Secretos de la interna en el PRO de la Provincia

Por MARIANO PEREZ DE EULATE

No debe leerse como un dato menor el hecho político que protagonizará hoy María Eugenia Vidal. La Gobernadora asumirá formalmente como titular del PRO bonaerense, el sello amarillo que es la columna fundamental de la alianza oficialista Cambiemos. Ese gesto -adelantado por este diario en mayo pasado- supone un cambio de postura del macrismo, que siempre desdeñó la cuestiones partidarias formales. Tanto que, justamente por esa falta de interés, el partido estuvo intervenido y casi al borde de la disolución.

Vidal será la presidenta del PRO provincial y, por lo tanto, la “dueña de la lapicera” para confeccionar las listas de candidatos legislativos del año próximo. Esto también es una novedad: hasta ahora, ese rol decisivo lo cumplió Jorge Macri, el primo del Presidente de la Nación e intendente del partido bonaerense de Vicente López. Hasta el vendaval de octubre pasado, ese era el único distrito de la Provincia gobernado por el macrismo. Un dato político que supo exprimir el jefe comunal.

Vidal será la presidenta del PRO provincial y, por lo tanto, la “dueña de la lapicera” para confeccionar las listas de candidatos legislativos del año próximo

Por obvias razones, el intendente Macri resigna así aspiraciones propias que lo ponían en una situación de tirantez política con la gobernadora cuando ésta aún no era tal. Ahora será el número dos del partido y mantiene su estatus de eventual candidato a senador nacional en 2017, la pelea mayor del siguiente turno electoral. Primó allí la conveniencia de una alianza entre ambos, expresada además en el hecho de que el de Vicente López es el titular de todo el Grupo Bapro.

Al otro sector interno del macrismo en conflicto con Vidal no le fue tan bien. Es el que comanda Emilio Monzó, titular de la Cámara de Diputados de la Nación. De cuna peronista, ex intendente de Carlos Tejedor y con un extendido oficio de armador político, Monzó no verá su nombre en la grilla de las nuevas autoridades provinciales del PRO. Un dato que se veía venir desde que el legislador quedó afuera de la mesa política bonaerense de Cambiemos, antesala de la formalidad que se concretará hoy en un salón de fiestas de Gonnet.

Eso si: algunos soldados de Monzó hoy dirán “presente” y se verá qué sillón les toca en la repartija de cargos. Son el viceministro de Interior, Sebastián García De Luca y los legisladores Silvia Lospenato y Marcelo Daletto. Fuentes de ese sector recalcan que esas presencias serían impensadas sin un mínimo consenso entre la gobernadora y el titular de la Cámara baja nacional. Otros voceros recalcan que, en verdad, medió un pedido de Mauricio Macri para que no volara todo por los aires.

En Cambiemos aseguran que la relación entre Vidal y Monzó es “irremontable”. Ya se explicó en este espacio: la gobernadora no perdona que, el año pasado, el diputado fuera el gran impulsor del fallido acuerdo para que Sergio Massa resignara sus aspiraciones presidenciales y se aliara al Presidente para ser su candidato a gobernador, en desmedro de la propia Vidal quien por entonces medía poco en los sondeos.

Hoy seguramente brindará con champagne el influyente ministro de Gobierno provincial, Federico Salvai. La movida de coronar a Vidal como líder formal del partido reconoce su “copyright”, admiten en PRO. Es el autor intelectual de la jugada para esculpir el “vidalismo” como corriente interna del oficialismo. Algo que, en algún punto, lo emparenta con el PJ, donde son muy afectos a crear “ismos” cada vez que encuentran un apellido taquillero.

En Cambiemos aseguran que la relación entre Vidal y Monzó es “irremontable”

La consagración de Vidal como líder partidaria está en línea con la decisión de la UCR bonaerense, el otro socio fuerte de Cambiemos, de impulsar una lista de unidad para elegir sus propias autoridades con el vicegobernador Daniel Salvador a la cabeza, que es el radical con el mayor cargo en la Provincia. Fue, sin dudas, una movida acordada con el PRO, tendiente a ordenar las internas de ambas fuerzas.

Más allá del papel real que finalmente tenga Vidal en la cotidianeidad de su partido, la recuperación de la vida institucional del PRO bonaerense iría acompañada de un activo papel de los dos “think tank” que pujan por ubicar cuadros en los diferentes estamentos de gobierno: la Fundación Pensar y el G-25.

La propia Vidal es hija política de estos espacios de pensamiento macrista: viene de trabajar en las cuestiones sociales del Grupo Sophia, la ONG que fundó Horacio Rodríguez Larreta y que fue una suerte de antecesora de la Fundación Pensar.

El otro espacio, el G-25, es un ámbito de reclutamiento de profesionales destacados del sector privado para fomentar en ellos la vocación por la cosa pública. Sus dos caras más visibles son hombres muy cercanos al presidente Macri: los ministros de Educación, Esteban Bullrich, y de Transporte, Guillermo Dietrich. No es un dato aleatorio: Bullrich es otro de los que suena como posible postulante a legislador nacional por Cambiemos en la Provincia.

La idea que surca al oficialismo es hacer crecer un esquema más activo de provisión de cuadros de estos grupos hacia el “vidalismo”. No es poca cosa para un gobierno al que le ha costado conseguir funcionarios para llenar las grillas de la veintena de ministerios y secretarías principales de la Provincia.