sostuvo que la actividad cayó alrededor de un 25 por ciento con relación al año pasado.

Lo que hace un año se conseguía por 110 mil pesos, ahora tiene un costo de 300 mil

“Tratamos de tener un precio razonable para hacer más fiestas y cubrir el alquiler y todos los gastos. El año pasado en abril el alquiler por tres horas estaba entre 25 y 30 mil pesos y ahora estamos presupuestando para mayo, 75 mil pesos”, dijo.

En cuanto a la modalidad de los festejos coincidió con otros pares en que prevalecen las fiestas en las que hay solo chicos porque los padres buscan ahorrar el costo de darles de comer y beber a los adultos.

“No se puede aumentar todo lo que se necesitaría, la idea es acompañar con precios accesibles a las familias y que todos los que se vinculan a esta actividad, como por ejemplo los animadores, tampoco se queden sin trabajar”, apuntó el comerciante.

Ya no se participa a todos los familiares o amigos. Al haber menos adultos se ahorra en comida