Parque Sicardi: con las familias al sur, también le llegaron los comercios

Primero un quincho y una parrilla, suficientes para alejarse los fines de semana del contexto de cemento de la gran ciudad; después la pileta y el cierre del quincho con ladrillos y así poder quedarse a dormir; y finalmente la casa, para dejar de ir solamente por un par de días y convertirse en vecinos estables. Así fue creciendo, desde hace más o menos dos décadas Parque Sicardi, donde por entonces se conseguía un terreno por un tercio de lo que valían en zonas residenciales de la periferia platense más tradicionales como Gonnet y City Bell.

Parque Sicardi es uno de los sectores de La Plata que más creció en muy pocos años si se considera la magnitud de su desarrollo urbanístico y el breve lapso de la transformación. Hacia 2005 las jóvenes parejas y familias con chicos pequeños comenzaron a poblarla.

Hoy es un barrio consolidado, con medianeras contra medianeras, y una calle -la 659-, eje la urbanización, llena de comercios de los rubros necesarios como para no tener que ir muy lejos a hacer los mandados.

Por esa calle, entre las avenidas 7 y 13, la oferta se despliega entre carnicería, almacén, ferretería, autoservicio, minimercado, veterinaria, farmacia, peluquería, panadería, pizzería, casa de sanitarios, corralón y kiosco, entre varias otras actividades comerciales. Hacia ambos lados, un muestrario arquitectónico ecléctico: casas bajas, varias de dos plantas, construidas con distintos presupuestos, tamaños y materiales, pues las hay del material más convencional (revoque), ladrillos vistos, troncos (estilo cabaña), premoldeados, perfiles del sistema racionalizado y hasta de barro y madera con techo vivo. Ya pobladas las manzanas que formaron ese núcleo, ahora las señales del desarrollo se ven desde la avenida 13 hacia la calle 17.

Hace 3 años Leonardo Zoppi abrió una ferretería en la 659. “Aunque bajó un poco la construcción, sigue creciendo y eso se nota por el movimiento que hay en este negocio”, dijo.

Vivir en Parque Sicardi, a varios kilómetros del Centro, en medio de arboledas y amaneceres anunciados por los pájaros, con poco tránsito, chicos en la vereda y una inseguridad que salvo por algunas ocasiones no pasa de la presencia de “rateros” que se llevan algo que quedó en un parque.

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No obstante eso, la lista de demandas es larga: sólo dos avenidas asfaltadas conectan con la zona; los arreglos de calles se los ponen al hombro los vecinos; pasa una sola línea de micros (Este) con baja frecuencia los fines de semana. Las 90 manzanas carecen de gas natural, no hay red cloacal ni de agua. Entonces, a metros del pozo ciego hay que hacer la perforación para el agua.

Los hogares reciben electricidad, pero con muchas interrupciones y oscilaciones en la tensión, lo que pone en permanente riesgo los artefactos domésticos. Tampoco es buena la señal que habilita el uso de teléfonos celulares y los “datos móviles” que se activan cuando no hay prestadores de wifi.

Con largo tiempo residiendo en Gonnet, Giselle De Michelli se mudó a Sicardi hace diez años junto a su pareja y sus hijos mellizos. Ella vive y atiende su kiosco en pleno barrio, puntualmente en 11 bis y 668. “Tenemos casi todos los equipos eléctricos, salvo la cocina que se enciende a garrafa, entonces es un problema cada vez que se corta la luz; la calle la mejoramos entre los vecinos tirando tosca; y no podemos usar aplicaciones porque si no hay wifi no tenemos datos. Igual, acá se gana en tranquilidad”, aseveró la vecina y comerciante.

A mediados de 2008, Wilson Espinoza, separado con dos hijos y alquilando un departamento en el centro platense, vio la oportunidad de adquirir un terreno, construir y mudarse al sur platense, donde “mucha gente” -recuerda- empezaba a instalarse. “Cuando compré era casi todo campo y ahora no es necesario salir del barrio para abastecerse porque es impresionante el crecimiento comercial. Lo mejor es la tranquilidad de la zona, y lo peor, los accesos, porque por ejemplo, los domingos a la tardecita 7, que es mano y contramano, se recarga de autos y se tarda mucho en ir a La Plata o volver”.