“Asesinato para dos”: misterio, humor y (mucho) talento, en un musical de cámara

Minimizando los recursos para maximizar los golpes de efecto, este musical de bolsillo, que ya hizo mucho ruido en la cartelera porteña repite la hazaña este verano en Mar del Plata, siendo una de las propuestas más ovacionadas de la temporada, en donde realiza funciones los sábados y domingos en la Sala Payró.

El menos es más parece ser la premisa de “Asesinato para dos”, la obra escrita por Joe Kinosian y Kellen Blair que tuvo su estreno en Chicago en 2011, y que, seis años después, se estrenó en el Centro Cultural San Martín, bajo la dirección musical de Gabriel Goldman y la dirección general de Gonzalo Castagnino.

Las actuaciones están a cargo de los músicos y actores Hernán Matorra y Santiago Otero Ramos, dos verdaderas bestias escénicas que juegan a incentivar el imaginario del espectador sin artilugios más que su propio talento.

En el texto, un oficial de policía (Matorra), con aspiración a convertirse en detective, es mandado por su jefe a custodiar la escena del crimen de un famoso novelista americano, que fue asesinado de un tiro en la frente, al regresar de una fiesta sorpresa que le hizo su esposa. Los invitados al agasajo se convierten en los doce sospechosos (Otero Ramos) que dirimirán sobre el escenario su culpabilidad o no en el crimen. Todo en una alegre clave de comedia, que evoca no sólo al varieté sino a los misteriosos casos de asesinato, parodiando las novelas de Agatha Christie.

Asesinato para dos” sigue en cartel los sábados y domingos a las 21.30 en el Auditorium

La propuesta, que llegó a Mar del Plata como parte de la programación del Ministerio de Gestión Cultural, ganó en Buenos Aires cinco ternas de los Premios Hugo y el de Oro como lo Mejor de la Temporada. Y este verano, además, cosechó cuatro nominaciones a los Estrella de Mar (Teatro Musical, Escenografía, Dirección y Actuación Protagónica Masculina de Comedia para Santiago Otero Ramos), que se entregaban al cierre de esta edición.

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La obra cierra su ciclo a través del público, que tiene que dejarse llevar y participar del juego que proponemos” Hernán Matorra, protagonista de “Asesinato para dos”

En diálogo con EL DÍA, Hernán Matorra (que trabajó en muchas de las obras musicales del platense Gastón Marioni), dijo que nunca imaginaron que iba a pasar “esto”: un verdadero fenómeno del boca en boca.

Si mínimamente logramos contar lo que está escrito, la obra va a andar muy bien” Santiago Otero Ramos, protagonista de la obra

“Desde la primera función, sin técnica (sin micrófonos ni luces), sentimos que lo que sucedía con la obra era mágico”, confesó Matorra, quien no deja de sorprenderse por las respuestas de críticos y público. “Hasta el mismísimo Agustín Alezzo sacó una entrada para venir a vernos, porque todos se la recomendaban. Después de eso, ¿qué más podés pedir?”, contó, todavía incrédulo.

Otero Ramos, que el año pasado se llevó el Premio ACE como Revelación Masculina 2017, apenas leyó el guión supo que estaba frente a un “gran desafío”, confiado en el material que tenía en sus manos. “Si mínimamente logramos contar lo que está escrito, la obra va a andar muy bien”, vislumbró. Y no se equivocó.

Feliz de “ver que converge la opinión del público, colegas, críticos y jurados”, definió al proyecto como “un combo perfecto” y dijo que las nominaciones y eventualmente los premios “hacen que se hable un poco más de la obra y que al público le genere aunque sea la intriga de ver de qué se trata”.

CERRARSE EN EL PÚBLICO

Consultados en relación al código que se genera con los espectadores, que festeja las reglas y libera su imaginación de movida y sin reticencias, Matorra aseguró que ciertamente “la obra cierra su ciclo a través del público”, un público que “tiene que ser muy activo, porque tiene que dejarse llevar y participar del juego que les proponemos. Por momentos creo que estamos jugando como niños y entre todos generamos la veracidad y hacemos que la obra suceda”.

En el mismo sentido, Otero Ramos dijo que esta características es una de las propuestas de la obra que más le interesaron desde el principio: “Sin eso no hay obra posible y por suerte se genera en cada una de las funciones”. A su entender, “lo mágico es escuchar desde el escenario las acotaciones o comentarios que, por lo bajo, van haciendo desde la platea, y ahí te das cuenta de que el público está adentro de la obra”.

En relación a cómo hace para ponerse en la piel de doce criaturas diferentes, apenas variando el tono de voz, subiendo o bajando los anteojos o forzando algún defecto físico, Otero Ramos -que preparó todo en poco menos de tres “súper intensos” meses- dijo que apeló a distintas técnicas según lo fueran requiriendo sus personajes.

“En principio busqué una voz distinta con la que además de hablar, pueda cantar el número musical que le corresponde a cada personaje y en algunos de los casos desde la voz misma empecé a desarrollar el físico y demás. Después, del libro, hay personajes que tienen alguna característica física y en esos casos trabajé desde lo físico. Y así se fueron armando desde la mirada atenta y la dirección de Gonzalo Castagnino y Gaby Goldman -coreógrafa- que me dieron mucha libertad y por supuesto tuvieron mucho que ver en esas decisiones”, manifestó, sin poder elegir a una criatura “preferida”, aunque destacó: “los chicos son muy divertidos, la viuda es muy ocurrente, la sobrina es una ternura, el doctor Griff me da mucha pena. ¡No puedo elegir a uno (risas)!”.

Hernán le da vida al oficial Marcus, el que le ofreció poner a prueba su potencial actoral. “A pesar de haber desarrollado una carrera en el ámbito musical, siempre me gustó mucho la actuación, y de pronto me encontraba ante este material, que me proponía el desafío de tener mucha flexibilidad y ductilidad para poder atravesar todas las aristas del musical. Cantar, actuar, bailar y tocar el piano.... Y cantar tocando y bailar tocando y todo siempre actuando (risas)”, manifestó el artista, quien, sin dudar, remarcó que esta obra “es todo lo que siempre quise hacer y todo en el mismo momento durante los 90 minutos en los que se desarrolla”.

EL PIANO: UN PROTAGONISTA MÁS

Por otra parte, los artistas se refirieron al hecho de incluir tan naturalmente al piano como si fuera casi un personaje más.

“Digamos que fuimos armando todo paso a paso, y ensayo tras ensayo fuimos incorporando el piano de manera que casi no se notara cuando estábamos tocando. No fue fácil ni inmediato, pero todos estuvimos contenidos y con la paciencia necesaria como para poder esperar el momento en el que sucedió”, explicó Matorra.

En la misma línea, Otero Ramos agregó: “Hay algo del automatismo que tuvimos que alcanzar en cada uno de los movimientos e incluso en el texto para después, al estar en escena estar presentes y ocupados en el sentido de la palabra/acción/música/movimiento y al darse esto el piano aparece como si alguien más lo tocara. Es ahí cuando termina de convertirse en otro protagonista, sumado a que es el único instrumento (fuera de nuestras voces) con el que se musicaliza toda la obra”.

La química que aflora en el escenario parece dar cuenta de una dupla conocida y experimentada, sin embargo, “Asesinato para dos”, es la primera colaboración de los artistas.

Según Matorra, esto se debió a que son “muy parecidos” en cuanto al estudio y la personalidad, aunque fue importante el hecho de “nunca” sintieron competencia entre ellos. “Él es muy generoso y atento conmigo, nos generamos confianza, y nos divertimos como locos en el escenario. Es un gran compañero. No sé si es suerte o es que somos los dos de sagitario, pero nos sentimos muy cómodos desde el primer día”, destacó.

Por su parte, Otero Ramos dijo que en este aspecto mucho tuvo que ver su director, Gonzalo Castagnino, quien antes de comenzar con los ensayos les propuso una serie de juegos teatrales con los que trabajaron la confianza y otras características indispensables para el trabajo en equipo. Aunque tampoco dudó en elogiar a su compañero, a quien definió como “un gran tipo, un excelente compañero y súper profesional”. Con todo eso, cerró, “es muy fácil generar buena química”.

“Asesinato para dos” continuará en cartel los sábados y domingos a las 21.30 en la Sala Payró del Teatro Auditorium y, muy probablemente, vuelve en abril a la cartelera porteña.